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El Celta fulmina a un Sevilla sin aire

Un excepcional primer tiempo de los de Berizzo acaba con los andaluces, que acusaron el esfuerzo de la Liga de Campeones y afrontaron el partido sin intensidad

Rafael Pineda
Los jugadores del Celta celebran el gol de Nolito.
Los jugadores del Celta celebran el gol de Nolito.Jose Manuel Vidal (EFE)

El caramelo de la Liga de Campeones puede matar de gusto al Sevilla. El conjunto andaluz cayó con justicia ante un buen Celta después de una primera parte horrorosa y una segunda en la que lavó su imagen. El problema, no obstante, es otro. Es la inadecuada gestión que hizo Unai Emery de sus recursos. Por eso el equipo andaluz acabó roto, con varios jugadores lesionados, sin oxígeno y asfixiado. La exigencia de la Liga de Campeones le pesa a un equipo que salió sin intensidad y se encontró con un Celta que lo destrozó en un primer tiempo primoroso.

En el segundo, el Sevilla mejoró y rozó incluso el empate. No llegó porque acabó destrozado en lo físico, sin aire, roto después de haber regalado 45 minutos. Mal comienzo liguero del Sevilla, que no conoce el triunfo después de los cuatro primeros encuentros. Es la exigencia de las alturas, un mundo particular lleno de boato donde solo se mueven con desparpajo y solvencia Barcelona y Real Madrid. O Emery le pone las pilas a su Sevilla o se repetirá la maldición de los equipos que no saben competir en la Liga y la Liga de Campeones.

SEVILLA, 1-CELTA, 2

Sevilla: Rico; Mariano, Andreolli, Kolo, Coke; Krychowiak, Nzonzi; Reyes (Konoplyanka, m. 72), Banega (Llorente, m. 46), Vitolo (Krohn-Dehli, m. 29); y Gameiro. No utilizados: David Soria; Luismi, Iborra e Immobile.

Celta: Sergio; Hugo Mallo, Cabral (Fontàs. m. 58), Sergi Gómez, Jonny; Augusto, Wass, Pablo Hernández (Radoja, m. 62); Orellana, Aspas (Guidetti, m. 79) y Nolito. No utilizados: Néstor; Planas, Madinda y Bongonda.

Goles: 0-1. M. 15. Nolito. 0-2. M. 25. Wass. 1-2. M. 53. Llorente.

Árbitro: Jaime Latre. Expulsó a Jonny por doble amonestación (m. 90). Amonestó a Sergi Gómez, Banega, Krychowiak, Aspas, Reyes y Hugo Mallo.

Ramón Sánchez Pizjuán. 35.744 espectadores.

Reventado hasta las costuras por su esfuerzo del pasado miércoles, el Sevilla fue un juguete en manos de un Celta espectacular, superior en todas las facetas del juego. La historia es antigua. La Champions exige plantillas amplias y versátiles y Emery apostó por los mismos que arrollaron al Borussia. El Sevilla fue un cadáver, sepultado por el caudal de juego del Celta, que le presionó muy arriba, le quitó el balón y lo bailó en un primer tiempo espectacular. Nervión, antiguo bastión, alucinaba con la superioridad del equipo de Berizzo, una delicia ante los futbolistas andaluces, auténticas carretas. La conclusión resulta evidente. Futbolistas como Reyes, Banega o Nzonzi son incapaces de jugar a un elevado ritmo miércoles y domingo, así que Emery rota o su Sevilla estallará en pedazos. Hasta Krychowiak, siempre un titán, fue superado una y otra vez.

Metido en su área y sin salida, el Sevilla recibió el primer impacto a los 15 minutos, cuando Nolito, en su jugada preferida, controló en el área y se perfiló para disparar con su pierna derecha. Mariano, su marcador, ni se enteró. A raíz del gol, la superioridad del Celta se hizo infinita. El balón rondó una y otra vez el área de Rico, donde los futbolistas del Sevilla se recluyeron esperando el tiro de gracia. Marcó Wass después de otra excelente combinación de los gallegos. Los silbidos de la grada despidieron a un horrible Sevilla, destrozado por el Celta, sin chispa en sus músculos para competir, condenado por la falta de frescura y superado claramente por un rival imponente.

Mejoró mucho el Sevilla en la segunda parte. No le cabía otra posibilidad. Llorente redujo distancias y el Sevilla le puso ese punto de intensidad necesario para competir en Primera. No fue brillante el conjunto de Emery, pero rozó el empate en un lanzamiento de Krohn-Dehli al larguero. Las ganas de salvar un punto chocaron entonces con el buen hacer de Orellana, que decidió quedarse un rato con el balón. Con el Sevilla desfondado, el Celta se llevó un buen triunfo para dejar a los andaluces en puestos de descenso. Queda mucho, sin duda, pero no pinta bien para el equipo de Emery. Su equipo, renovado, no carbura.

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