El ‘profesor’ Marc Márquez da clases en Rufea
El piloto español instruye a 20 niños de 9 a 13 años en el circuito de tierra en el que se entrena
En Rufea, una partida de la huerta de Lleida donde es habitual que la mañana le reciba a uno con humedad, frío y niebla, como ocurrió este viernes de noviembre, y que está a unos 45 minutos en coche de Cervera, de donde es Marc Márquez, hay un circuito de motocross en el que el campeón del mundo empezó a ir en moto. “Aquí me entreno habitualmente, es mi segunda casa”, se arranca el piloto de Honda, que hace poco más de una semana que aparcó la moto y dio por terminada la temporada. Pero no el trabajo. A los eventos con los patrocinadores, que le han llevado de ruta de Valencia a Sevilla, de allí a Milán y a Madrid en los últimos días, se une este fin de semana una apuesta personal: un campus con 20 niños (y niñas, cuatro; incluidos dos ingleses, un holandés, una italiana y un brasileño) de nueve a 13 años de edad a quienes ha seleccionado él personalmente, seguramente un centro de entrenamiento excepcional con un profesor excepcional.
Recibió más de un centenar de vídeos de chavales en moto, tratando de demostrar su destreza al manillar. Se pasó toda una tarde en un hotel de Malasia, en plena gira por Asia y Oceanía, ajeno al escándalo que estaba por venir, justo unos días antes de que Rossi soltara aquella bomba de que el Mundial estaba amañado para que fuera Lorenzo el campeón y no él, repasando las imágenes. Advirtiendo algo en unos pocos chicos y chicas que serían los elegidos. “Vi niveles de todo tipo. Y al final, tenemos algunos campeones de España de distintas disciplinas y categorías y hasta a un brasileño al que le estamos enseñando a cambiar de marcha”, explica el catalán.
Muchos van rápido, pero hay que trabajar en su seguridad. Deben aprender a ir bien colocados en la moto. La velocidad llegará” José Luis Martínez, ex piloto de motocross
Así es el Junior Motor Camp, by Marc Márquez, de inscripción gratuita para esos 20 niños e impulsado por uno de sus patrocinadores, Allianz, pues forma parte del programa Laps for Life 93, con el que ya se han hecho anteriormente campañas para luchar contra la leucemia o el Alzheimer. Esta vez se trata, sin embargo, de que Márquez se implique algo más. Debe ejercer de profesor a tiempo completo. Eso sí, con la ayuda de su hermano Àlex, piloto de Moto2, de José Luis Martínez, que fue campeón de España de motocross y ahora coordina sus entrenamientos, y de otros dos jóvenes pilotos de motocross en activo: Jorge Zaragoza y Nil Arcarons. Ellos forman el equipo docente, instruyen a los niños y les acompañan desde primera hora de la mañana.
“Empezamos cambiándonos todos juntos, porque es importante que aprendan también la disciplina del piloto fuera de la pista. Les dejamos la ropa bien ordenada en cajas. Y luego calentamos, para que no se les olvide lo importante que es antes de empezar. Y damos los buenos días a todo el equipo”, explicaba Márquez, en la jornada de puertas abiertas para la prensa. En los cuatro días de entrenamientos de los que constará el campus los pequeños pilotos combinarán diferentes disciplinas: motocross, dirt track y flat track, modalidades estas dos muy estadounidenses y a las que el piloto español es un gran aficionado. De las tres se aprovecha él en los circuitos de asfalto: “Te dan mucha improvisación”.
Y aunque cada caso es distinto y se ha estructurado el trabajo en tres grupos de acuerdo con los distintos niveles de los chicos, en lo que más inciden los profesores es en corregir la trazada y la posición encima de la moto. “Muchos de ellos van rápido, pero hay que trabajar en su seguridad. Y deben aprender a ir bien colocados en la moto. La velocidad llegará después”, señala Martínez. “El objetivo final es que evolucionen, ver una progresión en ellos es importante”, asume Márquez, que reconoce que Henrique Coelho, el más pequeño, que llega desde Brasil, “el primer día no sabía ni lo que era la palanca de cambios”.
Aunque todos estaban deseosos por conocer a Márquez y la única italiana del grupo, Martina Guarino (13 años), no dudó la primera noche en sacar el tema de la disputa con Rossi a la sobremesa, de los 20 solo uno sueña con ser piloto de MotoGP: el británico Ross Turner (11 años). El resto prefiere el barro. “Los saltos, el barro, el polvo y la lluvia hacen que una pista de cross nunca sea igual. Los niños no se aburren porque cada vuelta es distinta de la anterior”, apunta Martínez. Pero Márquez lo tiene claro: “Un piloto que es rápido en motocross también lo es en una pista de velocidad”. Con él la ecuación no falló.
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