‘Boxing Day’: Van Gaal enfila el adiós y el Leicester pierde en Anfield
El United encadena siete partidos sin ganar tras caer ante el Stok. El Liverpool derrota al Leicester, que sigue líder, y Hiddink se estrena con empate
Le incomodó el viento, no se separó de su libreta, apenas se incorporó para dar alguna indicación y cuando veía morir el partido desde el sector que ocupaban los aficionados del Manchester United desplazados a Stoke comenzaron a invocar a voz en grito el nombre de José Mourinho como su sucesor. Louis van Gaal está ante la puerta de salida del club de Old Trafford y casi seguro, a sus 64 años, ante el epílogo de su carrera deportiva. Su equipo cayó (2-0) en el Boxing Day por tercera jornada consecutiva y encadena siete partidos sin conocer la victoria, algo nunca visto en los últimos 26 años. La sensación de impotencia que destila una plantilla en la que se ha invertido 300 millones de euros en el último año y medio es absoluta. “El problema es que no nos atrevemos a jugar nuestro fútbol porque no podemos con la presión de los malos resultados. Y cada vez es mayor”, atinó a explicar tras el partido el técnico holandés. En el no parar del fútbol inglés en estas fechas, el lunes su equipo recibe al Chelsea, otro gigante en problemas, sólo dos puntos sobre el descenso.
El derrumbe del Manchester United es estrepitoso. Hace poco más de un mes ganó con un gol en el tiempo de descuento en un feudo nada sencillo, el del Watford, y se puso segundo en la tabla a un punto del Leicester. Tras aquel partido Van Gaal sacó pecho ante quienes le acusaban de pilotar un equipo aburrido y esgrimió la coartada de que importaba más el fin que los medios. No solo no ha vuelto a ganar y se aleja de la cabeza de la Premier, sino que por el camino ha quedado descabalgado de la Liga de Campeones.
Apenas cinco goles en esos siete últimos partidos contemplan a un equipo roto. Cuando tras caer en Stoke le preguntaron si se veía capaz de revertir la situación, Van Gaal fulminó a su interlocutor con la mirada, pero no se atrevió a confirmar si sentía la confianza de sus superiores. “Tendremos que esperar y ver qué pasa”, zanjó antes de abrir otra opción: “También puedo salir del club sin que me echen, pero eso tengo que hablar con dirigentes y jugadores, no con periodistas”. Minutos después varias casas de apuestas decidieron dejar de aceptar aquellas que apuntaban que el holandés no acabará la temporada en Manchester. Quienes lo hagan a favor de que su sustituto sea Mourinho no encontrarán quien les ofrezca una libra más de la que inviertan.
El Liverpool sorprende al Leicester y Hiddink se estrena con empate
La maravillosa jornada del Boxing Day dejó varias certezas más. Se jugó con estadios repletos y ambiente festivo a pesar del mal tiempo que obligó a suspender varios partidos en las restantes categorías del fútbol profesional inglés. El Stoke se mostró como un rival coriáceo en defensa e incisivo en ataque que golpeó pronto al United con goles de Bojan, tras grosero error de Depay, y Arnautovic.
En Anfield cayó el líder Leicester (1-0), que solo había perdido un partido, superado por el Liverpool en un duelo a la vieja usanza resuelto con un gol de Benteke y en el que las dos estrellas del equipo revelación, Mahrez y Vardy, no acabaron el partido, sustituidos por Claudio Ranieri. Pero el Leicester sigue líder porque el Arsenal de Wenger (a dos puntos) desaprovechó su oportunidad tras caer (4-0) con el Southampton.
La exigencia de disputar tres jornadas en una semana exige a todos buscar en el fondo de armario. El Manchester City guardó en el banquillo a Agüero y no lo necesitó para golear al débil Sunderland (4-1), penúltimo y tabla de salvación a la que se asió la anterior jornada el Chelsea para regresar a la victoria tras la destitución de Mourinho. Pero el equipo de Stamford Bridge sigue sin dar su mejor tono y apenas salvó un empate (2-2) en su casa contra el competitivo Watford que dirige Quique Sánchez Flores. Marcó Diego Costa por dos veces, noticia porque apenas llevaba tres goles en esta campaña.
El brasileño Oscar tuvo la victoria en sus botas al ejecutar un penalti a falta de diez minutos, pero rememoró el resbalón de John Terry en la final de la Champions de 2008 y lo mandó fuera. Entonces el Manchester United había alzado la orejona. Eran otros tiempos. Ahora, dice Van Gaal, la presión por ganar paraliza a un equipo que celebró su último título hace dos años y medio, el mismo que guarda en sus vitrinas la emblemática primera Premier League que en la temporada 1992-93 daba continuidad a la competición más antigua del mundo. La levantaron en Old Trafford, donde no cataban un campeonato de liga desde 1967. También eran otros tiempos.
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