El Parma, camino de la exclusión
El equipo de Donadoni tampoco jugará mañana contra el Genoa; ya ha aplazado dos partidos y con dos más será eliminado del campeonato
El 18 de mayo del año pasado el Parma celebraba el regreso a Europa después de siete años de ausencia. Nueve meses después, los jugadores tienen que lavarse las camisetas en casa, el vestuario se ha quedado sin banquetas y muebles (han sido embargados por los oficiales judiciales y puestos a la venta en Internet) y once futbolistas han abandonado el club. Nadie cobra desde agosto. Y nadie juega.
El vestuario de la ciudad deportiva se ha convertido en un lugar de reuniones donde se habla de todos menos de fútbol. El pasado domingo el Parma cerró el estadio porque no tenía dinero para asumir los gastos del partido contra el Udinese. Quedó aplazado y no hay fecha prevista para disputarlo. Mañana tampoco jugará en Génova contra el Genoa. Son dos ya los partidos aplazados, al cuarto, el equipo quedará excluido del campeonato.
Los jugadores, capitaneados por Alessandro Lucarelli, han pasado del “queremos jugar e iremos a Génova aunque tengamos que pagar nosotros el viaje” a “o aplazan el partido o haremos huelga”. ¿Por qué? “No existen las condiciones para jugar, no estamos en condiciones de jugar. No nos hemos sentido apoyados”, explicó ayer Lucarelli a la salida de la ciudad deportiva. También se quejó de la falta de solidaridad de sus compañeros de profesión y desveló que sólo había recibido una llamada, la de De Sanctis, portero de la Roma.
No existen las condiciones para jugar, no estamos en condiciones de jugar. No nos hemos sentido apoyados”, dice Lucarelli, el capitán
El capitán lanzó un ultimátum a Tavecchio, presidente de la Federación de Fútbol. “O se aplaza el partido o hay huelga”. Lleva semanas repitiendo que las instituciones les han abandonado, que sólo la Asociación de Futbolistas (AIC) presidida por Damiano Tommasi se ha interesado y acercado a ellos. Los demás, Lega Calcio y Federación han esperado demasiado. El próximo viernes han organizado una asamblea especial para tratar el caso Parma. Demasiado tarde para los jugadores.
“Han decidido reunirse el 6 de marzo, así que vamos a esperar a ver qué hacen y qué deciden el 6 de marzo. Hasta entonces no vamos a jugar”, aseguraba ayer Lucarelli. La situación del Parma lleva en un camino de no retorno desde finales de enero. El nuevo presidente —el quinto en siete meses— tenía de plazo hasta el 16 de febrero para pagar las nóminas de jugadores y empleados. Dos semanas después sigue aduciendo “problemas técnicos”. Ayer fue abucheado a su llegada a la ciudad. “Bufón, saca la pasta”, le gritaba la gente.
Desde finales de enero nadie se ha movido, salvo la AIC. Tommasi se ha reunido con la plantilla día sí y otro también. Él ha decidido también que hoy y mañana los partidos empiecen con 15 minutos de retraso para que el fútbol se solidarice con la situación del histórico club italiano. Lega Calcio (la LFP italiana) y Federación, en cambio, acudieron a Parma por primera vez el pasado viernes, día que se comunicó el aplazamiento del partido contra el Udinese.
El presidente Manenti, que sigue sin pagar, fue abucheado ayer. “Bufón, saca la pasta”, le gritaba la gente.
Todo está paralizado porque el presidente Manenti, que sigue asegurando que tiene dinero, se resiste a entregar los registros contables al juez. Esa es la única forma que adelantaría la instancia para declarar la quiebra prevista para el 19 de marzo.
Sin esos libros contables y sin la declaración de quiebra, nadie puede hacerse cargo del club hasta el final de Campeonato. Es lo que pretenden Federación y Lega Calcio, asumir los gastos, unos 6 millones, que supondrían terminar la Liga mientras aparezca un comprador que se haga con las deudas y empiece desde la Serie B (Segunda). Fallimento pilotato [quiebra guiada], así se llama en Italia este proceso que prevé salvar el nombre deportivo empezando en otra categoría.
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