Zidane libera al Madrid
Con la hinchada entregada, los blancos, con muchos registros de los buenos tiempos de Ancelotti, golean al Deportivo con un juego más alegre, dinámico y solidario que en la etapa de Benítez
A quien le anticipa el mito suele tener un impacto instantáneo. Como Zinedine Zidane, por supuesto, una figura reverencial que no precisa de horas de vuelo con la pizarra para destilar entusiasmo a su alrededor. En su estreno, el francés tuvo un efecto inmediato: se liberó el Real Madrid, todo él, público y jugadores. La gente de Chamartín recuperó el buen ánimo, sin siseos y broncas. Los futbolistas cambiaron de semblante y se soltaron las piernas. Como resultado, un buen Madrid, más solidario, alegre y dinámico que hasta hace una semana. Suficiente para superar a este Deportivo consistente que circula por la Liga con solvencia, sin apretones.
REAL MADRID, 5; DEPORTIVO, 0
Real Madrid: Keylor; Carvajal, Pepe, Ramos (Varane, m. 46), Marcelo; Modric, Kroos, Isco (James, m. 65); Bale (Jesé, m. 74), Benzema y Cristiano. No utilizados: Casilla; Danilo, Casemiro y Lucas Vázquez.
Deportivo: Lux; Juanfran, Arribas, Sidnei, Navarro (Luisinho, m. 66); Bergantiños, Mosquera; Fede Cartabia (Jonás, m. 46), Fayçal (Riera, m. 66), L. Alberto; y Lucas Pérez. No utilizados: Manu; Lopo, Laure y Domínguez.
Goles: 1-0. M. 15. Benzema. 2-0. M. Bale. 3-0. M. 49. Bale. 4-0. M. 63. Bale. 5-0. M. 91. Benzema.
Árbitro: Pérez Montero. Amonestó a Mosquera y Arribas.
Santiago Bernabéu: 75.000 espectadores.
Despejado Rafa Benítez, emergió otro Madrid, la enésima verificación de que en la pradera mandan los muchachos, para bien y para mal. Y estos jugadores madridistas parecen conectar mejor con tipos como Ancelotti y Zidane, a los que agradecen su naturaleza futbolera, nada de catedráticos con apuntes enciclopédicos. A esta gente no le gusta que le den la lata. Con Benítez también se goleaba, pero con peor cara y menos implicación.
Sin grilletes, el Madrid fue un equipo fresco desde el inicio. Con Zidane, la misma disposición que con Ancelotti, con Isco y Carvajal al frente, y con Bale a la derecha y CR a la izquierda como punto de partida, aunque luego alteraran una y otra vez los puestos de ataque. Un calco de los días con el italiano, tan añorado en la caseta madridista. Fue un conjunto más paciente con la pelota, menos directo. Un grupo más mosquetero a la hora del quite, con Kroos más fiero en la primera presión, con Bale de auxilio en la línea de medio campo cuando el grupo perdía la pelota, con los laterales más invasivos en ataque que en lo que iba de curso. Un Madrid mucho más coral en todo ante el que poco pudo hacer el Deportivo, un equipo bien cosido por Mosquera, un medio centro con mucho manejo, y que tiene un lince en la punta como Lucas Pérez. Fue precisamente éste quien tuvo la primera ocasión del encuentro, pero perdió su reto con Keylor Navas. El desajuste entre Ramos y Pepe para controlar al punta deportivista fue la única tacha del Madrid en el primer acto. Al descanso, Varane relevó al capitán.
Más eficaz en ataque, Ramos orientó el estilista gol de Benzema con el que fue descorchado el Deportivo. Tras un córner lanzado por Kroos, el central remató de volea y el ariete francés, de espaldas al portero Lux, tiró de espuela para dejar el balón en la red. Los visitantes reclamaron un fuera de juego que no era, al haber quedado enganchado Arribas. Sí lo estaba Bale, pero ni se inmutó durante la jugada.
Bale atraviesa un momento dulce, quizá su mejor tramo desde que luce la zamarra blanca. De vuelta a la orilla derecha, apareció demoledor. No tuvo el desdén defensivo de otras jornadas y aún tuvo mucho aire para ser capital en vanguardia. De repente, hay un Bale con una cabeza de oro. Dos de sus tres tantos llegaron por vía aérea. Y no fueron dos testarazos cualesquiera. Ambos, con un golpe poderoso de cuello. De sus once goles en Liga, seis los ha sellado de esa forma. Tampoco fue un Bale vulgar con los pies, para asistir a CR, cuyo disparo se fue al poste derecho de Lux, y para culminar con éxito un servicio del portugués, en el tercer tanto local. Si mantiene alejados los pájaros de la cabeza, en este Bale el Madrid puede tener una mina extraordinaria. Ante el adversario coruñés se le vio en combustión, con el duelo cerrado y con el partido ya ventilado. El mejor Bale de blanco.
Cristiano agitador
Al festival goleador no se sumó esta vez Cristiano, pero al luso se le vio más agitador, con más picante. Un futbolista de nuevo capaz de procurarse unas cuantas ocasiones. El gol, tan caprichoso como es, se le fue por un dedo más de una vez.
El Deportivo no tuvo tiempo de meterse en el encuentro. Al contrario de lo que sucedía hasta le fecha, el Madrid no bacheó, no se dejó ir, como si todos quisieran brindar una faena redonda al nuevo míster. Resuelta la contienda, Zidane mandó varias señales. Un mensaje para James, al que concedió minutos por Isco. Una palmada a Jesé, otro de los extraviados en la última etapa de Benítez. Carvajal, Isco, James y Jesé, cuatro buenos peloteros a los que Zizou ya les ha rescatado del cuarto oscuro. Al menos, por un día. Ahora es cosa de ellos. Como del resto de este Madrid de nueva vida, con registros, tácticos y espirituales, de los tiempos saludables con Ancelotti. Un partido no es nada, o puede ser el inicio de un todo. Con Zidane, por un día, todos se implicaron de principio a fin. Habrá que ver si solo es un arreón.
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