Ramón Cid: “Las medallas en el Europeo están difíciles”

Intentando acallar el ruido de chatarrería, que tanto atrae, Ramón Cid proclama que el verdadero valor de las cosas está en su densidad. Una idea madura que seguramente no sea muy bien entendida en estos tiempos en los que lo que se busca es la satisfacción instantánea y fugaz, sin más.

“Ya entiendo y asumo que nuestra obligación es ganar medallas”, dijo el director técnico del atletismo español. “Pero es mejor seis cuartos puestos que un oro y una plata, por ejemplo. Y el valor de nuestro equipo está en ello: hay ocho atletas españoles entre los mejores ocho de cada prueba en el ránking del año”.

Con estas premisas, 32 atletas españoles (23 hombres y 9 mujeres) viajarán la próxima semana a Praga, donde, de jueves a domingo, se disputarán los Europeos en pista cubierta. “Las medallas están difíciles”, advierte Cid, quien sufre y goza a partes casi iguales. En la última cita indoor, en Gotemburgo 13, España logró cuatro medallas.

Sufre por los gemelos de Manuel Olmedo, duda para el 1.500, y el tobillo de Eusebio Cáceres, la gran esperanza para el salto de longitud tras los 8,16m de hace unas semanas que le convierten en el tercero del ránking europeo. Y goza porque están en buen momento los medallistas del Europeo del verano en Zúrich —Ruth Beitia, Borja Vivas e Indira Terrero—, y también goza porque, y ahí manda el pequeño egoísmo que le exige su corazón de triplista, el triple salto será precisamente la especialidad con más españoles —cinco: casi el pleno, tres hombres y dos mujeres— y porque uno de ellos, Pablo Torrijos, joven de 22 años, acaba de saltar más de 17 metros, quizás, la barrera que más le ha costado superar al atletismo español.