El Levante huye del descenso
El Getafe no encontró respuesta al gol de Casadesús y a la defensa cerrada del conjunto de Lucas Alcaraz
A falta de fútbol y creatividad, convertirse en hermético resulta la alquimia que necesita el Levante para conseguir su objetivo de la salvación. Cerró todos los caminos el conjunto granota al Getafe, al que le faltó temple para desarmar al rival, solo inquietado por ciertos detalles de Sarabia y algún centro enroscado de Pedro León. Poca cosa para abrir el cerrojo levantino que, limitándose a defender, encontró la deseada, balsámica y vital victoria que le aleja del descenso gracias a un gol de Víctor Casadesús. Los ocho tantos que suma el exjugador del Mallorca junto a los nueve de Barral camuflan la falta de imaginación del Levante agarrado a su defensa y a su espíritu indoblegable. Puro catenaccio. Le faltó cintura y reacción a Pablo Franco desde el banquillo para efectuar cambios que revertieran la situación. Los hizo al final cuando el Levante no iba a dejar escapar el botín.
Incomodó el Levante en todo lo que pudo al Getafe. En realidad a ello se dedicó en exclusiva. Y lo hizo con prestancia para desvirtuar al conjunto del sur de Madrid, falto de destreza para gobernar el partido y conquistar una victoria que prácticamente certificara la salvación que se resiste a confirmar.
GETAFE, 0-LEVANTE, 1
Getafe: Guaita; Arroyo (Hinestroza, m. 77), Naldo, Vigaray, Escudero (Ivi, m. 89); Juan Rodríguez, Lacen; Pedro León, Sarabia, Diego Castro; y Babá (Emi, m. 89). No utilizados: Jona; Roberto Lago, Villalón y Álex Felip.
Levante: Mariño; Iván López, Vyntra, Ramis, Juanfran, Toño; José Mari (Sissoko, m. 89), Simao, Morales (Uche, m. 81); Víctor Casadesús (Camarasa, m. 84) y Barral. No utilizados: Jesús Fernández; David Navarro, El Zhar, y Martins.
Goles: 0-1. M. 35. Víctor Casadesús.
Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó a Sarabia, Simao, Toño, Morales, Escudero y Emi.
Unos 8.000 espectadores en el Coliseum Alfonso Pérez.
Con tres centrales y dos laterales de largo recorrido, el Levante, de inicio, sorprendió por su buena disposición al Getafe, mermado por las numerosas ausencias, con tan solo 14 futbolistas disponibles de la primera plantilla. Fue fugaz la exposición granota que pronto se refugió en torno a Mariño, obligando al conjunto azulón a esmerarse en la creación, dar velocidad al esférico, ser preciso en el pase. A los 20 minutos lo fue Sarabia filtrando un balón a Diego Castro cuyo disparo adivinó la trayectoria Mariño que achicó el espacio al jugador pontevedrés.
Apenas concedía espacios el Levante en su repliegue y atacaba de manera directa, sin transición alguna, evitando pérdidas en la elaboración y el contragolpe rival. Un plan básico para un equipo necesitado, falto de confianza. Para tales conjuntos, a falta de fútbol y convicción, la estrategia resulta fundamental. Cualquier acción a balón parado se convierte en un valor añadido. Al Levante le está concediendo un rédito capital. A los 35 minutos se adelantó en el marcador a la salida de un córner botado por José Mari, excelentemente rematado de cabeza por Víctor Casadesús desde el punto de penalti, poco exigido en el salto por la defensa azulona, colocando el esférico en la escuadra de Guaita.
Con orden y las líneas bien juntas, el Levante no otorgó la más mínima ocasión al Getafe en todo el segundo periodo jugado en una sola dirección sin que por ello Mariño tuviese apenas que intervenir, atento solo a los centros laterales azulones que nunca encontraron rematador. Para alivio del Levante que da un paso más hacia la salvación. Al Getafe le falta muy poco para certificarla.
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