Las Palmas tumba a un fantasma
El Sevilla, lastrado por las lesiones y el nerviosismo de Emery, cae con justicia ante un rival entusiasta para entrar en una grave crisis
Las Palmas tumbó a un fantasma. Un Sevilla colista, destrozado por las lesiones y desnaturalizado por las decisiones de Unai Emery, que vive una pesadilla. No hay muchas explicaciones a la extraña alineación del técnico vasco, que prescindió de varios de sus titulares para conformar un equipo extraño, sin fútbol, que se ahogó en un fútbol directo y mostró evidentes fracturas en defensa. Las Palmas se aprovechó de un equipo descompuesto, roto y sin alma, que desprende unas sensaciones espantosas. El orden canario acabó con el Sevilla, que solo tuvo algunos minutos dignos en la segunda mitad. Si nivel es muy bajo, extrañando una barbaridad el nivel de futbolistas como Immobile y Llorente, a los que Emery dio la titularidad y luego sustituyó. Un desorden inexplicable que puede hacer mucho daño si el equipo andaluz no empieza a reaccionar. Por el momento, es colista. Si bien hay un número impresionante de lesiones y los nuevos fichajes se tienen que adaptar, Emery tiene que hacer reaccionar a los suyos de manera inmediata. Este cúmulo de dificultades de los andaluces no es cuestión de Las Palmas, que logró su primer triunfo de la temporada y respiró con la victoria.
LAS PALMAS, 2-SEVILLA, 0
Las Palmas: Javi Varas; David Simón, Aythami, Bigas, Alcaraz, Dani Castellano; Hernán, Wakaso, Roque Mesa (El Zhar, m. 68); Jonathan Viera (Culio, m. 78) y Araújo (Vicente Gómez, m. 86). No utilizados: Raúl; David García, Valerón, y Willian José.
Sevilla: Rico; Coke, Andreolli, Kolo, Tremoulinas; Krychowiak, Cristóforo (Reyes, m. 58), Iborra; Immobile (Gameiro, m. 54), Llorente (Vitolo, m. 65) y Krohn-Dehli. No utilizados: David Soria; Luismi, Nzonzi y Juan Muñoz.
Goles: 1-0. M. 30. Roque Mesa. 2-0. M. 76. Alcaraz.
Árbitro: Del Cerro Grande. Amonestó a Wakaso, Llorente, Aythami, Iborra, Bigas, Gameiro, Krohn-Dehli y Reyes.
Estadio de Gran Canaria. Unos 18.000 espectadores.
Emery vive en una burbuja de angustia. Presionado por las numerosas bajas por lesión y el nerviosismo que se empieza a instalar en el entorno, el técnico vasco diseñó una alineación inesperada en Las Palmas. Un equipo sin Vitolo, Reyes, Nzonzi y Gameiro, en la que prescindió del toque y la conducción para centrarlo todo en el balón directo en busca de Llorente. Un Sevilla desnaturalizado, plagado de futbolistas sin capacidad para hilvanar el juego y sin bandas para profundizar. En un césped impropio de primera, Las Palmas, con una defensa de cinco y las ideas más claras, se movió con comodidad ante la apuesta del Sevilla, producto de la cierta desesperación que anida en su técnico. Fue un dolor ver jugar al Sevilla, un compendio de pelotazos sin sentido y nula capacidad para combinar. Incluso con esas limitaciones producto de un planteamiento tan primitivo, conviene apuntar que fue el conjunto andaluz el que gozó de dos claras ocasiones para inaugurar el marcador. Immobile, en su primer partido como titular, recibió un buen pase dentro del área para girarse y golpear con violencia algo alto. Lo mejor llegó en el minuto 29. En la única acción destacada del primer tiempo, Llorente hizo una dejada espectacular a Coke, que no marcó por muy poco.
Como el Sevilla anda tocado, justo un minuto después Las Palmas aprovechó muy bien un despiste defensivo de los andaluces. Kolo midió mal y Tremoulinas llegó tarde para defender a Roque Mesa. El centrocampista disparó de maravilla para batir a Sergio Rico.
Las Palmas, con mucho menos, había sacado el máximo provecho a su lucha, asfixiando a un rival desquiciado por la alineación de su entrenador, el montón de bajas que acosan a los andaluces y las circunstancias negativas que se instalan en un equipo en evidente crisis.
El Sevilla solo ofreció algunos síntomas de mejora después de que entraran en el campo Vitolo y Reyes. Al mal momento que vive el conjunto andaluz se le une la mala suerte, puesto que Gameiro salvó un remate de Krychowiak que se colaba en la meta de Javi Varas y que hubiera supuesto el empate. Tal y como ocurriera en la primera mitad, justo después marcó Alcaraz el segundo en un remate a placer con toda la defensa parada. Situación muy peligrosa del Sevilla, colista y hundido.
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