Alves entra en juego
Después de un inicio de temporada flojo, el lateral derecho recobra su mejor nivel tanto en defensa como en ataque
Las vacaciones no suelen sentarle demasiado bien a Dani Alves, que empieza los cursos con unas faltas de atención en defensa que bien se pueden atribuir a un desbravado estado físico pasajero y que no en pocas ocasiones acaban en gol del rival. Unos errores que se señalan desde la grada y que ponen en entredicho al lateral, que siempre se encarga de rebatir los argumentos con el paso de los encuentros, más entonado a medida que se acerca el final de la temporada. Pero ya son ocho los años que el lateral se ha adueñado de la retaguardia derecha y frente a la Real volvió a explicar que hay pocos carrileros tan incisivos y determinantes.
Quiso Eusebio entregar las bandas al Barcelona para poblar los pasillos interiores y así tratar de difuminar las diagonales de los extremos azulgrana y los pases por dentro, del mismo modo que se fío a la escasa definición en los centros laterales, sobre todo porque a los puntas azulgrana les faltan centímetros para imponerse en la suerte aérea. La artimaña del técnico de la Real, sin embargo, resultó estéril porque el Barça, al que le sobran recursos –puede atacar a la contra o con posesión, por dentro y por fuera, con rupturas desde la segunda línea o con remates en profundidad…-, encontró en Mathieu y Alves las rampas hacia el gol. De inicio fue Mathieu el que se cobró metros en el carril, por más que sus centros salieran torcidos o acabaran en las manos de Rulli. Pero después intervino Alves, validado por los movimientos de Messi hacia dentro para entregarle el costado. Así, fue Rakitic el que se la entregó al 10 y este a Alves, que ganó la carrera por el ala y puso un centro al punto de penalti, donde llegó Neymar desde atrás [hueco originado también por la batalla de Luis Suárez, que chocó con Mikel y ambos se vencieron al suelo] para rematar a gol. “El equipo perfecto no existe, al final es la ambición lo que te hace conseguir los objetivos. Pero no dejaremos que los elogios nos debiliten”, señaló el brasileño.
Yo no busco que me ovacionen sino que el entrenador esté contento con mi dedicación y trabajo”, dijo tras el partido
Poco después fue Iniesta el que hizo un cambio de orientación para la galopada de Alves, que volvió a percutir por su lado y puso un centro para Luis Suárez, especialista acróbata que volvió a marcar. Era la réplica del Barcelona a la propuesta de la Real, por lo que encontrada la hoja de ruta prosiguió en las mismas. Fue entonces de nuevo el 8 el que metió un pase a la carrera veloz y sorpresiva del lateral –en esta ocasión fue Mathieu el receptor-, que centró al área, donde Neymar volvió a embocar para marcar su gol número 14 en 12 duelos ligueros.
“Cuando la gente compite conmigo normalmente pierde porque mi dedicación y mi pasión son muy fuertes”, explicó Alves esta misma semana ante los micros de la ciudad deportiva azulgrana. Así, primero fue Sergi Roberto (que cuajó buenos partidos de lateral derecho) y ahora la próxima incorporación de Aleix Vidal, puesto que en enero se levantará el veto de la FIFA por los fichajes irregulares de menores, los que le han hecho recobrar el tono, también su fútbol. Se lo agradeció el Camp Nou, hasta el punto de que cuando fue sustituido a falta de media hora para concluir el encuentro el estadio le regaló una ovación, al tiempo que coreó su nombre. “Yo no busco que me ovacionen sino que el entrenador esté contento con mi dedicación y trabajo. Estoy aquí para hacer mi trabajo y no para buscar los aplausos”, convino un Alves que ya entra en juego.
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