Desastre histórico de Estados Unidos en el relevo del 4x100 libre
Los norteamericanos y Australia, las dos mayores potencias de las carreras de equipo, se quedan fuera de la final. Francia se lleva la medalla de oro
“Lo siento”, dijo Anthony Ervin. “Hemos nadado muy mal”. El más veterano de los velocistas estadounidenses, de 34 años, parecía un vagabundo hipster en los pasillos que conectan las dos piscinas del estadio de Kazán. El pelo revuelto, la mirada perdida, y los brazos completamente tatuados, componían la imagen de un hombre atónito y desubicado. Estados Unidos, la gran potencia de la natación en línea, acababa de quedar fuera de la final en la prueba que históricamente define su poderío: el relevo de 4x100. Sucedió en la serie matinal de ayer. Los americanos terminaron en undécima posición, por delante de Australia, la segunda nación más prolífica en velocistas. Rusia lideró la preliminar con una marca de 3m12,46s, seguida de Brasil e Italia. Pero por la tarde los que pegaron fuerte fueron Metella, Manaudou, Gilot y Stravius para entregarle el oro a Francia.
Dos factores contribuyeron a hundir al equipo americano. Primero, la falta de atención que la federación estadounidense ha puesto en estos Mundiales, cuya selección fue realizada hace un año. El estado de forma de los nadadores en 2014 no indica su capacidad para nadar en 2015. La segunda causa es el bajo rendimiento de los especialistas estadounidenses en relación a la emergencia de rusos, brasileños, italianos, franceses, japoneses, canadienses, polacos y chinos, todos clasificados para la final. Todos con nadadores más rápidos en 2015, en donde el hombre más veloz de Estados Unidos ha sido Nathan Adrian, con 48,85s.
Hasta Bélgica, un país con poca tradición en esta prueba, nadó un segundo más rápido que Estados Unidos liderada por Pieter Timmers. Tiemmers hizo su posta en 47,85s. Una marca notable, considerando que ninguno de los clasificados para la final nadó más rápido que los 47,91s del italiano Marco Orsi. Italia se colgó el bronce con 3m 12,53s. Rusia fue plata con 3m 11,19s. Francia nadó los 400 metros en 3m10,74s.
Francia subió al podio del 4x100 en los Mundiales de 2003, en Barcelona. Desde entonces, ha sabido mantener un grupo nutrido de nadadores centrados en las distancias cortas. Obtuvieron el bronce en 2003, 2007 y 2009; conquistaron la plata en 2011 y el oro en 3013. En Kazán se permitieron repetir campeonato. Incluso sin uno de sus portentos, Yannick Agnel, que se retiró después de que una enfermedad le impidiera ponerse a punto.
Estados Unidos puso a su cuarteto suplente en la prueba clasificatoria. Se tiraron Jimmy Feigen, Anthony Ervin, Matt Grevers y Connor Dwyer. La pesada sección del veteran Ervin (49,69s) fue reveladora de un fallo organizativo que tiene mucho que ver con la soberbia de un equipo que se siente con derecho a la superioridad. Ninguno de los 32 clasificados para la final nadó peor su posta. Desde luego, todos los belgas fueron más rápidos. Bélgica marcó un tiempo de 3m15,50s. Estados Unidos se quedó en 3m16,01s.
Los funcionarios de la federación estadounidense en Kazán señalaron que estaban ante un hecho inaudito. Nunca en la historia de los Juegos o de los Mundiales su país se había quedado fuera de una final del relevo corto por no ser suficientemente rápido. Estados Unidos ganó 11 de los 14 relevos mundialistas hasta Kazán y solo se cayó de una final, en Fukuoka en 2001, por descalificación administrativa.
En la categoría femenina, Estados Unidos alcanzó la final pero solo atrapó el bronce. A Franklin, Geer, Neal y Manuel les resultó imposible ponerse al frente de la prueba. Mandaron las holandesas con Kromowidjojo en la primera posta y se adelantaron las australianas en un ejercicio perfecto de sincronía y colaboración. La plata fue para Holanda. El campeonato fue para Seebohm, Mickeon, Bronte Campbell y Cate Campbell, las abanderadas de Australia, dueñas de una marca estupenda: 3 minutos 31,48s, a un segundo del mejor tiempo de siempre.
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