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Alexis Sánchez: “Pagaría por verme jugar”

Chile se entrega a la estrella del extremo, que ha recuperado en el Arsenal la confianza perdida en el Barcelona

Alexis, en un entrenamiento con Chile.
Alexis, en un entrenamiento con Chile.C. Parra (EFE)

Alexis Sánchez (Tocopilla, 1988) ha perdido definitivamente la timidez de aquel chaval crecido en el desierto que limpiaba coches y jugaba al fútbol en descampados mientras su madre trabajaba lejos de casa. Hoy es la estrella indiscutible de Chile, que arranca ante Ecuador la Copa América (1,30 de la madrugada del jueves al viernes hora española, Teledeporte; 19.30 en Chile), en el estadio Nacional de Santiago).

Pero ese pudor de la infancia le acompañaba todavía mientras deslumbró a Europa en el Udinese italiano durante 2010 y 2011 y le siguió también cuando fue fichado por el Barcelona de Pep Guardiola para terminar jugando (a su pesar) subordinado a Leo Messi.

Sánchez, que en el césped siempre se caracterizó por el riesgo y la creatividad, se marchó a Londres y en su primera temporada con el Arsenal ha sido elegido el mejor jugador de la Liga inglesa en una encuesta a aficionados (Hazard fue el mejor en la encuesta de futbolistas). Gary Medel, el pitbull de Chile en el mediocampo, dijo hace poco: “Alexis tiene que ser el Messi de nosotros […]es el mejor jugador de la historia del fútbol chileno”. “Mi sueño es ser uno de los mejores del mundo”, respondió Sánchez en una rueda de prensa donde, esta vez, no rehuyó ninguna pregunta.

Triunfos a ambos lados del Atlántico

Alexis Sánchez, nacido en 1988, ha batido dos veces el récord del fichaje más caro de un jugador chileno: la primera, cuando fue traspasado del Udinese al Barcelona, en 2011, por 26 millones de euros más 11 en variables. La segunda, al mudar del club catalán al Arsenal: 38 millones de euros.

Antes, el de Tocopilla había pasado por el Cobreloa, el Colo-Colo, el River Plate y el Udinese italiano, que supuso su desembarco en Europa.

En su palmarés se reflejan una Liga, una Copa del Rey, dos Supercopas de España y una de Europa y un Mundial de Clubes con el Barça. En el Arsenal ha marcado 24 goles en 48 partidos y ganó la FA Cup. De Sudamérica se llevó dos Torneos Clausura chilenos (Colo-Colo) y otro argentino (River).

La prensa chilena otorga a Alexis el liderazgo de la selección a pesar del estrellato de Arturo Vidal en la Juventus y el dulce momento de su capitán, el portero Claudio Bravo, campeón de la Champions League con el Barcelona y encargado de negociar las primas de sus compañeros con la Federación. Bravo recibió ayer el premio Sergio Livingstone al futbolista chileno más destacado de la temporada. Y afirmó: “Alexis es un jugador fantástico, pero no podemos darle esa presión de que resuelva los partidos solo”.

Los focos están con Sánchez, que se permitió amonestar a la afición tras el último amistoso en Rancagua (“no parecía que estábamos jugando en Chile, […]somos 12 los que jugamos, nosotros y la gente”) y ayer reconoció incluso el incidente que mantuvo ese día con su compañero Marcelo Díaz, el mediocampista del Hamburgo, tras quitarle el balón cuando iba a ejecutar una falta. La bronca estuvo a punto de terminar a puñetazos en el vestuario. “"Fue una discusión que a ustedes [los periodistas] tanto les gusta. Pero es algo normal, estamos todos tranquilos, son roces de un partido”.

Alexis Sánchez es, según el Observatorio del Fútbol de Neuchâtel, uno de los diez futbolistas más valorados del planeta y superó hace tiempo la brutal crisis de confianza que sufrió en su primer año como azulgrana y que Gerardo Martino trató de curar cuando la afición ya había perdido la fe en él.

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“El guerrero Vidal”

La mayoría de las cosas que han pasado después son positivas: “He tenido un avance en mi vida futbolística”, dijo ayer; “fui evolucionando”. La columna vertebral que forma con el meta Bravo, el defensa Jara, el mediocampista Vidal y el delantero Valdivia llega en buena forma al torneo y Chile se ha ganado el derecho a soñar con llevarse la Copa América que organiza y darle a su afición la mayor alegría de la historia.

“La desesperación nos puede jugar en contra. Pero se ha hablado en el vestuario. El ser locales nos tiene que jugar a favor”, repite Sánchez. El Niño Maravilla ha asumido sin alarmas el mando y brilla, aquí y en Inglaterra, sin tener que estar pendiente de nadie más. ¿A qué futbolista de esta Copa pagaría por ver jugar?, le preguntó la prensa. Sánchez respondió: “Yo pagaría por irme a ver a mí, a Messi y luego necesito un guerrero: ese sería Arturo Vidal”.

Casi todos los presidentes, investigados

Hay que remontarse algunos lustros para encontrar una Copa América tan interesante en términos deportivos, pero nunca se recuerda un campeonato con tanto estrés entre los directivos de la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol). La investigación del FBI sobre la FIFA mantiene detenido en Suiza al presidente de la Federación Venezolana, Rafael Esquivel, y al vicepresidente de la brasileña, José Maria Marin, cuyo delfín y antiguo aliado, el presidente Marco Polo del Nero, tampoco va a viajar a Chile por las graves denuncias y pesquisas que afronta en su país.

Los presidentes de las otras ocho asociaciones de la Conmebol sí estarán presentes en Chile, a pesar de que la mayoría hace frente a investigaciones en sus respectivos países. Los menos preocupados son, en apariencia, el presidente de la uruguaya, Sebastián Bauzá, y el de la peruana, Edwin Oviedo, cuyo antecesor, Manuel Burga, sí está siendo inspeccionado por denuncias de corrupción. El presidente de la Federación de Ecuador, Luis Chiriboga, es acusado de enriquecimiento ilícito en su país, al igual que el de la boliviana, Carlos Chávez, que ha tenido incluso problemas para abandonar el país. Lo mismo le sucede al de Colombia, Luis Bedoya, denunciado penalmente.

El dirigente paraguayo Juan Ángel Napout, presidente de la Conmebol, estará todo el mes en tierras chilenas, a pocos días de que pierda la inmunidad diplomática de la que gozaba hasta este momento el máximo responsable de la entidad que rige el fútbol sudamericano.

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