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El estirón de Carla Suárez

Reforzada en lo anímico, la española, una jugadora heterodoxa en el circuito femenino, disputa las semifinales de Miami contra la alemana Petkovic (19.00) y vislumbra el ‘top-10’

Alejandro Ciriza
Carla Suárez celebra su victoria ante Venus Williams.
Carla Suárez celebra su victoria ante Venus Williams.EFE

Existen episodios dolorosos, que dejan cicatrices imborrables en la piel y también en la mente; existen pasajes que se convienen olvidar, que hacen mella y truncan carreras; pero existen capítulos que, pese al peaje y la angustia que conllevan, merece la pena experimentarlos porque suponen un punto de giro definitivo. Algo similar le ocurrió el año pasado a Carla Suárez (Las Palmas de Gran Canaria, 26 años), semifinalista en el Masters 1.000 de Miami, hoy día en el pico de su carrera.

En la última edición de Roland Garros entregó un duelo de cuartos que tenía prácticamente ganado frente a la canadiense Eugenie Bouchard y unos meses después cedió otro duelo, en los cuartos de Montreal, contra Venus Williams, que supusieron una losa para ella. “Es cierto, le hicieron daño, pero fueron un punto de inflexión”, explica desde Florida su preparador, Xavi Budó. Aquellas dos derrotas hicieron daño a la canaria, todo talento, una de las jugadoras más dotadas en lo técnico del circuito de la WTA.

“Ella sabía que tenía un nivel muy alto, pero le faltaba autoconfianza, determinación, carácter, saber afrontar las situaciones más duras que se dan en la pista”, señala el preparador catalán. “El punto de madurez necesario”, matiza. Un grado de cocción que demostró haber alcanzado la madrugada del pasado martes, cuando en el pulso de Cayo Vizcaíno ante Venus fue capaz de no volver la cara ante la adversidad. Pese al 6-0 en contra del inicio, la española se repuso, se levantó y derribó a la estadounidense, 34 años, triple campeona del torneo.

Le faltaba carácter y autoconfianza, el punto de madurez necesaria” Xavi Budó, técnico de Carla Suárez

“¡Cambia el chip Carla, no estamos en el partido!”. La arenga de Budó surtió efecto. “Solo había que verle la cara. Hasta entonces tenía una y después otra completamente diferente”, detalla el técnico de Suárez, una jugadora que crece día a día y está firmando un 2015 extraordinario. Ha llegado al menos a siete rondas de cuartos de los ocho torneos que ha disputado. Un registro que le convierte en la quinta mejor de 2015 y que le aproxima al top-10 (ocupa el puesto 12 del ranking), un territorio que el tenis femenino español desconoce desde los tiempos de dos iconos, de Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez.

Venus y Carla se saludan tras el encuentro en Miami.
Venus y Carla se saludan tras el encuentro en Miami.Luis M. Alvarez (AP)

“Ahora me siento bien y disfruto”, indicó tras la victoria Carla, una jugadora heterodoxa que desafía las leyes de un circuito en el que se imponen el físico y las pegadoras, la envergadura y la potencia. Ella, con un tallo de 1,62, muy menuda, representa la excepción en un hábitat en el que las 10 mejores promedian una altura de 1,78 y azotan desde el fondo de la pista y el servicio. La alemana Andrea Petkovic, su rival este jueves (19.00, Teledeporte) se va hasta el 1,80, por ejemplo.

¿Y cuáles son las claves del cambio? “Humildad, sacrificio y sobre todo el entrenamiento de palabra”, especifica Budó; “hablamos mucho, trabajamos mucho la mente e incidimos en el error. Ella, como es muy humilde, lo acata y lo ataca. Antes, en función de contra quién jugaba, daba un paso atrás; ahora no. Ahora da siempre uno adelante y lleva la iniciativa, ahora decide ella. Puede salirle o no, pero arriesga”.

Trabaja en sesiones dobles de potencia explosiva y emplea una raqueta con un marco más grande

Junto al desarrollo psicológico, otros dos factores han sido claves en el estirón de la canaria. El primero, “los niveles de excelencia físicos”, detalla su técnico; “se entrena seis días a la semana en sesiones dobles de potencia explosiva”. El segundo, el cambio de herramienta. En sus inicios empleaba una raqueta con un marco de 92; hace cuatro años, una de 97; y actualmente ejecuta con una más grande, de 102. “Le convencimos, porque no es fácil. Una raqueta así te exige, pierdes control y aumentan los fallos, pero ganas potencia y salida de la bola. Ha sido valiente”, concluye Budó.

Nunca había llegado Carla tan lejos. Los cuartos de Roland Garros (2008) y de Australia (2009) eran hasta ahora su tope. Crece y crece la canaria. Y lo mejor de todo: “No me conformo”.

VÍDEO: El triunfo de Carla Suárez frente a Venus Williams en Miami.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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