Tizona Burgos: sin dinero no hay ACB
Tras lograr el ascenso en la liga LEB por tercer año consecutivo, el equipo de baloncesto vuelve a quedarse sin jugar por imposiciones económicas
Si el futuro del Ford Burgos dependiera de su habilidad para encestar sería de lo más prometedor. Pero no es su relación con la canasta la que le está dando continuos quebraderos de cabeza. Fuera del parqué, donde las gigantescas zapatillas de suela gomosa de sus jugadores dejan paso a los zapatos más refinados y brillantes de los ejecutivos, no encuentra la manera de convalidar sus logros deportivos. Tras lograr por tercer año consecutivo el ascenso en la liga LEB, volverá a quedarse sin jugar en la ACB porque no puede pagar las cantidades que le exige la patronal del baloncesto español, unos tres millones de euros correspondientes el canon de ingreso, más el millón y medio del fondo de regulación de ascensos y descensos. En cambio, sí que ha ascendido a la ACB el Ourense, veterano en la competición. Solo debía pagar 600.000 euros: el canon de ingreso ya lo había abonado otra temporada.
“La ACB solo quiere ver dinero”, se lamenta Miguel Ángel Benavente, su presidente. “Esta vez han sido hasta menos dialogantes que en las dos anteriores”, añade. “Hay unas normas internas que no quieren cambiar. O accedes a sus pretensiones o te van a poner todas las trabas del mundo”, prosigue. “Tuvimos una reunión con el presidente de la ACB a la que nos acompañó el alcalde de Burgos, Javier Lacalle, y obtuvimos la callada por respuesta. Han estado en una posición de fuerza”, advierte. “Mientras no haya alguien que quiera cambiar esa norma interna, no hay escapatoria”, añade. ¿Quién podría ser ese alguien? "Pues alguien del Consejo Superior de Deportes por ejemplo", responde. Tras presentar la documentación requerida por la ACB, el Club Baloncesto Tizona, nombre oficial del club, recibió una contestación de no más de diez líneas. “Así despacharon las más de 100 hojas que les presentamos nosotros. Parece que no se las han leído”, añade Benavente.
“Este chasco ha dolido más que ninguno. El primero nos cogió un poco por sorpresa y en el segundo tuvimos pocos días para reaccionar. Es frustrante”, se suma Andreu Casadevall, entrenador del Burgos desde 2008 y que ha vivido los últimos tres tapones. “Hay que entender que la liga ACB es un campeonato privado, que tiene sus normas, y que la única manera de conseguir algo es mediante el diálogo”, analiza.
“Nosotros hacemos nuestro trabajo, tenemos que intentar buscar la motivación para seguir adelante. Queríamos ganar partidos para demostrar que el equipo no caía en la desidia. No pensábamos en el ascenso”, sostiene. ¿Seguiría en el equipo aunque no ascendiera nunca? “El primer año dije que hasta aquí y después continúe con ilusión y ganas. Está claro que hay muchas cosas que ver. No sé si el Burgos conseguirá volver a hacer una temporada como esta y además, ¿qué sentido tiene estar sufriendo para armar un presupuesto competitivo para después no conseguir el ascenso?”. “Yo tengo que intentar buscar lo mejor para mí y para mi familia”, se sincera.
“Es una injusticia evidente. Nosotros no entendemos por qué ante una situación como esta no se reacciona”, valora Jorge García, pívot y capitán del equipo, que también ha vivido los tres portazos. “Cada vez es más complicado conseguir motivar al grupo y evitar que cada uno haga la guerra por su cuenta para que al año siguiente pueda fichar por otro equipo que juegue en la ACB”, sostiene. “Es que la cosa sería tan fácil como que todo el mundo se reuniera y se encontrase la manera de contentar a todas las partes”. “El equipo tiene nivel para jugar en la ACB, pocos retoques habría que hacer. No entiendo porqué se corta la evolución de un equipo de una forma tan drástica”, concluye.
Las intenciones inmediatas de la directiva del Tizona pasan por el momento por responder al escrito recibido por la ACB. “Estudiaremos todas las medidas posibles, también las jurídicas”, advierte Benavente. Su voz retumba por cada esquina del Pabellón Municipal de El Plantío. Ese en el que todo Burgos quiere ver a su equipo competir con el Madrid y el Barcelona. Y para eso llamarán a la puerta todas las veces que haga falta. Aunque se la cierren en las narices.
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