Lamar Odom consumió estimulantes sexuales y cocaína durante tres días
El exjugador de la NBA se mantiene en estado crítico tras haber sido hallado el martes sin conocimiento en un burdel de Las Vegas
Dwayne Wade escribió este tuit el pasado miércoles: “Todo el mundo se preguntará ahora por qué o dirá cómo pudo hacer esto o lo otro”. La estrella de los Heat de Miami añadía: “Si no has vivido la vida a través de sus ojos, nunca sabrás lo que ha sido”.
Lamar Odom, 35 años, el hombre que creció en la pobreza y maduró con la tragedia, se encontraba este miércoles, por segundo día consecutivo, en coma y con respiración asistida después de que fuera hallado inconsciente en la habitación de un burdel en la localidad de Crystal (Nevada, a menos de una hora de coche desde Las Vegas).
Hasta este momento, el caso todavía se encuentra abierto" Sharon Wehrly, alguacil
La oficina del sheriff del condado al que pertenece Crystal permitió escuchar en rueda de prensa la llamada que una trabajadora del conocido como Love Ranch hizo a los servicios de emergencia después de encontrar a Odom inconsciente en la habitación que había reservado, pagando una suma de seis cifras, y en la que llevaba encerrado tres días.
Según la mujer, ella vio a Odom consumir cocaína y al menos 10 pastillas de suplementos de hierbas para mejorar la capacidad sexual. “Los agentes que llegaron para asistir al caso se encontraron a una persona inconsciente que echaba sangre por la nariz y la boca junto con un líquido blanco”, explicó la alguacil Sharon Wehrly.
“En cuanto llegó el personal médico, fue estabilizado y se comenzó la evacuación a un centro hospitalario”, añadió. El traslado del deportista, en sí, fue un problema, ya que debido a su gran altura, 2,08 metros, no fue posible introducir su cuerpo en el helicóptero, por lo que fue conducido hasta el Sunrise Hospital de Las Vegas en ambulancia.
Como la de muchos otros jugadores de la NBA, la vida de Odom no siempre fue firmar autógrafos e ingresar cheques millonarios en el banco. “Parece como si la muerte quisiera estar siempre cerca de mí”, declaraba el jugador de los Lakers en 2011 al diario Los Angeles Times.
En su vida, Odom ha enterrado a su madre cuando era un niño, y pobre, y a un hijo de seis meses cuando él fue padre y era ya un jugador de la NBA. Este verano, dos de sus amigos más cercanos fallecían con pocas semanas de diferencia debido a incidentes relacionados con las drogas.
“Sólo su pasado no explica que hoy esté donde está, muchos jugadores de la NBA tienen vidas incluso más difíciles que la de Odom”, cuenta Andrei S. Markovits, profesor de la Universidad de Michigan y experto en Sociología del Deporte. “Odom era muy querido por sus compañeros de los Lakers, no era una estrella pero era un buen jugador. Si se fija, en los corrillos en los descansos, él siempre se encontraba en el centro, no estaban Kobe o Metta World Peace, las estrellas, estaba él”, relata el profesor Markovits.
“Si me pregunta a mí, yo creo que para Odom fue demoledor que los Lakers le vendieran”, apunta Markovits, que considera que a partir de ahí todo fue un poco más cuesta abajo.
El jugador de la NBA, reconvertido en estrella de la telerrealidad televisiva por su matrimonio con Khloe Kardashian, nunca se adaptó a vivir en Dallas, donde fue traspasado para jugar con los Mavericks. Su matrimonio se desmoronaba como lo hacía su carrera.
En diciembre del año pasado, la más pequeña de las Kardashian le solicitaba el divorcio alegando diferencias irreconciliables. Paradojas de la vida, el divorcio no está concluido y en estos momentos Khloe sigue siendo su esposa y quien, en última instancia, tiene en su mano el poder de decidir si a Odom se le desconecta de las máquinas que le mantienen con vida si no supera el estado en el que ahora se encuentra.
“Lamar siempre ha vivido dos vidas”, explicaba en Sports Illustrated quien él considera su padre, Jerry DeGregorio, su entrenador pero sobre todo quien le enseñó lo que es la familia. Su verdadero padre es un heroinómano rehabilitado que nunca estuvo en la foto.
“Una vida llena de bendiciones y otra llena de tragedias”. ¿Cuánta gente ha pasado por lo que ha pasado Lamar y vive para contarlo?, se preguntaba DeGregorio.
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