El Sevilla, fútbol a la francesa
Otra vez reinventado, el equipo andaluz busca la tercera plaza sin tapujos con la llegada de hasta ocho jugadores de calidad contrastada y ambición
Una buena muestra de lo que este Sevilla puede ofrecer se vio en la final de la Supercopa de Europa ante el Barcelona. “No nos rendimos nunca, pero también es que tenemos muy buenos jugadores”, afirma Monchi, director deportivo de un equipo que ha aumentado esta temporada su exigencia en cuanto a los objetivos. Nadie afirmará de forma pública que la meta es la tercera plaza. De puertas para adentro, todo cambia. El primero que anda muy transformado es el propio entrenador, Unai Emery, quien ha puesto el listón de la exigencia muy alto. “El que no pueda con el reto, no jugará”, advierte. El vasco quiere un Sevilla competitivo al máximo en su regreso a la Liga de Campeones, a la que accede directamente a la fase de grupos por ser campeón de la Liga Europa.
Refuerzos de calidad
Altas: Mariano (Girondins), Rami (Milan), Escudero (Getafe), Nzonzi (Stoke City), Kakuta (Chelsea), Konoplyanka (Dnipro), Krohn-Dehli (Celta) e Immobile (Dortmund).
Bajas: Barbosa (Villarreal), Aleix Vidal (Barcelona), Cicinho (Bahia), Diogo (Genova), Fernando Navarro (Deportivo), Alejandro Arribas (Deportivo), Mbia (Trabzonspor), Deulofeu (Everton), Aspas (Celta), Manu del Moral (libre) y Bacca (Milan).
37.000 socios: cifra de abonados que ha alcanzado el Sevilla a una semana del inicio de la Liga.
El salto en la exigencia se produce, además, digiriendo de forma natural las ventas que cada verano se dan en el Sevilla. Se han marchado Bacca y Aleix Vidal, dos jugadores importantes, recibiendo el equipo andaluz 47 millones de euros para conformar una plantilla muy potente. En su enésima reinvención en la élite, el Sevilla se ha reforzado con futbolistas, a priori, muy interesantes. Emery ha recuperado para la Liga a Rami después de su paso por el Milan. Ha llegado el brasileño Mariano, lateral derecho del Girondins, mientras que en el centro del campo se espera mucho de un futbolista que los técnicos consideran que dará mucho que hablar: Nzonzi. Un gigante de ébano que juega con soltura y clase. Además, brilla la calidad del ucraniano Konoplyanka, la rapidez y el desborde de Kakuta, así como el talento de Krohn-Dehli y la regularidad de Escudero en el lateral izquierdo. El lote lo completa Ciro Immobile, internacional por Italia y con ganas de reivindicarse en el fútbol español tras su frustrado pase por el Dortmund.
En la plantilla destacan los jugadores de nacionalidad francesa y otros futbolistas que sin serlo se han formado en la Ligue 1. Franceses son Kolo, Tremoulinas, Rami, Nzonzi, Kakuta y Gameiro, mientras que otro de los puntales del equipo, el polaco Krychowiak, se hizo futbolista en Francia, así como el recién llegado Mariano. “El jugador de la Ligue 1 es la conjunción perfecta entre un precio asequible y la eficiencia”, proclama Monchi una y otra vez cuando se le pregunta por su predilección por los futbolistas que provienen de la competición vecina. El director deportivo viaja una media de 30 veces al año para ver fútbol en directo en Francia.
Junto al elenco de franceses y los nuevos fichajes, se mantienen en el bloque futbolistas que demostraron su valía en la pasada temporada: son los casos de Carriço, Iborra, Banega, Reyes o Vitolo, con experiencia en la élite y ganas de seguir haciendo grande al Sevilla. “Hemos vuelto a la Liga de Campeones y queremos quedarnos mucho tiempo en esta competición”, proclama sin pudor el presidente, José Castro. Este Sevilla va en serio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.