Mario Suárez se ahoga en el naufragio
El mediocentro atlético termina sustituido por San José tras no aparecer en todo el partido
Vicente Del Bosque decidió mover la alineación de tal manera que España resultó insolvente e irreconocible, de un lado al otro del campo, sobre todo en el primer tiempo, especialmente incapaz, por inseguro, en el centro del campo, donde Fàbregas capitaneó un desaguisado tremendo. El volante catalán se puso el brazalete por vez primera, tras jugar 95 partidos con La Roja, convirtiéndose, después de Iniesta, en el segundo jugador que más partidos internacionales ha necesitado para recibir tal honor. El de Fuentealbilla ejerció con 102. Ayer, Iniesta empezó como suplente, y se llevó una pitada espectacular al pisar el césped del Amsterdam Arena y cada vez que tocó el balón. La afición de Holanda no perdona el gol de Johannesburgo que le dio el título del mundo a España en 2010 ante La Oranje.
Fàbregas no encontró aliados a su lado ni a quién activar por delante y naufragó en su empeño, que no se le puede negar, por liderar al equipo. No le ayudó nada la presencia de Mario Suárez a su espalda, que ni le dio cobertura, ni resuello, ni siquiera un abrazo de amigo. Era el tercer partido con La Roja para el de Alcobendas, con la que debutó en Doha, precisamente en otro partido a beneficio de la AFE, el 6 de febrero de 2013, y terminó sustituido, tras un partido para olvidar.
Del desaguisado del primer tiempo pagó el pato, de entrada, Pedro, como si acaso no hubiera sido el único en pisar área, en tirar desmarques, en robarle la cartera a Martins Indi en una acción que le dejó solo ante el portero.
No se enteraron los laterales (Carvajal y Bernat), que cerraron siempre mal y atacaron peor, y sufrieron los centrales, muy especialmente Albiol, superado en la jugada del primer gol por De Vrij. El central valenciano del Nápoles pareció nervioso y se las tuvo con Huntelaar y con Martins Indi en algunas jugadas de estrategia. Su pareja de baile ayer, Piqué, también discutió con Mario Suárez al inicio del segundo tiempo, trató de corregirle y advirtió que no le hacía mucho caso tras una jugada desde la esquina en la que el del mediocentro del Atlético pareció distraído.
Mario Suárez tocó 49 veces el balón y robó seis, mientras que Busquets, el pasado viernes ante Ucrania, tocó la pelota en 72 ocasiones y la recuperó en nueve. El mediocentro del Atlético debió interpretar el papel clásico del mediocentro en la selección, pero no pareció tener aprendida la lección y su desacierto fue continuo, especialmente en el arranque de un partido en el que Holanda hundió la nave española de dos fogonazos tempranos. Ahí desapareció Suárez y ya no se supo más. Jugó a destiempo, se ofreció tarde en la ayuda a los volantes, en la cobertura a los laterales, en los apoyos a los centrales y en la presión a los rivales, a los que no incomodó nunca mientras estuvo en el campo, salvo en una jugada cuando dejó un pie malintencionadamente a Blind, por la que el escocés Collum perfectamente pudo amonestarle.
El de Alcobendas ni siquiera acertó en las marcas a balón parado en una tarde noche para olvidar en la que todo le cogió a destiempo. Naufragó el barco y a Suárez le pilló en la bodega.
Malos resultados
Desde el Mundial de Brasil de 2014, España ha jugado tres amistosos y cinco partidos oficiales, con un saldo de cuatro victorias y cuatro derrotas. Los triunfos fueron ante Macedonia, Luxemburgo, Bielorrusia y Ucrania; mientras que cayó ante Francia, Eslovaquia, Alemania y Holanda.
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