Mourinho también cae ante el líder Ranieri
El Chelsea prolonga su agonía, apenas un punto por encima del descenso, ante el sorprendente líder de la Premier, el Leicester
El desastre del Chelsea no tiene fin. Cayó en Leicester, pleno de impotencia, superado por el sorprendente líder de la competición en un partido que compendió la trayectoria de ambos en lo que va de campeonato. En 16 jornadas el equipo que dirige Claudio Ranieri solo ha perdido un encuentro y fue el 26 de septiembre contra el Arsenal. Mourinho y su Chelsea ya cayó nueve veces y pena quinto por la cola tan solo un punto por encima de los puestos de descenso, que marca el Norwich.
Leicester, 2 - Chelsea, 1
Leicester: Schmeichel; Simpson, Morgan, Huth, Fuchs; Mahrez (Inler, m. 81), Drinkwater (King, m. 16), Kante, Albrighton; Ulloa y Vardy (Okazaki, m. 87). No utilizados: Okazaki, Dyer, Wasilewski, Benalouane y Schwarzer.
Chelsea: Courtois; Ivanovic, Zouma, Terry (Fàbregas, m. 52), Azpilicueta; Ramires, Matic; Willian, Oscar (Ramy, m. 65), Hazard (Pedro, m. 31); y Diego Costa. No utilizados: Begovic, Cahill, Obi Mikel y Kenedy.
Árbitro: Mark Clattenburg. Amonestó a Huth y Vardy.
Goles: 1-0, m. 33. Vardy; 2-0, m. 47, Mahrez; 2-1, m. 76, Remy.
King Power Stadium. 32.054 espectadores
El Leicester le da una inesperada continuidad a algo que hace años no resultaba tan extraño en la competición inglesa, que cualquier modesto se subiese a las barbas de los favoritos y pelease a su altura. Toda esa épica adorna al Leicester, la de aquel Nottingham Forest que fue campéon de todo tras subir desde el escalón inferior, la del Swansea de Toshack en el banquillo o el salvaje Wimbledon que ascendieron desde las catacumbas para pelear entre los mejores. Nada es igual desde que el dinero de las televisiones creó en la cima un compartimento hasta ahora estanco en el que incluso a equipos del potencial del Tottenham o el Newcastle les cuesta entrar. Pero ahí ha entrado de lleno el Leicester, del que ya empieza a valorarse que pueda quedarse en la pelea por el título hasta el final.
El próximo fin de semana el Chelsea recibe al Sunderland, que es penúltimo y podría igualarle a puntos. 16 partidos después del inicio de la competición el equipo de Jose Mourinho, el actual campeón, ha ganado apenas cuatro y transita a catorce puntos de la cuarta plaza, a veinte del Leicester. El millonario equipo de Abramovich se derrumba. La zaga, en la picota durante los últimos meses por su lentitud, se vio retratada en el King Power Stadium por un rival que hace de las transiciones rápidas y el balón al espacio seña de identidad. No necesita la pelota el equipo de Ranieri para sentirse fuerte. Desprecia su manejo, solo la busca para recuperar y lanzarse a la meta. Pero con balón el Chelsea no supo imponer la iniciativa que le brindaban. Mourinho prescindió de inicio otra vez de Fàbregas y armó un doble pivote de batalla con Ramires y Matic. A Hazard se le espera de tal manera que en toda la temporada, en todas las competiciones, no ha sido capaz todavía de marcar un gol. Ayer jugó su partido número 23 sin ver puerta y no consiguió acabarlo, se marchó lesionado a la media hora. De Oscar hace mucho que no hay noticias y Diego Costa se debate entre discusiones, dañado también por la improductividad del equipo.
El Leicester solo necesitó madurar el partido, sostenerse ante el tibio empuje de su oponente y exprimir sus gotas de talento, que las tiene y muchas en las botas de Riyad Mahrez, un argelino de los suburbios de París, que se hizo futbolista en Bretaña y Normandía. Al Le Havre, en la segunda división gala, acudió a buscarle Steve Walsh, un antiguo responsable de scouting del Chelsea que trabajó con Mourinho y ahora dirige la política de fichajes del Leicester. Hace casi dos años, en enero de 2014, pagó 550.000 euros por Mahrez, que meses después jugó 71 minutos con Argelia en el Mundial. A día de hoy, con 24 años, este zurdo es el futbolista más determinante de la Premier. Hace una semana firmó un hat trick para sellar un espectacular triunfo de su equipo en Swansea y contra el Chelsea se retrató en los dos goles, en el primero con un preciso centro para que Vardy entrase a la espalda de la defensa para anotar su decimoquinto gol en el campeonato; en el segundo con un control descomunal en el área y una rosca lejos de Courtois. Descontó Remy tras buena jugada de Pedro, pero cuando con un cuarto de hora por delante se aguardaba un arrebato del Chelsea, acabó de venirse abajo, sin recursos para encerrar a su rival.
Es un modesto, pero guarda cierto encanto que remite a las viejas escuadras inglesas, acude al choque, busca el ataque directo y hasta coloca los saques de banda en el área como mandan los cánones. El Leicester, que el año pasado a estas alturas tenía diez puntos y salvó la categoría por los pelos, manda en la Premier League con 35 y ya asusta a los más grandes.
Mourinho apunta a los jugadores: "Mi trabajo ha sido traicionado"
Tras la derrota frentre al Leicester Mourinho disparó en todas direcciones. En la de sus futbolistas a nivel colectivo porque según apuntó trabajó el partido durante varios días y apuntó a sus futbolistas que el equipo que prepara Claudio Ranieri iba a realizar movimientos idénticos a los que supusieron sus dos goles. “Sé que una de mis mejores cualidades es leer los partidos y los dos goles que recibimos son inaceptables. Mi trabajo ha sido traicionado. Es frustrante ver lo que hacen en los entrenamientos y luego en los partidos. Mi trabajo se echa a perder”. Y apuntó hacia Eden Hazard en particular. “Tomó la decisión él mismo de retirarse del partido en apenas diez segundos. Supongo que será algo verdaderamente grave”.
El técnico portugués dejó claro que la victoria del Leicester fue justa –“fuimos mejores como mucho media hora y ellos lo fueron durante una hora- y descartó de manera taxativa que su equipo albergase a estas alturas alguna esperanza de llegar a la cuarta plaza y entrar al menos en la eliminatoria previa para poder jugar la próxima Liga de Campeones.
Mourinho ha dirigido al Chelsea en 212 partidos de Premier League y tan sólo perdió 28, pero nueve de ellos fueron en sus últimas quince comparecencias. El año pasado fue campeón. Ahora explica los motivos. “Llevé a los jugadores a un nivel más alto del que en realidad tienen”. En su opinión ese nivel está muy lejos del actual: “Es difícil meter goles cuando tienes futbolistas que no están en su máximo nivel, especialmente en posiciones cruciales”. Y cerró la batería de reproches a sus futbolistas con uno que tiene que ver con el orgullo. “Quizás no sienten al Chelsea tanto como yo”.
El Chelsea anunció el pasado mes de agosto que prorrogaba su vínculo con el técnico luso hasta junio de 2019. En caso de que hubiese un despido sin llegar a un acuerdo con él apuntan algunas fuentes que la indemnización se acercaría a los 50 millones de euros.
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