River impone su experiencia frente a Tigres en un partido sin goles
La final del torneo se decidirá el 5 de agosto en el Monumental de Buenos Aires
River Plate salió con vida del Volcán. El equipo dirigido por Marcelo El Muñeco Gallardo arrancó un empate sin goles a los Tigres de Monterrey (México) en el partido de ida de la Copa Libertadores. Los jugadores de Ricardo Tuca Ferreti están obligados a salir a buscar el triunfo en el Monumental de Buenos Aires el próximo 5 de agosto para convertirse en el primer equipo mexicano en llevarse el trofeo del más codiciado torneo de clubes en América.
A Tigres, que jugaba su primera final de Libertadores, le tomó 20 minutos sacudirse los nervios de principiante. El arranque fue tortuoso, con dos equipos que se medían con excesivo recelo, sin disponerse a arriesgar. En ese papel se le vio más cómodo a los millonarios, que suman más horas de vuelo en el torneo sudamericano, que no conquistan desde 1996. River planteó un 4-4-2 sobre el campo que mantuvo el orden y pudo empujar a los felinos en su campo durante el primer tiempo.
El equipo mexicano, de la Universidad Autónoma de Nuevo León, desembolsó 30 millones de dólares durante el verano para reforzarse. Esta noche, sin embargo, su inversión lució poco sobre el césped. André Pierre Gignac, traído del Olympique de Marsella, estuvo más ocupado devolviendo los golpes que recibía y discutiendo con el árbitro que creando ocasiones de peligro para los felinos. Otros fichajes, como el mexicano Javier Aquino y el nigeriano Ike Uche no pudieron ver acción dentro del campo por sus lesiones.
Jürgen Damm, de 22 años y una de las promesas del fútbol mexicano, fue uno de los motores de Tigres. El equipo, que pagó casi siete millones de dólares por el extremo mexicano de origen alemán, encontró profundidad con sus carreras en la banda derecha. Del otro lado, Damián Álvarez también generó varios dolores de cabeza a River Plate, su antiguo equipo.
Ni los carrileros ni los intentos del uruguayo Egidio Arévalo en el centro del campo, el mejor de Tigres en el encuentro, hicieron mella a la férrea formación de la última línea porteña. Leonel Vangioni y Jonatan Maidana fueron los responsables de mantener el cerrojo virgen durante el primer partido de la final.
Antes del arranque, El Muñeco había anunciado que saldrían a jugar el partido lejos de su área. También había dicho que serían agresivos en el centro de la cancha para evitar que Tigres tuviera salida. Matías Kranevitter asfixió el avance de los mexicanos, que solo encontraron espacios en los laterales del campo. El juego duro costó a los porteños, que perderán a Gabriel Mercado en el partido de vuelta por acumulación de tarjetas amarillas.
Gallardo modificó poco su escuadra. Para el segundo tiempo mandó a la cancha del Estadio Universitario a Gonzalo Martínez y a Nicolás Bertolo. Este tuvo un par de incursiones en el área enemiga, un territorio casi vedado para los millonarios durante los 90 minutos.
Damm sacó al partido de su sopor al minuto 83. El joven jugador dejó ir la oportunidad más clara de la noche. Recibió en el área un gran pase filtrado, pero hizo un amague de más frente a la presión del portero Marcelo Barovero, que le redujo el ángulo de tiro cerca de la línea final. Cuando el extremo quiso pasar la pelota, la defensa millonaria ya estaba lista para cortar el ataque.
El Volcán terminó por deshidratar a River. “Lo que vi en los vestidores tras el encuentro fue un agotamiento general de los jugadores”, dijo Gallardo tras el partido. Los 30 grados en la cancha de Monterrey también jugaron en contra de los argentinos. En el duelo de estratregas, El Muñeco ganó la partida a Ferreti. River y Tigres han empatado las últimas tres ocasiones que se han enfrentado. Los mexicanos tendrán que buscar la hazaña para regresar de Buenos Aires con la Copa.
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