Pastillas para estimular la EPO
Dos ciclistas dan positivo por un fármaco aún en fase de experimentación que genera eritropoyetina
Hay una nueva sustancia química que todavía no está a la venta y que ya ha sido encontrada en la analítica de dos ciclistas: el italiano Fabio Taborre y el chileno Carlos Oyarzun, que fue excluido, de hecho, de los Juegos Panamericanos. La sustancia se llama FG-4592 y es un fármaco en fase de experimentación. Si supera la tercera fase se empezará a comercializar en Estados Unidos a finales de año y en China en 2017. Es un medicamento (por el que se han invertido más de 10 millones de dólares) para el tratamiento de la anemia en enfermedades renales crónicas y terminales. La sustancia está relacionada con la EPO.
La EPO es una hormona que produce glóbulos rojos, los que transportan oxígeno en la sangre. Los deportistas (tramposos) la toman para aumentar esa producción de glóbulos rojos y tener así más resistencia, lo que les permite recuperarse más rápido y notar menos —o no notar— el cansancio. La EPO, indetectable hasta el año 2000, ha sido el dopaje más utilizado por los atletas. Se suele inyectar en el abdomen, en competición o en las semanas previas a la competición.
La molécula FG-4592, a diferencia de la EPO, que estimula la producción de glóbulos rojos de forma directa, lo hace de forma natural, es decir, endógena. Cuando el riñón detecta que falta oxígeno, segrega EPO a la sangre. El organismo reacciona como si estuviese en altura: a menos oxígeno, produce más glóbulos rojos. Además, no requiere suplementos de hierro ni hay riesgo de sobredosis tóxica.
A diferencia de la EPO, no se inyecta sino que se toma por vía oral, como una pildorita. Algo muy goloso para los atletas. En teoría este nuevo fármaco no está a la venta, para comprarlo online hay que acreditar que es para investigaciones científicas. Los dos ciclistas que han dado positivo están a la espera de los contraanálisis.
¿Pero cómo la han llegado a conseguir si todavía no está en comercio? “No existe ningún organismo internacional que controle la producción de la industria farmacéutica y claro, esta puede llegar muy fácilmente a apoyarse en redes paralelas ilegales. Así, si el medicamento en cuestión no pasa los trámites de experimentación, ellos ya habrán conseguido ingresos en el mercado negro”, explica Sandro Donati, consultor italiano de la WADA (Agencia Mundial Antidopaje).
Don Catlin, experto en sustancias dopantes, declaró al New York Times que los atletas consiguieron la sustancia en páginas webs chinas. “Eso es un riesgo porque tú pides un medicamento pero puede, y no es la primera vez que pase, que el principio activo que te vendan no corresponda al que buscas”, analiza Donati. Es un riesgo también porque las dosis del FG-4592 cambian en función de la edad y peso de las personas.
FG-4592, un fármaco para la anemia
AstraZeneca y FibroGen son los laboratorios que están desarrollando el FG-4592, “un compuesto oral” —según lo define la página web de AstraZeneca— para el tratamiento de la anemia asociada a la enfermedad renal crónica (ERC) y la enfermedad renal terminal (ERT). FG-4592 es un inhibidor de molécula pequeña de la prolil hidroxilasa del factor inducible por la hipoxia (HIF). El HIF es una proteína que responde a los cambios en el oxígeno del medio ambiente celular y satisface las demandas de oxígeno del organismo induciendo eritropoyesis, el proceso por el cual se producen los glóbulos rojos.
“Lo que menos me desconcierta es que se hayan hecho con la sustancia sin que esté a la venta, porque los países orientales se pasan por el forro las patentes farmacéuticas”, asegura Dario D’Ottavio, hematólogo y durante 30 años director del laboratorio de química analítica y toxicología de los hospitales San Camillo y Forlanini de Roma. También fue responsable de la comisión científica antidopaje del CONI (Comité Olimpico Italiano)
D’Ottavio advierte de que el FG-4592, al aumentar los niveles de hemoglobina, altera también el nivel de hematocrito (el volumen de glóbulos con relación al total de la sangre) y los niveles hemáticos, por lo que eso se reflejaría en el pasaporte biológico (recoge y almacena todos los datos sobre las propiedades y las variables en la sangre de los atletas). En el ciclismo, por ejemplo, no están permitidos niveles de hematocrito superiores al 50%.
“Esta es una molécula detectable por laboratorios expertos”, apunta D’Ottavio. Y añade: “Pero ya sabemos que los tramposos intentan ir un paso por delante. Si se toman esta molécula [sustancia] lejos de la competición conseguirían que pasara desapercibida. También utilizando enmascaradores”, concluye D’Ottavio.
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