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Nolito alimenta el sueño celeste

Un gol en el epílogo del partido define para el Celta un grato partido que aprieta las opciones por la séptima plaza

Augusto Fernández molesta a Duda.
Augusto Fernández molesta a Duda.salvador sas (EFE)

El partido contra el Real Madrid, no por la derrota, sí por la actitud del equipo, disparó el orgullo entre el celtismo. Berizzo incidió en ello en las horas previas al partido contra el Málaga: “Me encanta que el Celta le falte el respeto a todos y quiera ser dominador y protagonista”. Y ahí en esa idea enfatiza el técnico argentino que un equipo de fútbol debe tener vocación por conectar con su gente y transmitirle con sus evoluciones un sentimiento, una emoción.

En esa comunión el Celta se aprestó a discutirle al Málaga la séptima plaza en el campeonato, que se sospecha puede otorgar un pasaporte continental una vez conocido el desenlace de Copa del Rey y Europa League. Lo hizo con una cierta voracidad inicial, con fluidez y la acostumbrada capacidad para mantener la posesión de la pelota. Tampoco se incomodó el Málaga por ello, con cinco variaciones en el once respecto al que epasado domingo empató en La Rosaleda contra al Deportivo, replegado y ágil para tapar los accesos a su área, paciente para esperar su momento, que empezó a atisbarse pasada la media hora. Hasta entonces bregó el Celta más pinturero que efectivo, animado por algún error de Kameni con los pies. Pudo golpear, con todo, el Málaga a la contra, siempre con Amrabat apostado para incomodar a lo más delicado del equipo gallego, su zaga. Fue en una respuesta rápida cuando Darder tuvo el gol tras pase de Samu García. Remató al palo el excelente centrocampista mallorquín, referencial para los suyos.

CELTA, 1-MÁLAGA, 0

Celta: Sergio; Hugo Mallo, Cabral, Fontàs, Jonny; Augusto, Krohn-Dehli (Álex López, m. 72); Orellana, Hernández (Santi Mina, m. 63), Nolito y Charles (Larrivey, m. 79). No utilizados: Rubén Blanco, Sergi Gómez, Borja Fernández y Bongonda.

Málaga: Kameni; Rosales, Angeleri, Weligton, Miguel Torres; Sergi Darder (Recio, m. 87), Tissone; Samuel, Duda (Juanmi, m. 64), Horta (Samu Castillejo, m. 60); y Amrabat. No utilizados: Ochoa, Sergio Sánchez, Boka y Javi Guerra.

Árbitro: Hernández Hernández, amonestó a Nolito, Augusto, Álex López, Sergi Darder, Tissone y Weligton.

Gol: 1-0. M. 88. Nolito.

Balaídos. 17.205 espectadores

Se animó el Málaga y redobló ese aliento en el inicio de la segunda parte, cuando reclamó al árbitro un posible penalti del meta Sergio Álvarez sobre el avivado Amrabat tras una mala cesión de Cabral, pero el Celta nunca perdió la ambición y empezó a encontrar los espacios. Los cedió, porque el físico no es perpetuo, y la presión que demanda Berizzo es demasiado voraz como para mantenerla durante noventa minutos, pero también los fabricó porque el Málaga sintió que podía llevarse los puntos. El ritmo no cesó, tampoco el desborde. Sobre la hora de juego, Augusto Fernández recuperó viejas sensaciones de extremo para avanzar desde zonas centrales y fabricar una jugada que acabó con un testarazo de Charles al larguero. El rechace le cayó a Hernández que solo tenía un zaguero entre él y la red, pero en un grosero error cabeceó al palo.

Para entonces ya nadie guardaba nada. Todos los cambios de ambos equipos fueron para alimentar o reactivar su faceta ofensiva. Nolito ya hacía tiempo que estaba desatado, bullicioso como suele, brillante como en sus mejores días. Amrabat ya tenía la ayuda de Castillejo y Juanmi para sembrar el pánico en la defensa local. Hubo fútbol, se sucedieron las opciones para marcar, se abocaba el partido aún así hacia el empate a cero, pero un caracoleo de Santi Mina terminó con un centro al área que no encontró una respuesta adecuada en Tissone y acabó en los pies de Nolito, desmarcado en el punto de penalti. Marcó casi sobre la hora y subió al Celta al tren europeo que estuvo a punto de partir de la estación de Balaídos sin el equipo de Berizzo. Ahora, igualado el promedio de goles particular con el Málaga (le supera en el general por seis goles), a dos puntos de esa séptima plaza con la que empata también el Athletic en la misma lucha, el celtismo no solo se enorgullece, sino que también sueña.

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