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Paul Shirley
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Que Derrick Rose no se lesione

Entre la gente del baloncesto, se considera que un equipo con Rose vestido de corto es un rival más débil que uno con Rose de traje

Derrick Rose, entre Carter-Williams e Ilyasova.
Derrick Rose, entre Carter-Williams e Ilyasova.REUTERS

No hace mucho estuve hablando con un amigo que trabaja en un equipo de la NBA sobre cómo les iba. “Está siendo duro”, me confesó. “Nos falta una pizca de suerte. Por ejemplo, hace poco nos tocó jugar con los Lakers y Kobe estaba lesionado, así que nos tocó esforzarnos para ganar”.

Su confesión no aporta nada nuevo cuando parece que hoy en día todo el mundo asume que tener a Bryant en pista no ayuda al equipo angelino. Pero la cosa no quedó ahí.

“Al poco vinieron los Bulls, ¡y tampoco jugó Derrick Rose!”.

Hay a quién le podría resultar sorprendente descubrir que, entre la gente del baloncesto, se considera que un equipo con Derrick Rose vestido de corto es un rival más débil que uno con Derrick Rose de traje, pero lo cierto es que no solo es cosa de mi amigo. Rose fracasa en términos estadísticos, su porcentaje de acierto en tiros de campo es del 35%, y también fracasa en términos estéticos, su movilidad en defensa está a la altura de las mejores lavadoras.

Rose fracasa en términos estadísticos y en términos estéticos, su movilidad en defensa está a la altura de las mejores lavadoras

Pero, si eso es así, ¿por qué el entrenador novato Fred Hoiberg insiste en hacerle jugar? ¿Está jugando con su puesto y con mis sentimientos? (No me gustaría que despidiesen a Fred, le conozco de nuestro paso por la Universidad Estatal de Iowa donde los dos nos formamos y pienso que es muy buen tío). Probablemente no.

Y eso es algo que sé gracias a otro de mis colegas de la universidad, Gar Forman, antiguo entrenador asistente en Iowa y actual director general de los Bulls.

Como director general, Forman no sólo se ocupa de los aspectos puramente deportivos sino que también es responsable de las operaciones comerciales de los Chicago Bulls. Y Gar sabe que el éxito de la franquicia no depende únicamente de cómo juegue el equipo. Por supuesto que está muy bien que se mantenga entre los cinco mejores de la Conferencia Este pero, como entidad, probablemente sea más importante que lideran la Liga en términos de asistencia a su pabellón.

Importa poco que se sepa que su presencia limita a los Bulls. Lo importante es que sus fans parecen preferir mirar hacia otro lado y siguen pagando por verle jugar

Dicho de otra forma, realmente importa poco que cualquiera que sepa algo de baloncesto, esté al corriente de que la presencia de Derrick Rose en la cancha limita las posibilidades de los Bulls (que probablemente podrían ser uno de los dos mejores equipos de su conferencia). Lo realmente importante es que sus aficionados parecen preferir mirar hacia otro lado y siguen pagando por verle jugar.

Mientras tanto Hoiberg seguirá haciendo jugar a Derrick Rose. Y Derrick Rose, probablemente, seguirá jugando como si tuviese una pata de palo algo que, también probablemente, le cueste alguna derrota extra a los Bulls.

Pero seguirán haciendo dinero y Fred Hoilberg mantendrá su empleo. También Gar Forman. ¿Y mi amigo y su equipo? Pues rezarán para que el día que les toque viajar a Chicago, Rose no esté lesionado, porque tendrán más posibilidades de ganar… delante de todos esos fans que quieren ver a su estrella aunque no esté en plena forma.

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