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Nadal: “Estoy más cerca de donde quiero estar”

Pese a caer ante Raonic en los cuartos de Indian Wells, el español recupera el ritmo competitivo: “Cada semana soy mejor, más competitivo, más fuerte”

Alejandro Ciriza
Nadal, en el partido ante Raonic
Nadal, en el partido ante RaonicDANIEL MURPHY (EFE)

Habrá quienes se queden en la epidermis, quienes vean el vaso medio vacío y le reprochen que entregó un duelo que tenía prácticamente ganado –dispuso de tres bolas de partido–; habrá quienes incidan en que, de los dos careos que ha tenido con un top-10 desde que ganase Roland Garros, el pasado 8 de junio, ha cedido ambos: ante Berdych (enero, en Melbourne) y esta vez contra Raonic, en los cuartos del primer Masters 1.000 de la temporada, en Indian Wells; habrá quienes no entiendan cómo el canadiense, un bombardero con poca sangre, achacan por ahí, fuera capaz de voltearle (4-6, 7-6 y 7-5) cuando hasta ahora sólo le había arañado un set en los cinco precedentes.

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Pero, más allá de la estadística y la caída, figura el intangible de las sensaciones, al que se agarra para ver la luz y volver a ser poco a poco el que era Rafael Nadal. “Estoy más cerca de donde quiero estar que hace mes y medio”, argumenta el español después de casi tres horas de partido. “Me voy satisfecho conmigo mismo por cómo he competido. Llevaba mucho tiempo sin un partido así, con tanta energía positiva y tanta actitud; desde Wimbledon, diría yo. No estoy feliz por la derrota, pero no es fácil competir en un partido de tanta exigencia física y mental. Ha sido la primera vez y creo que lo he hecho bien. Faltó ganar, pero seguro que vendrán más oportunidades”, explica.

Ante Raonic, seis del mundo, un cañonero que firmó 19 aces, Nadal abre la vía a seguir. Su hoja de prestaciones refleja buenas cifras en el servicio (siete puntos directos y un 82% de ganados al primer saque, por el 75% de su rival) y en el apartado de errores no forzados (37, mientras que el canadiense se va hasta los 64). Sin embargo, revela un déficit determinante en el resultado final: sólo concreta una de las siete bolas de break de las que dispone y eso le da alas al gigante norteamericano, que se lleva el tie-break del segundo parcial a base de zambombazos, resiste el pulso psicológico y repunta en los intercambios para adjudicarse una victoria de caché.

Guerrea de nuevo a alto nivel, algo que por extraño que suene ahora hasta hace poco era una quimera

“He estado mentalmente fuerte en el partido, que ha sido duro por todas las oportunidades que han ido pasando. No han caído de mi lado, cuando podían haberlo hecho tranquilamente. Tuve muchas opciones de ganar. Cada semana soy mejor, más competitivo y más fuerte en la pista. Mis movimientos vuelven a ser buenos”, aduce Nadal, cuya derrota le expone a perder su plaza en el tercer cajón del podio de la ATP, algo que no ocurre porque el escocés Murray no puede con Djokovic (6-2 y 6-3) en las semifinales. Para él es lo de menos. Su desafío trasciende puntos y ránkings, los episodios puntuales; habla del reencuentro consigo mismo. De un presente en clave de futuro.

Y este se llama Miami (25 de marzo al 5 de abril), la segunda estación sobre cemento, escala previa al desembarco en la superficie sacra de tierra batida. París, 24 de mayo. Ese es el objetivo. “En el deporte no hay matemáticas y el futuro no lo sabe nadie. Es incierto, hay que estar preparado, pero sí que estamos en un proceso positivo”, expone. Se marcha Nadal del Valle de Coachella con sensaciones renovadas, más kilometraje y el ritmo de competición in crescendo. Guerrea de nuevo a alto nivel, algo que por estrambótico que suene ahora hasta hace poco parecía una quimera. Su cuerpo, torpedeado en los últimos tiempos (muñeca, apéndice, piernas acalambradas), le ha respetado. Queda ahora por subir ese último escalón y regresar al hábitat natural. Volver a mirar de tú a tú a los más fuertes.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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