Así dibujó Gracia la pizarra que borró al Barcelona
El técnico del Málaga apostó por una alineación equilibrada que no se olvidó de atacar y aupada por el control por encima de la velocidad
Si algo complicado (además) tiene enfrentarse al Barcelona, al de Luis Enrique, siendo el entrenador del equipo rival, es tratar de averiguar cómo contener a un equipo del que se desconoce su forma habitual, por eso de que anda cambiando distintas piezas a cada partido. Las rotaciones que aplica a rajatabla el técnico azulgrana convierten a su equipo en una figura difícil de descifrar, puesto que aunque el estilo de juego parta siempre desde la misma base, su desarrollo, en lo que tiene que ver con cómo aplica cada jugador su parte del contrato, varía. No es lo mismo tratar de bloquear la salida de balón de Busquets o la de Mascherano, o la de Iniesta o Rakitic, como tampoco marcar a Pedro o a Rafinha. Sólo la presencia de Messi en ataque es segura, sin ofrecer este pequeño conocimiento previo ninguna certeza acerca de su solución. Ayer ante el Málaga, el Barcelona se vio superado en intensidad defensiva e igualado en capacidades físicas. Lo que dio como resultado un partido vivo, sin ninguna posibilidad de ponerle el marcador al libro, y que descubrió las virtudes (muchas) de un gran Málaga, así como las de su técnico, y las carencias interpretativas (algunas) de los azulgrana.
Para ganar tienes que buscar también tus opciones de ataque que pasaban por transiciones rápidas, por contraataques" Javi Gracia, entrenador del Málaga
Probablemente el gol que consiguió Juanmi para los andaluces no refleje tanto el comportamiento de su equipo sobre el césped del Camp Nou, pero sí sostiene la estimulación mental que potencia Javi Gracia en sus equipos. El tanto, fruto de una mala cesión con la pierna derecha de Dani Alves a Bravo a partir de un saque en largo de Kameni de la que se benefició el delantero para marcar, señala principalmente al lateral brasileño, uno de los puntos del sistema azulgrana que no ha terminado de soldarse en las últimas temporadas. A pesar de lo grotesco del error, el Málaga planteó el partido para que si en alguna parte tenía que ocurrir fuera en las bandas. Tanto Samuel Sánchez como Castillejo interpretaron siempre los ataques en forma de conducciones que iban acostándose hacia la banda, con el fin de atraer a la mayor cantidad de jugadores rivales hasta allí y después entregar el balón a un compañero que llegaba desde la segunda línea por el centro.
"Aunque tienes que hacer un gran partido a nivel defensivo, para ganar tienes que buscar también tus opciones de ataque que pasaban por transiciones rápidas, por contraataques. Hemos hecho nuestros méritos", señaló Gracia tras el encuentro, consciente de que el resultado de lo ocurrido en el campo reflejaba un gran trabajo previo, tanto mental como físico.
El Barça sólo remató una vez más que el Málaga: 9 disparos por 8
A pesar de contar con menor velocidad que jugadores como Jordi Alba, en el caso de Castillejo, su buen dominio de pelota con la pierna izquierda, unido a una envergadura notablemente superior a la del lateral internacional (180 centímetros por 170), supo neutralizar esa pequeña desventaja, resultando más útil para su equipo en tareas de control que en desborde. Ni siquiera la lesión de Juanmi generó un problema tan grande como podría parecer, pues Juanpi, otro canterano, realizó la misma tarea de desgaste y desmarque, funcionando de la misma manera en una cadena de la que no lograba escabullirse el Barcelona.
A pesar de la superioridad de los locales en los últimos minutos, el resultado estadístico final refleja un balance menos dominador de lo esperado, con un total de 9 remates por parte del equipo de Luis Enrique, por 8 del Málaga (5 y 4 a puerta respectivamente), que sólo hicieron dos faltas más (11-9), por las que vieron una tarjeta amarilla menos (4-3).
Buena parte del mérito defensivo del conjunto de Gracia lo tuvieron sus laterales, Miguel Torres y Rosales, que controlaron con solvencia las llegadas tanto de Alba y Neymar por la izquierda, como de Alves y Suárez por la derecha, sin descuidar la salida de su equipo en ataque, asomándose por el campo contrario si la jugada lo requería.
El resultado de una gran coordinación defensiva, un esfuerzo físico notable en el centro del campo, y el correcto despliegue de sus delanteros en ataque para llevar a cabo los contragolpes no fue otro que la segunda victoria del Málaga en el Camp Nou 16 años después de haberlo logrado en la temporada 1999-2000 de la mano de Joaquín Peiró. "Tres puntazos", como los calificó Gracia, que los sitúan con 38, y dejan tocado a un Barcelona que el miércoles se enfrenta al Manchester City en Liga de Campeones con un borrón inesperado en la libreta.
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