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La exitosa reinvención del goleador

El goleador alcanza los 300 tantos con el Madrid en un ejercicio de adaptación que le ha llevado a evitar el mano a mano con los defensas para concentrarse en aparecer en el área

Diego Torres
Cristiano, en el partido ante el Rayo.
Cristiano, en el partido ante el Rayo.A. Ruesga

Pocos jugadores se han reinventado con tanto éxito como Cristiano Ronaldo para sortear los efectos del paso del tiempo. Primero, el declive físico natural en un hombre de 30 años; segundo, el aprendizaje de los defensas contrarios, cada día más avisados, más expertos en el arte de frenarlo. El portugués se ha sobrepuesto a ambos problemas con dedicación y astucia. Su gol al Rayo, el número 300 que convierte para el Real Madrid, le sitúa a solo 24 tantos del récord absoluto del club, en poder de Raúl. Pero sobre todo demuestra una enorme capacidad de adaptación.

Carlo Ancelotti, el entrenador, lo mismo que los jugadores más avisados de la plantilla, han comprobado cómo desde hace tiempo los rivales aprendieron a contrarrestar a Cristiano mediante un sencillo ejercicio posicional. Descubrieron que solo tenían que volver sobre sus pasos para achicar el campo que se extiende entre la defensa y la portería.

Lo dijo hace poco Juanfran Torres, el lateral derecho del Atlético, repitiendo una máxima que ya es perogrullo en la cofradía de los zagueros: “Sabes que a Cristiano le gusta encontrar espacios para correr”.

Sus compañeros aseguran que los rivales han aprendido a frustrar sus fintas

Si entre 2009 y 2013 los laterales y los centrales tendían a ir a buscarle, a encimarle para evitar que se girase, o procuraban anticiparle, últimamente son mayoría los que se repliegan. Ahora, por regla general, cuando ven que Cristiano recibe la pelota, los laterales y los centrales de los equipos contrarios le dejan avanzar. “Lo esperan atrás”, dice un defensa madridista. Le ceden terreno obligándole a tirar de aquel recurso en el que se muestra menos dotado: el regate corto.

Poco hábil para la finta con el balón pegado al pie, Cristiano ha descubierto que sin espacios su potencia ya no sorprende a casi nadie. Tras una breve crisis, en lugar de deprimirse, sus compañeros observan que se las ha ingeniado para cambiar el modo de actuar. En lugar de conducir, busca el remate en el área. Soslayada la vanidad de las bicicletas, ha resuelto ir al grano. Tocando el balón lo menos posible.

El más eficaz

Los impresionantes números goleadores absolutos de Cristiano Ronaldo ganan peso cuando se ponen en relación. Está a siete goles de superar la marca de Di Stéfano y a 23 de Raúl. Pero su promedio es bastante superior. 1,04 goles por partido, frente a los 0,77 del hispano-argentino o los 0,43 del antiguo capitán.

De sus 300 tantos, los hay para todos los gustos: 208 con su pierna derecha, 50 con la zurda, 41 de cabeza y uno con otras partes del cuerpo. 79 fueron a balón parado (56 de penalti y 23 de falta). A 50 de sus remates les faltaron centímetros para acertar: dieron en uno de los palos sin entrar en la portería.

El portugués se crece ante los equipos grandes. Los conjuntos a los que más veces agujereó la portería son Sevilla (18 goles), Atlético (15) y Barcelona (15).

De los 48 goles que ha hecho Cristiano esta temporada en todas las competiciones, solo siete han ido precedidos por más de un toque de balón. La tendencia se acentúa. Únicamente un tanto de los últimos 25 que ha metido ha sido a más de un toque: el tercero que le marcó al Granada, de su cuenta de cinco. Se trataba de un adversario deshecho, única situación en la que se permitió el arabesco.

La transformación ha llevado a Cristiano a migrar hacia el área. Hasta esta temporada, el área era el hábitat predominante de Benzema. La convivencia del francés con el invasor, sin embargo, ha sido perfecta. Los técnicos del Madrid observan que en otras circunstancias, un desplazamiento semejante habría tapado líneas de pase provocando algo parecido a un tapón por amontonamiento de futbolistas en el carril central. No ha sido así. Tanto los jugadores como Ancelotti atribuyen el mérito del acople a Benzema, verdadero genio en el arte de leer los movimientos de todos los jugadores a su alrededor. En lugar de colisionar, Benzema se ha ido situando en la mediapunta o en la banda para ir dando salida al juego de manera armoniosa.

El portugués ha metido 24 de los últimos 25 goles a un toque

Sobreponiéndose a una tendinitis en la rodilla izquierda que casi nunca le permite competir sin dolor, y burlando a los defensas apareciendo por sorpresa en la zona que normalmente ocupa el nueve, Cristiano ha logrado incluso aumentar su promedio goleador. Aprovechando la ejecución perfecta de los 11 penaltis que le han concedido al Madrid esta temporada, y aplicándose con la vehemencia de un cadete en partidos cerrados, intrascendentes para la competición, como el del Granada, el delantero ha conseguido elevar su promedio goleador.

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Suma 300 goles en 288 partidos: más de un tanto (1,04) por encuentro. Los máximos goleadores de la historia del Madrid no exhibieron tanta eficacia. Di Stéfano hizo 307 goles en 396 partidos, con un promedio de 0,77; y a Raúl 323 en 741 partidos, con un promedio de 0,43.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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