La defensa exploradora del Barça
La zaga, acorde a la presión, se sitúa siempre a la altura de la medular
Para Luis Enrique hay una cosa clara, y así se lo hizo saber el año pasado al equipo: “Si el problema está atrás porque nos están atosigando, hay que llevar el balón arriba”, explicó como doctrina innegociable al vestuario, un tanto reticente, porque no entendía otra manera de sacar el balón que con el pase corto, apoyándose en el juego posicional y en el tercer hombre. Pasado el tiempo, ya no hay problema sino solución porque el equipo no amasa tanto la pelota y se empeña en jugar en cancha ajena. Por lo que defiende más arriba que nunca. Una filosofía que difícilmente cambiará hoy ante el Betis (20.30; Canal+ Partidazo).
Messi cumple su partido 500
Messi disputará hoy su partido 500 con el Barça. El argentino ha pulverizado en 11 años la mayoría de récords: acumula 46.445 minutos, 424 goles, 26 títulos y cuatro Balones de Oro.
Récord de goles.El equipo azulgrana, que totaliza 176 goles, aspira a superar el récord en un año natural que está en poder del Real Madrid desde 2014 con 178 tantos.
Grimaldo al Benfica. El Barça oficializó el traspaso de Alejandro Grimaldo, lateral del filial, al Benfica, por 1,5 millones de euros. El club azulgrana se reserva una participación en un futuro traspaso del futbolista.
Altas y bajas. Luis Enrique afirmó ayer que si se produce algún fichaje en el mercado de invierno también habrá bajas. El técnico confirmó que siguen a Denis Suárez, constató que Aleix Vidal y Arda Turan tienen "unas ganas locas" por jugar y destacó el buen nivel de entrenamiento de la plantilla.
La teoría del tercer hombre la explicaba Xavi para el libro Senda de Campeones de Martí Perarnau. “Piqué tiene el balón y yo estoy marcado. Así que me aparto y me llevo al marcador. Messi entonces baja y pasa a ser el segundo hombre. El primero es Piqué. Entonces se la da a Leo y éste se la devuelve. En ese momento, dejo clavado a mi marcador porque está mirando al balón. Yo soy el tercer hombre y hemos conseguido la superioridad numérica”. Ocurrió, sin embargo, que eso con Luis Enrique no se podía hacer atrás porque los medios no pueden o no deben bajar a recibir. Un cambio en el juego que ya no se acusa porque Busquets sí que se mete entre los centrales y el equipo ha sabido entrelazar las líneas con el pase y la posición. Y porque defiende en la casa del rival.
“Atrás es mejor ahora porque no nos sentimos incómodos si no tenemos la pelota. Antes, la teníamos tanto que cuando no era nuestra, nos costaba. Somos más solventes”, reflexiona Piqué. Para ello, como consecuencia de la presión, hay que tirar la línea defensiva casi hasta la medular. Y por eso no es raro ver durante el partido a Luis Enrique remar con el brazo derecho hacia delante pidiendo constantemente a la zaga que dé unos pasos hacia arriba.
La presión del Barça sobre las defensas rivales es una constante, por lo que todo el equipo adelanta las líneas. “Es una forma de jugar y debemos saber cuándo presionar al rival o cuándo atacar al balón. Aunque en ocasiones, depende de cómo nos atacan, tenemos que mantenernos unos pasos más atrás”, expone Vermaelen, que dice notar la diferencia con el Arsenal, su exequipo, que también se despliega con el pase pero que no acosa tan arriba. “Si la presión es buena, tenemos que adelantarnos para evitar dejar huecos en la zona de creación contraria”, añade Bartra.
Más fueras de juego
“Consiste en que el rival no tenga tiempo para pensar ni para crear, por más que es un riesgo si sale mal”, abunda Piqué. “Es un feeling que se tiene en el campo”, remata Vermaelen. Al mantener la línea en la medular, el Barça es uno de los equipos que más fueras de juego incita. Así, en la Liga suma 55 provocaciones —con un partido menos y a dos de Las Palmas, que es el segundo en esta estadística—, un poco lejos de los 68 del Rayo.
Atrás es mejor ahora porque no nos sentimos incómodos si no tenemos la pelota. Somos más solventes”, dice Piqué
La táctica no siempre sale bien: perdió el Barça con el Celta (siete fueras de juego) y el Sevilla (seis) y empató con el Deportivo (otros seis). “Tenemos claro que esta forma de jugar nos da mucho más de lo que nos quita”, interviene Piqué; “pero debemos ser listos y movernos rápidos en bloque y hacia atrás cuando superan la primera y segunda línea de presión”. Se suma Bartra: “Cuando nos rompen arriba, hay que replegarse y vigilar la espalda”. Y completa Vermaelen: “Y tener cuidado con los balones largos que nos hacen correr hacia atrás”. Por eso parece que Piqué prefiere de compañero a Mascherano, porque, a pesar de que tira la presión y sale al corte, tiene piernas y velocidad para corregir a una zaga que pisa la medular.
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