Dos gigantes alemanes en apuros
El Stuttgart derrota al Hamburgo (2-1), pero ambos descenderán de la mano si no ganan en la última jornada de la Bundesliga
El drama del descenso azota a dos de los históricos del fútbol alemán. Por una parte al Hamburgo, tercero en la clasificación histórica de la Bundesliga tras Bayern y Werder Bremen, campeón de Europa y de la Recopa, el único equipo del país que siempre estuvo en la primera categoría. Por otra al Stuttgart, cuarto en la tabla histórica, con solo un descenso en 1975 enmendado con tres alirones posteriores. Esta tarde se han cruzado en un tenso partido disputado ante 60.000 espectadores en el Mercedes Benz Arena de Stuttgart. Vencieron los locales (2-1) tras remontada para dejar el último puesto de la clasificación, saltar a plaza de promoción y dejar a su rival en descenso, pero resta una jornada y ya no habrá marcha atrás: si el próximo sábado el Stuttgart cae en Paderborn y el Hamburgo sucumbe ante el Schalke 04 ambos caerán a la segunda división germana.
Hertha, Friburgo, Hannover, Stuttgart, Hamburgo y Paderborn se repartirán dos plazas de descenso y una de promoción
Entender las causas del desastre de dos escuadras que disponen de inmensos estadios, nutridas aficiones y poderosos patrocinadores implicaría tocar demasiadas aristas, pero hay una que coincide: la ausencia de coherencia en los proyectos deportivos. Por el Stuttgart pasaron la temporada pasada tres entrenadores, en esta dos. El holandés Huub Stevens acabó la anterior con éxito: sacó al equipo del puesto de descenso que ocupaba a ocho partidos para el final, pero la dirección deportiva, capitaneada entonces por la vieja gloria del club Fredi Bobic, decidió llamar a Armin Veh, el entrenador que había conducido al equipo a su último título de Liga en 2007. Tres meses después de empezar la Liga los dos estaban despedidos y Stevens de vuelta. En Hamburgo han circulado cuatro técnicos esta campaña. El último de ellos, Bruno Labbadia parecía haberlo revivido después de que el mes pasado el equipo cayera a la última posición de la tabla tras una racha nefasta de siete derrotas y dos empates iniciada con un estrepitoso 8-0 en casa del Bayern.
La temporada pasada el histórico equipo donde brillaron Keegan, Magath, Kaltz o Uwe Seeler se salvó en una agónica promoción superada ante el modestísimo Greuther Fürth por el valor doble de un gol del tanque Pierre Lassoga fuera de casa. Ahora el Hamburgo vuelve a sentir la soga al cuello. Penúltimo, en puesto de descenso, y exigido para superar el próximo sábado en su estadio al Schalke 04, que defenderá la quinta plaza y con ella el derecho a eludir una eliminatoria previa en la próxima Europa League. La entidad hanseática, que según un informe de la consultora inglesa Brand Finance está entre las 18 marcas más importantes del mundo del fútbol arrastra tras si una deuda cercana a los cien millones de euros. Sus futbolistas, entre los que se encuentran los veteranos Van der Vaart y Olic, apagados, sin fútbol, autores de tan solo 24 tantos en 33 partidos, firmaron en Stuttgart el partido propio de un equipo bloqueado que se encontró con un gol a favor al resolver una falta colgada en el área del Stuttgart a los once minutos, pero al que poco más de veinte después ya le habían remontado. Pudo golear el equipo dirigido por Stevens, que no se cortó en llamar primates a sus futbolistas esta semana. Ellos se acordaron de ese detalle en la celebración del tanto de la victoria, festejado con gestos simiescos. Se aliviaron, pero no han acabado el trabajo y todo queda pendiente de una última jornada en la que seis equipos (Hertha, Friburgo, Hannover, Stuttgart, Hamburgo y Paderborn, clasificados ahora en ese orden) se repartirán dos plazas de descenso y una de promoción.
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