Gana Gilbert y Contador, pródigo en esfuerzos, sigue recolectando segundos
El español esprinta tras Gilbert a por la bonificación en el muro final y distancia en 14s más a Aru y en 9s a Porte
Al periodista español que llega al Giro para narrar los 10 últimos días los colegas italianos, que saben cómo van las cosas, le miran resignados, derrotados, admirados. “No tiene rival Contador”, dicen los especialistas transalpinos. Lo dicen cuando aún el sol tímido del norte ilumina pálido las colinas en las que Palladio construía hermosas villas rotondas a los ricos venecianos que huían de la peste, cuando aún hace brillar el feísmo de la basílica que espera a los corredores en la cima del llamado Monte Bérico, allí donde la Virgen se le apareció a Vicenta hace 700 años, allí donde estaba la meta. Lo dicen antes del diluvio.
Y cuando terminó la etapa bajo la lluvia que todo lo destiñe y hace grisáceo el jersey blanco de Aru, el joven, y viendo lo que Alberto Contador, el ciclista pródigo, había hecho en los últimos 300 metros, los que convertían la llegada en un muro belga, gris y empinado de asfalto empapado, los periodistas del otro lado del Mediterráneo aumentaron los elogios. “Contador es como el Barça”, dice uno, que evidentemente no tifa por la Juve y que ha observado maravillado la cara de descomposición del descolocado Fabio Aru, el sprint final, la victoria de Philippe Gilbert, el campeón del mundo especialista, que se sentía como en casa —“esto es lo mío”, dijo el belga, “por eso parece fácil”—, el segundo puesto de Contador, quien no puede decir que esto, buscar bonificaciones en un repecho, es lo suyo.
“A 600 metros de la meta iba a rueda de Aru, y vi que le costaba remontar, así que ataqué”, dijo el español. “Pero fue difícil, porque la bici patinaba en el asfalto y no podía ir a tope”. Le ayudó a Contador sin quererlo Paolo Tiralongo, el astana más querido por Aru (y también por Contador), quien había anticipado sus movimientos en un intento inútil de privarle de la bonificación. En lugar de eso, lanzó al español, su penúltimo peldaño antes de la meta. “No ha sido el agua ni nada de eso la razón de todo”, dijo Aru, quien el día anterior, en el circuito de Imola, tampoco lució rápido para responder la banderilla de Contador. “Sino que la etapa ha ido tan rápida [50 de media en las dos primeras horas por la llanura padana en rápido ascenso hacia las primeras montañas] que no he encontrado tiempo para comer y he entrado en crisis. Ha sido un error mío. Alberto es un grandísimo campeón, un ciclista de gran experiencia, y ha sabido aprovecharse”.
Clasificación
Etapa:
General:
1. Philippe Gilbert (BEL/BMC), en 4h 22m 50s.
2. Alberto Contador (ESP/TIN) a 3s
3. Diego Ulissi (ITA/LAM) m.t.
4. Simon Geschke (GER/GIA) m.t.
5. Enrico Battaglin (ITA/BAR) m.t.
6. Paolo Tiralongo (ITA/AST) m.t..
7. Ion Izagirre (ESP/MOV) a 6s.
8. Carlos Betancur (COL/ALM) m.t.
9. Jürgen Van den Broeck (BEL/LOT) m.t.
10. Mikel Landa (ESP/AST) m.t.
11. Rigoberto Uran (COL/ETI) m.t.
12. Richie Porte (AUS/SKY) m.t.
1. Alberto Contador (ESP/Tinkoff) 51h 17m 6s.
2. Fabio Aru (ITA/Astana) a 17.
3. Mikel Landa (ESP/Astana) a 55.
4. Dario Cataldo (ITA/Astana) a 1:30.
5. Roman Kreuziger (CZE/Tinkoff) a 1:55.
6. Rigoberto Urán (COL/Etixx) a 2:10.
7. Giovanni Visconti (ITA/Movistar) a 2:18.
8. Damiano Caruso (ITA/Katusha) a 2:21.
9. Andrey Amador (CRC/Movistar) a 2:38.
10. Leopold Konig (CZE/Sky) a 2:44.
Los italianos, hombres de poca fe, sordos a las campanas de la basílica que suenan para llenar el aire y el alma, no creen en Aru, que llegó el 26º y perdió 6s por la bonificación del español y 8s por el retraso con el que cruzó la meta. No creen en el sardo heredero del siciliano Nibali ni creen en la inteligencia de su equipo, el Astana, tan fuerte, que quiso convertir desde el primer día el Giro en un duelo de desgaste entre su Aru y Contador. Los dos son iguales, los dos son atacantes, los dos se quieren, pero Contador es más duro. “El Orica corre para el Sky y el Astana para Contador”, resume en forma de butade, la mejor forma de decir las cosas, un colega italiano.
Lo dice porque si Aru llegó a Vicenza con la boca abierta y la mueca de un enfermo, y si la etapa se corrió sin respiro salvo en los peligrosísimos descensos, que se corrieron con el corazón en la boca, se debió, entre otras razones, a que su Astana así lo quiso. Atacó uno de los suyos, el estonio Kangert, buscando ganar la etapa, lo que aceleró más la carrera al final, provocó más dolor de piernas en su líder y un problema metafísico casi en la cabeza de Contador, quien reconoció que lo peor de su caída había pasado y que eso, los días malos que había pasado en secreto, no era tanto por el hombro como los hematomas en la rodilla. “Sí, es difícil saber qué táctica quiere seguir el Astana”, dijo el líder del Giro, que saldrá el último, si no ocurre un accidente en la etapa llana del viernes, en la contrarreloj tan importante del sábado. “De todas maneras, si el líder del equipo no anda bien de piernas, es complicado interpretar una táctica buena”.
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