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Festival en Balaídos en un partido maravilloso

Celta y Las Palmas igualan en un duelo frenético en el que los canarios jugaron con diez hombres durante ochenta minutos

Orellana pugna por el balón con Jonathan Viera
Orellana pugna por el balón con Jonathan Viera Salvador Sas (EFE)

Jugó con diez hombres durante ochenta minutos, marcó tres goles y se llevó un punto ante un rival que tuvo momentos con excelentes prestaciones. Partidos como el que se jugó en Balaídos sirven para enorgullecerse y así debe sentirse Las Palmas, que ofreció una maravillosa lección de fútbol y ductilidad táctica en un duelo maravilloso ante un rival exigente.

CELTA, 3 - LAS PALMAS, 3

Celta: Sergio Álvarez; Hugo Mallo (Bongonda, m. 83), Cabral, Fontás, Jonny; Wass, Augusto; Orellana, Hernández (Guidetti, m. 68), Nolito; y Iago Aspas. No utilizados: Néstor, Sergi Gómez, Planas, Radoja, Drazic.

Las Palmas: Javi Varas; David Simón, Alcaraz, Bigas, Dani Castellano; Hernán, Culio; Roque Mesa (Aythami, m. 58), Jonathan Viera (Wakaso, m. 85), Willian Jose (Raúl Lizoain, m. 12); y Sergio Araujo. No utilizados: Vicente Gómez, David García, Valerón y El Zhar.

Árbitro: Estrada Fernández. Expulsó a Javi Varas en el minuto 10. Amonestó a Aythami.

Goles: 1-0. m. 12. Orellana, de penalti; 2-0, m. 17, Wass; 2-1. m. 22, Araujo; 3-1, m. 50, Nolito; 3-2, m. 61, Hernández, en propia puerta; 3-3, m. 73, David Simón.

19.048 espectadores en Balaídos.

Todo es festival cuando juega el Celta, que extrae todo el fruto al plan de su entrenador, que marca una pauta a todo trapo. Su equipo aprieta al rival, recupera y toca, percute, llega y además bate récords porque no hay noticias de que equipo alguno haya conseguido quedarse en superioridad numérica antes de los diez primeros minutos en tres partidos seguidos. Y aún así padece atrás. Ese es el Celta, beneficiado por las expulsiones de Siamo Maté en el minuto 4 de la primera jornada, del meta Toño en el 9 de la segunda y de otro cancerbero, Javi Varas, en el 10 de la tercera. La primera fue por agresión, pero las segundas alertan sobre un equipo con gran capacidad para plantarse ante la portería rival.

Supo ponerse el partido de cara una vez más el Celta, pero en la batidora en la que mete sus partidos siempe resulta magullado. Marcó dos veces de inicio por mediación de Orellana y Wass, arrebató a todos con su movilidad, con la prestancia de Iago Aspas, el delantero más generoso del mundo, siempre presto a la combinación y el desmarque para hacer la vida más sencilla al compañero. Pudo caerse Las Palmas ante tal despliegue, pero no lo hizo y ese fue su gran mérito. Jugó con diez como si tuviese doce, plagado como estaba de peloteros acortó distancias al aprovechar las intermitencias del Celta en su fase defensiva. Marcó Araujo y el partido volvió a cerrarse en el marcador, jamás en su ir y venir.

Las Palmas no se había ido, estaba de vuelta, pero en el inicio de la segunda parte se pegó un tiro en el pie con varios errores en la salida del balón desde atrás. En uno de ellos marcó Nolito tras un pase más de Aspas, pero todo lo que es firme en el Celta ante la meta rival se convierte en dudas al defender. Fontás dio una asistencia impecable a Aspas en la jugada que supuso la expulsión de Javi Varas, pero falló, muy blando y confiado, en el primer tanto canario. En el segundo Las Palmas sacó fruto de los seculares problemas del Celta en los balones al área. Bien los padeció Paco Herrera, ahora técnico amarillo cuando entrenó en Vigo. Acortó distancias por ahí cuando el técnico había ido a por el partido con tan sólo tres zagueros. En la ventaja mínima replicó Berizzo dando cancha a Guidetti por el improductivo Hernández, reaccionó Herrera con un nuevo giro táctico y marcó David Simón, un magnifico lateral.

El final fue frenético. Las Palmas tuvo dos contras que pudieron ser ganadoras, Nolito un libre directo en el que se cantó gol. El empate ajustó méritos.

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