“No creo que vuelva a España hasta que acabe mi carrera deportiva”

A Javier Fernández se le ve algo abrumado y cansado, con la carga y el peso de haber ganado un oro histórico, de ser el mejor y un pionero en un deporte extraño para España, pero con la responsabilidad y el hambre de un campeón que sabe que no ha tocado techo. "Ganar un campeonato del mundo es una sensación extraña. Cuando te pones una meta y lo consigues estás orgulloso, pero cuando te pones un sueño y dices 'lo voy a intentar' y lo consigues, necesitas tiempo para creértelo. Eso es lo que me pasó: no me lo creía", cuenta el madrileño.

Lo que pasó ese día es que contra todo pronóstico batió al japonés Yuzuru Hanyu, el campeón olímpico, el favorito, también su compañero de entrenamiento y amigo. "Cuando la gente ve que mi rival y yo somos amigos, hay algo detrás. Somos una familia", relató en un acto organizado por Europa Press, en el que estuvo acompañado de Miguel Cardenal, presidente de Consejo Superior de Deportes, y Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español.

Fernández describió el sentimiento que le dejó ganar el oro mundial. "Me dije: 'Ya soy campeón del mundo. ¿Ahora qué?, ¿Tengo que seguir patinando, dejar de patinar? Luego pensé: Si tienes uno, ¿por qué no tener dos?, y si tienes tres Europeos, ¿por qué no tener cuatro?. Y sobre todo los Juegos Olímpicos". Esta es la ambición del triple campeón de Europa. Sabe que tiene en su mano conquistar un metal olímpico en Pyeongchang 2018. "Ser campeón olímpico es lo más alto que puedes llegar. Es algo extremo. Yo quiero una medalla olímpica. Va  a ser duro, me lo van a intentar poner difícil. Si trabajo bien, si seguimos con el mismo ritmo, creo que se puede conseguir", aseguró.

Consciente de que el patinaje en España está en una fase muy embrionaria, Fernández es realista sobre la posibilidad de dejar Toronto (Canadá), donde se entrena, y volver a España. "En un futuro espero volver, pero creo que este deporte debe evolucionar mucho. Creo que hasta que no acabe mi carrera deportiva no voy a volver. En este deporte nos hace falta aprender. Que los que vienen detrás no se tengan que ir a otros países". No tiene planeado hacerlo como competidor, pero sí como entrenador. "Si tengo un sitio decente y puedo crear una escuela me vendré", aseguró. Sin embargo, también tuvo unas palabras para reconocer el trabajo que se está realizando en España, que en un año ha pasado de 13 a 15 pistas de hielo. "Eso es mucho", opinó el madrileño.