¿Es legítimo ese premio?
El récord de abandonos (12) en el tramo inicial del US Open restaura el viejo debate de la concesión de premios a los jugadores que se marchan a las primeras de cambio
El verano neoyorquino está haciendo estragos en el US Open. Las elevadas temperaturas y la humedad que azotan la ciudad norteamericana hacen mella en los tenistas que se baten estos días en Flushing Meadows, donde transcurre el torneo de tenis. En la primera ronda, hasta 12 jugadores decidieron abandonar por un motivo u otro; una cifra récord. El español Pablo Andújar, el francés Gael Monfils (número 16) o el prometedor Thanasi Kokkinakis fueron algunos de los que componen la nómina de damnificados. Nunca en la Era Abierta se habían producido tantos. Hasta ahora, el sol australiano (en 2014, con ocho) es el que más víctimas se había cobrado.
En total, son 14 los que se han marchado antes de tiempo, por lo que ya se ha igualado la cifra histórica de 2011. Acalambrados, Jack Sock y Denis Istomin fueron los últimos. La mayor parte de los casos corresponde a contratiempos físicos. Sin embargo, el adiós de Vitalia Diatchenko el día del estreno dejó un poso de controversia que viene de lejos. La rusa, 86 en al ránking de la WTA, acudió al torneo con unos problemas en el pie izquierdo, dolorida muy justa. Frente a Serena Williams, tan solo permaneció 30 minutos sobre la pista antes de optar por el adiós, con 6-0 y 6-2 en el electrónico. De 37 puntos jugados, solo fue capaz de anotarse cinco. Fue atendida varias veces, pero no pudo continuar.
Pese a todo, Diatchenko percibió los 39.500 dólares (35.569 euros) correspondientes a todos aquellos que logran acceder al cuadro final del major neoyoquino, el grande que mayor recompensa económica reparte en 2015: 42,3 millones de dólares (unos 38 de euros). Y esto, a muchos que lo interpretaron como un simulacro premeditado de la rusa para percibir el dinero y salir corriendo, no les hizo ni pizca de gracia. "¿Qué está ocurriendo ahí? Respeten al deporte, por favor", tuitéo Feliciano López en torno a un asunto que los dirigentes del tenis estudian abordar. La legendaria Chris Evert, ganadora de 18 grandes, fue igualmente directa. La estadounidense vino a decir que si Diatchenko solo jugó para saludar a su referente "sería una vergüenza".
Mientras, en la noche noeyoquina del miércoles, Rafael Nadal, que suele hablar alto y claro, expuso su opinión cuando la preguntaron los periodistas por el tema. Y como casi siempre, fue rotundo. "Creo que en algunos casos pasa, pero en la mayoría son retiradas por accidente, no premeditadas”, señaló, antes de continuar: “Mucha gente aquí hace lo que puede para sobrevivir y para intentar asegurarse un futuro. La realidad es que en el mundo del tenis se gana dinero, pero especialmente los de arriba. Los siguientes también lo ganan, pero tienen muchos gastos. Hay que ponerse en la piel de esa gente...".
El debate y la polémica, pues, están sobre la mesa. O, mejor dicho, continúan. Premios, lesiones, retiradas... ¿Es legítimo ese premio? Y, mientras tanto, el estío sigue pasando factura en Flushing Meadows.
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