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El Celta expone y vence

Un gol postrero de Charles deja al equipo de Berizzo muy cerca de la permanencia

Uche intenta controlar el balón ante Jony.
Uche intenta controlar el balón ante Jony.MIGUEL ÁNGEL POLO (EFE)

Marcó el Celta, ya al final, y se abrió el cielo. Cayó un gallego chaparrón sobre el Ciudad de Valencia, alegoría de lo que fue el partido, que fue como una de esas tardes del noroeste peninsular en las que las nubes amenazan con descargar, pero no acaban de hacerlo. Hasta que de pronto llega la ducha. Fría fue para el Levante, que cayó después de vencer sus últimos tres partidos como local. A cálidos chorros de spa le supo al Celta, que llegó a Valencia con el paraguas a mano, con la sospecha de que tras dos tercios de campeonato en los que dejó un buen poso se podía meter en un lío si no era resolutivo. A la postre lo fue y diez puntos sobre el descenso, en la cota de los 35 puntos, ya saborea su permanencia en la categoría. Y que llueva.

Levante, 0 - Celta, 1

Levante: Mariño; Morales, David Navarro, Ramis, Toño; Xumetra (El Zhar, m. 65), Diop (José Mari, m. 55), Simao, Rubén (Martins, m. 81); Barral y Kalu Uche. No utilizados: Jesús Fernández, Iván López, Vyntra y Víctor Casadesús.

Celta: Sergio Álvarez; Hugo Mallo, Cabral, Fontás, Jony; Krohn-Dehli (Radoja, m. 91), Augusto Fernández, Santi Mina (Pablo Hernández, m. 73); Nolito, Orellana y Larrivey (Charles, m. 77). No utilizados: Rubén Blanco, Bongonda, Álex López y Sergi Gómez.

Gol: 0-1. M. 86. Charles.

Árbitro: J. A. Teixeira Vitienes. Amonestó a Toño, Diop, Rubén García, Barral, Hugo Mallo y Larrivey.

Ciutat de Valencia, unos 16.000 espectadores.

Cuando un equipo se ve ante partidos fronterizos como el que enfiló el Celta caben dos opciones: guardarse o mandar. Optó por la segunda y gobernó ya desde la alineación, con dos mediocentros que no hace tanto eran extremos, con Santi Mina para darle una marcha más que casi le dio un gol en una contra inicial tras un saque de esquina mal gestionado por el Levante. La jugada fue tan episódica como irrepetible porque no volvió a salir al galope el equipo de Berizzo, se lo impidió el Levante, formal, sólido, embotado con dos mediocentros de rompe y rasga irrelevantes en la salida de la pelota, casi siempre sobre sus cabezas, pero coriáceos y pertinaces en el esfuerzo. Se fajaron Simao y Diop, con ellos todo el Levante, para frenar las oleadas del Celta, que siempre, incluso en el descuento y con marcador a favor, se fue arriba con codicia, con los dos laterales bien largos sobre un césped indescifrable, tan empapado que a veces frenaba la pelota y otras la disparaba.

El partido viró hacia el celeste porque el equipo de Berizzo tuvo además especial cuidado en minimizar los errores. Presto para la respuesta, el Levante se quedó hasta el descanso en los tacos de salida, sin un error del rival que alimentase una carrera, apenas con la opción de un disparo lejano de Rubén García, de nuevo en el once, pero que paseó su talento más tiempo tras la pelota que con ella. Se impuso el Celta, que dejó las habituales pinceladas de talento de Krohn-Dehli y la constatación de que Jonny es uno de los futbolistas más infravalorados del campeonato, un zaguero sub-21 que puede jugar por ambos laterales, con innata capacidad defensiva e intrépido y clarividente en ataque.

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