Landa gana, Contador aumenta su ventaja

Cuenta un testigo que cuando Rigo Urán terminó la contrarreloj del sábado, se bajó de la bicicleta como un viejo artrítico, a cámara lenta sus movimientos doloridos, tan expresivas como sus demostraciones de alegría en sus grandes momentos, sus muestras de sufrimiento. Enfermo y machacado, sin esperanza de poder repetir su segundo puesto de los últimos dos años, Urán, el colombiano que le disputa a Nairo Quintana el cariño de su país, sigue, sin embargo corriendo el Giro. Sufriendo como desde el primer día. Obstinado como una chacona de Bach. Perdió 8m clavados en la cima del Patascoss, dos kilómetros por encima de la estación de esquí de Madonna di Campiglio, donde dos españoles, un vasco de Álava, un madrileño de Pinto, tan obstinados como él y quizás intoxicados por el aire dolomítico, puro, de la materia de la que están hechos los sueños de los ciclistas que sueñan con ser míticos, se enzarzaron en un espectacular pugilato sobre pedales, golpe y contragolpe, por demostrar quién de los dos era más Pantani que el otro.

Madonna di Campiglio, donde el Pirata murió por primera vez, no podía pedir más. Tampoco el Giro, que, debido al dominio de Alberto Contador y al cansancio general de unos ciclistas que no han tenido ni una etapa de respiro en las dos primeras semanas, ha quedado sometido la última semana, la más dura, al dominio de los miedos a perder lo que se tiene antes que a la osadía de arriesgar por lo que se sueña. Difícil de cambiar la tendencia: Martinelli, el director de Aru, alaba a Contador, del que dice que está por encima de todos; y Aru sonríe feliz porque le visita su novia, Valentina, y porque ya no tiene que luchar para ganar. Solo Landa, que va cuarto y piensa en el podio, tiene ganas de romper el modo.

El madrileño, Contador, podía alegar su clase, su veteranía, su fuerza y su memoria. De niño veía a Pantani en la tele, se emocionaba y terminada la etapa salía con la bici intentando imitar sus demarrajes, las manos en la parte baja del manillar, hasta que el dolor de piernas le hacía sentarse. El vasco, Mikel Landa, puso su juventud sobre el asfalto, sobre las curvas cerradas de los tres últimos kilómetros, puso su ambición, su inspiración para ganar etapas míticas, los vídeos que ha visto repetidos de los ataques de Pantani , uno que murió cuando el chaval de Murgia tenía 14 años, y algo más: su capacidad para atacar como el Pirata, con la manos bajas, como los sprinters esprintan.

Después de que el Astana de Landa decidiera acelerar la carrera en el primer gran puerto dolomítico de este Giro, el paso Daone, el pelotón de los mejores que comenzó la ascensión al Patascoss no lo formaban más de una docena de corredores, con mayoría Astana. A ellos les provocó Contador esprintando para sacar 2s de bonificación, como si los necesitara en la meta volante de Pinzolo, donde comienzan los falsos llanos. A Contador le respondió 15 kilómetros más tarde, en lo más duro del día, Landa con un ataque fulminante que hizo sufrir a su capitán, Fabio Aru. Respondió Contador, respondió Landa. Aru miraba y recuperaba cuando se paraban los duelistas españoles. Un ruso que andaba por allí, Trofimov, aprovechó uno de esos parones para irse a ganar la etapa. Fue el momento clave. El instante de lucidez. El terreno ya era prácticamente llano. Contador sabía que si arrancaba a por el ruso, y quería arrancar, porque quería ganar donde Pantani, le rematarían los dos Astana, y que aunque Aru estuviera más flojo, podría ser el beneficiado. Entonces, inteligente, se volvió a Aru, le vino a decir que a él no le iba a dejar moverse pero que si se iba Landa él no se movería. Aru renunció a la victoria, que finalmente, fuerte como un toro, alcanzó su número dos. “Pero que conste que Contador no me ha regalado nada, ¿eh?”, dice Landa, de 25 años, siete más joven que Contador. “Alberto ha intentado y no ha podido. Yo he demostrado que daba fuerte, ¿eh?” Contador, fiel a su hábito, esprintó para ganarle a Aru unos segundos más: en total, con dos arrancadas que, dice él, no le van a pasar factura, aumentó su ventaja sobre el segundo en la general en 7s. Aru ya está a 2m 35s. Landa, cuarto, a 4m 46s; entre ambos, desde Costa Rica, Andrey Amador, a 4m 19s. Y el lunes, descanso en las montañas.