Una Honda con demasiados caballos para Márquez
El español busca contrarrestar la excesiva agresividad del motor tirando mano de la electrónica y suavizando su estilo de pilotaje
A Marc Márquez le han dado un trueno. Pero se conformaría con una moto más manejable, una máquina que no se moviera tanto, que le permitiera atacar las curvas –allí donde salen los tiempos y se ganan las carreras– con mayor comodidad. Mientras esa máquina llega –algo que quizá no ocurra esta temporada– intenta que los ingenieros en la fábrica de Honda en Japón, los mecánicos de su equipo en las carreras y él mismo puedan minimizar los efectos de un motor demasiado agresivo. Lo harán con otro chasis distinto del que comenzó el año, tirando de la electrónica y de la capacidad del piloto de adaptarse a la moto con su pilotaje.
El problema se remonta al invierno pasado, o incluso antes. Honda diseñó un motor que presentó a los pilotos en el test de Brno, en agosto del 2014, y aunque ya entonces no les gustó demasiado volvieron a probarlo en Valencia, en noviembre: “Tanto Dani como yo coincidimos en el mismo comentario: era muy agresivo. Y pedimos que lo cambiaran. Llegamos a Malasia e intentaron solucionarlo, pero lo hicieron dando más potencia abajo”, explica Márquez en Mugello, después de cinco carreras, una victoria y muchos esfuerzos en balde.
En noviembre tanto Dani como yo coincidimos en el mismo comentario: el motor era muy agresivo. Pedimos que lo cambiaran” Marc Márquez, piloto de Honda
El poco caso que los ingenieros de Honda le hicieron al campeón del mundo y el hecho de completar la pretemporada en Sepang, un circuito muy caluroso (se alcanzaron los 50 grados), muy húmedo y muy ancho –en esas condiciones el rendimiento del motor es peor–, son dos factores que podrían condicionar la temporada del español. Marcar la evolución del desarrollo de la moto basándose en las pruebas en Malasia confundió a todo el equipo: “No parecía que el motor corriese tanto”, recuerda Márquez. Y así puede haber sentenciado Honda este 2015, pues los motores (que para las motos oficiales de fábrica son cinco y están sellados) son la única parte de la moto que no se puede modificar durante la temporada.
“No es un problema que se solucione de una carrera para otra, lo importante es que hay ideas, que veo una implicación total de Honda y del equipo”, apunta el piloto, que ya optó en Le Mans, la última carrera, por correr con uno de los chasis que había descartado en pretemporada. Su RC213V es ahora una copia casi idéntica a la del año pasado, salvo por el motor, claro, la fuente de todos sus problemas. “En Le Mans se juntó todo”, dice. Además de los problemas en frenada –con el chasis se pueden reducir las derrapadas que tanto fastidio le estaban dando– y con el motor –brusco, especialmente en aceleración–, el tren delantero no trabajaba bien en el circuito francés, lo que provocó la caída en carrera de todas las Honda, a excepción de la de Márquez.
En Mugello correrá con aquella misma moto descartada –“aunque la otra la tengo en el camión, por si acaso”, ríe–, pero confía en tener alguna dificultad menos que en Le Mans, puesto que este fin de semana la temperatura es mayor y porque el italiano no es un circuito especialmente exigente en las frenadas (salvo la que precede a la primera curva, al final de la recta más larga del calendario), luego tampoco hay grandes aceleraciones. Honda buscará respuestas en la electrónica mientras los ingenieros encuentran la curva de potencia correcta. Y Márquez pondrá tanto como pueda de su parte. De momento su intención es contrarrestar la agresividad de la moto con un pilotaje más fino, nada que ver con su habitual estilo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.