“Ojalá Franco levantara la cabeza y os mandara a vuestro sitio, la cocina”
Antiviolencia estudia los insultos sexistas a una árbitra en un partido de Regional andaluza


Minuto 5 del partido de Segunda andaluza entre el Tesorillo y el Jédula, disputado en el municipio gaditano de San Martín del Tesorillo el 22 de febrero. El árbitro pita penalti en contra del equipo local e indigna a la hinchada. Sin embargo, la ira de parte de la grada se centra en Laura J. G. C., de 21 años, árbitra asistente del encuentro, a la que le dedican graves insultos como “guarra”, “zorra”, “puta”, o frases como: “Ojalá Franco levantara la cabeza y os mandara a vuestro sitio, que es la cocina”; “Vete a fregar, que este no es tu sitio”; “deja el banderín, los únicos palos que puedes agarrar son de fregonas y de pollas”. El martes, el Tesorillo rechazó los hechos y pidió perdón a la asistente en un comunicado. Además, anunció la decisión de apartar “definitivamente” a un jugador que también la insultó. La Comisión Antiviolencia tiene previsto tratar este jueves el caso.
El Tesorillo ha afirmado en un comunicado que "rechaza y reprueba totalmente" esos hechos
Los cánticos, recogidos por el acta arbitral, fueron denunciados por el Sindicato de Árbitros, una asociación no constituida legalmente como sindicato, que utilizó su página web para difundir los hechos. La asociación califica de “burla” la sanción de 50 euros impuesta por la federación gaditana al Tesorillo. “Cada Comité de Competición territorial tiene autonomía absoluta para la cuestión sancionadora. Luego puede haber recursos. Pero tiene autonomía”, explicó un portavoz del Comité Técnico de Árbitros de la Federación Española. “Eso se traduce en que en el fútbol regional se aplican artículos ridículos de la federación territorial”, critican en el Sindicato de Árbitros, que lamenta el elevado número de agresiones e insultos en el fútbol regional que no trascienden.
El mismo día del partido por la noche, Laura escribió en su muro de Facebook su versión de los hechos. “Hoy he vivido la situación más lamentable en el arbitraje desde que empecé hace ya siete añitos”, comenzó. “Durante los 90 minutos no escuché ni un solo insulto por cómo estaba arbitrando, todos se limitaban a descalificarme como mujer. Señores, estamos en pleno siglo XXI, año 2015. ¿Cómo puede haber gente que siga viviendo en la prehistoria?”.
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