El Deportivo ya atina y golea al Espanyol

Las dos últimas temporadas que el Deportivo completó en Primera División llegó a Navidad con doce y trece puntos en su casillero. En la actual acaba septiembre con once, sexto en la tabla y con la sensación de que algo se está construyendo a pesar de las severas restricciones económicas que todavía padece y padecerá. Sale el sol en Riazor, que brilló como en sus mejores días en el veranillo de San Miguel para acompañar ante el Espanyol una goleada plácida y balsámica de su equipo, que incluso se permitió el lujo de dosificar los esfuerzos de sus futbolistas más baqueteados. Todo mientras en los videomarcadores del coliseo herculino se anunciaba que el club, tan frágil de salud durante el último lustro, ya sobrepasa los 25.000 abonados, cifra nada desdeñable en los tiempos del fútbol televisado por doquier y en una ciudad de 230.000 habitantes.

El Deportivo ya atina por fútbol, pero también por esfuerzo. Es un combo trabajador que extrae un jugoso fruto de sus gotas de talento. Nadie ejemplifica más esa esencia que el franco-marroquí Fayçal Fajr, un motorcito que ejerce de pegamento en un equipo trabajado y con bastantes piezas intercambiables: en seis jornadas, Víctor Sánchez del Amo ya ha empleado a 19 futbolistas y solo hay cuatro de campo sin estrenarse, entre ellos el lesionado Manuel Pablo y el último en llegar, el argentino Jonás Gutierrez. De pronto, el mismo Deportivo que está en puesto de descenso, si se considera el tope salarial al que tiene acceso, juega en la UEFA de la profundidad de planteles, también en la del rendimiento. Al Espanyol, que también opositaba a situarse a rebufo de los grandes en la clasificación, le pasó por encima con superioridad, también por una pizca de suerte porque el equipo que dirige Sergio se puso en desventaja con un gol en propia puerta y cuando, dos abajo, buscó entrar de nuevo en la liza tropezó con el poste en un derechazo de Diop. Luego el Deportivo lo ejecutó nada más regresar del descanso.

Acabó tranquilo y gustoso el Dépor, en superioridad numérica tras la expulsión de Diop, para paladear su triunfo y profundizar en la eclosión de una sociedad conformada por Luis Alberto y Lucas Pérez, que ya le ofrece réditos. Toque, velocidad y disparo aúnan un gaditano y un coruñés que mezclan como si se hubiesen conocido en el mismo parvulario. Su fulgor coincidió con el eclipse del Espanyol, del que apenas hubo noticias, en el que el aguardado Marco Asensio se pasó medio partido constreñido al costado derecho en aras de mantener el dibujo, ese 4-4-2 con el que el equipo catalán se siente cómodo, pero que en Riazor le hizo pasar de puntillas, al colectivo y al que se supone que es su hombre más talentoso. “Ellos salieron con una marcha más”, resumió Sergio. No hace tanto compartió camiseta blanquiazul con Víctor Sánchez del Amo para llevar al Deportivo a sus cotas más altas. Ahora compiten desde los banquillos. “Se han reforzado muy bien, con un equipo a la medida de Víctor y de lo que quiere. Es un equipo veterano y estable”, valora Sergio. “Queremos seguir trabajando y mejorando. Estamos encantados de que la afición se ilusione”, concluye Víctor.