Los felices 33 de Feliciano

La cosa va de números. Ahora mismo tiene 33, pero en apenas 12 días soplará 34 velas. Y, por eso de dejar lo mejor para el final, parece que Feliciano López (el 19º mejor tenista del mundo) ha decidido dulcificar su treintena, después de 18 temporadas en el circuito profesional, aunque empezó a empuñar la raqueta con tan solo cinco añitos. El pasado 17 de julio, pasó por la vicaría en su Toledo natal, y a juzgar por su rostro y sus movimientos sobre la pista, la madurez le está sentando de maravilla. Y es que, según expresó él a través de Twitter, después de de deshacerse de Fabio Fognini y citarse la próxima madrugada (hacia las 3.00, Eurosport) con Novak Djokovic, “el matrimonio funciona”.

Sea o no esa la clave, el caso es que Feliciano vive un presente edulcorado. Esta noche, por primera vez en 14 participaciones, el toledano tendrá la oportunidad de saborear la experiencia de disputar unos cuartos en Flushing Meadows, un territorio en el que el show y el tenis de vértigo conviven mientras azota el estío neoyorquino. Y, por primera vez también, tendrá a su alcance unas semifinales de un del torneo Grand Slam, meta que se le resiste pese a que se haya postulado ya tres veces, en su torneo fetiche, Wimbledon (2005, 2008 y 2011).

“Voy a disfrutar de un partido en la pista más grande del planeta, ante el mejor jugador del mundo. ¿Que qué voy a hacer? Si quiero tener alguna oportunidad frente a un jugador como Djokovic es siendo valiente, agresivo y subiendo a la red. Al margen de ser donde juego mejor, es donde más daño hago. Y no le voy a derrotar desde el fondo”, desgranó tras liquidar a Fognini, contra el que empleó un repertorio armónico e imparable de servicios, reveses y cortados que terminaron por vaciar al italiano, exhausto.

“Yo sé cuáles son mis armas”, recalcó Feli, que durante el verano ya batió a Rafael Nadal en Cincinatti y que pese a los vaivenes del ránking apenas ha abandonado el top-20 en el último año; incluso, cuando algunos emprenden poco a poco la retirada, él ha llegado a asomarse a la zona noble del circuito -alcanzó el número 12 el pasado mes de marzo-. “Es algo increíble. Llevo dos o tres años jugando bien. La temporada pasada fue la mejor de mi carrera porque acabé el 14. Hasta este momento, este curso no había sido tan bueno como el anterior, pero esta semana las cosas han ido muy bien”, expuso el español, el quinto jugador que más aces (56) firma en el torneo.

Si quiero tener alguna oportunidad es siendo valiente, agresivo y subiendo a la red"

Y, ¿cuál es el secreto? El viejo patrón, la fidelidad a un esquema de juego que en su madurez conserva y multiplica toda su vigencia. Fuerza, pegada, lanzarse a la cinta como un potro desbocado, pero con cabeza. “No es el típico jugador español que permanece en el fondo de la pista. A él le gusta estar dentro, cortar la pelota y los saques fuertes, así que debo estar preparado para eso”, recopila Djokovic, que tuvo que emplearse a fondo para doblegar a Roberto Bautista (6-3, 4-6, 6-4 y 6-3, en tres horas) y que con 204 victorias, superó a Pete Sampras (203) en el número de triunfos en partidos correspondientes al Grand Slam.

Al serbio, gran favorito, le espera ahora un tipo que, a sus 33, felices 33, disfruta más que nunca y juega al tenis de maravilla.