El sorteo depara clásicos por un lado y modestos por el otro
El sorteo empareja a Chelsea y PSG y a Juventus y Bayern mientras Gent y Wolfsburgo se jugarán una plaza en cuartos
Dos gigantes contemporáneos por un lado, dos históricos por otro. La Liga de Campeones se endurece para algunos grandes del continente, obligados a encontrarse en octavos de final en un sorteo dispar que abrirá la puerta de la siguiente eliminatoria a invitados inesperados. París Saint-Germain y Chelsea se cruzarán en idéntica estancia que el año pasado, cuando los galos consiguieron clasificarse en Stamford Bridge con dos goles postreros de rúbrica brasileña, primero uno de David Luiz para forzar una prórroga y finalmente otro de Thiago Silva para tumbar a un Chelsea que jugó hora y media en superioridad numérica por expulsión de Ibrahimovic. Poco menos de un año antes habían sido los londinenses los vencedores, entonces en un duelo por entrar en semifinales de la máxima competición continental.
El eje futbolístico Londres-París volverá a situarse en el primer plano. “Se ha convertido en una clásico”, valora Nasser al-Khelaifi, el presidente del PSG ante este tercer consecutivo desafío para ambos, una suerte de desempate. “Nos conocemos bien”, asume Laurent Blanc, técnico del PSG, al que no alivia la irregularidad actual del equipo de Mourinho: “Queda mucho hasta febrero y tienen detrás un gran entrenador”.
Dos clásicos son el Bayern y la Juventus, los clubes que más títulos de liga suman en Alemania e Italia, respectivamente. Les contempla tanta tradición, tanto relato, que parece imposible que hasta 2004 jamás se hubiesen cruzado en competición europea. Y así fue. Desde entonces lo hicieron tres veces más, la última en 2013 con clara superioridad de los bávaros, que levantaron la orejona aquel año. “Eran junto al PSG el rival más peligroso que nos podía tocar. Tienen la cualidad de que cuando juegan bien, ganan, y cuando no juegan bien también pueden ganar”, resumió Pep Guardiola una vez enterado de su suerte. “No los queríamos como rivales, pero nadie es imbatible”, se animó Pavel Nedved, vicepresidente de los turineses.
El aliento llega también a Manchester, donde el City no sólo ve a su rival ciudadano apeado de la Liga de Campeones, sino que por una vez el sorteo no fue despiadado con sus intereses. El equipo que comanda Manuel Pellegrini se las verá con el Dinamo de Kiev. No es un rival sencillo, pero hay que ponderar de donde viene el City, que en sus cuatro experiencias en la competición cayó en las dos primeras en sendos grupos de la muerte y en las dos segundas se topó en octavos de final con el Barcelona. Previamente a esas epopeyas, hace cinco campañas y antes de dar el salto a la Liga de Campeones, justo los ucranianos les eliminaron en la Europa League. “No es una obsesión ganar la Champions, siempre pienso que la Premier es más importante”, había apuntado Pellegrini antes del sorteo. Pero la oportunidad de hacer historia en un club que gasta millones para llegar a lo más alto puede ser única.
Y es que quienes accedan a cuartos de final pueden tener un rival inopinado para esas alturas. Cuatro equipos que no deberían exigirse llegar ahí tienen una seria opción de conseguirlo. Benfica y Zenit se jugarán una plaza; Gent y Wolfsburgo otra, en el enfrentamiento menos granado de los que se sortearon ayer en Sion, dos equipos sin apenas trayectoria en la máxima competición continental. “Estamos en terreno desconocido para ambos”, valoró Dieter Hecking, entrenador de los alemanes, tras conocer el emparejamiento.
En el Wolfsburgo, un club propiedad del consorcio Volkswagen desde hace ocho años, el crecimiento ha sido sostenido durante los últimos tiempos y la pasada primavera acabaron segundos en la Bundesliga y campeones de la copa germana. No perdieron el oremus ni siquiera cuando en 2009 lograron alzar el único título liguero que lucen sus vitrinas. Para entonces el Gent estaba en bancarrota. Ahora ingresará por derechos de participación en Liga de Campeones más dinero del que presupuestó para todo el año, 26 millones de euros, seis menos que lo que se gastó el Wolfsburgo en fichar a André Schürrle, una comparación que ayuda a dimensionar el enfrentamiento y a entender las palabras de Klaus Allofs, director deportivo del club alemán. “Estamos muy satisfechos con el sorteo. Es el rival que todos deseaban”. Claro que en Bélgica piensan parecido. “De todos los difíciles nos tocó el más fácil”, resumió Ivan De Witte, presidente del Gent.
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