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El Sevilla, por la vía directa

Los de Emery aplastan a balón parado a un defensivo Córdoba

Rafael Pineda
Bacca celebra su gol al Córdoba.
Bacca celebra su gol al Córdoba.CRISTINA QUICLER (AFP)

El Sevilla desmontó al Córdoba por la vía directa. No le hizo falta una exhibición de juego. Tampoco está para esos lances. Más bien ofreció contundencia y eficacia a raudales. Dos golpes secos y rotundos, en cinco minutos, que acabaron con la resistencia de un Córdoba que se defendió con orden hasta que cometió el pecado de conceder un remate franco de Krychowiak a la salida de un saque de esquina. El Sevilla no perdona cuando se lo ponen tan fácil. Desde el momento en que el polaco marcó, el partido se acabó. El Córdoba solo tenía un plan en la cabeza, que era defender y aguantar en busca de un contragolpe milagroso. Se quedó sin método y no supo reconvertirse. Y más después de la expulsión de Ekeng.

SEVILLA, 3-CÓRDOBA, 0

Sevilla: Sergio Rico; Aleix Vidal, Pareja, Carriço, Fernando Navarro; Krichowiak, Banega; Reyes (Deulofeu, m. 62), Iborra, Vitolo (Denis Suárez, m. 84); y Bacca (Carlos Fernández, m. 83). No utilizados: Barbosa; Arribas, Kolo y Juan Muñoz.

Córdoba: Juan Carlos; Gunino, Pantic, Crespo, Edimar; Deivid (Bebe, m. 46); Fede Cartabia, Zuculini (Ekeng, m. 46), Khrin, Heldon (Abel, m. 56); y Ghilas. No utilizados: Saizar; Íñigo López, Fede Vico y Andone.

Goles: 1-0. M. 38. Krychowiak. 2-0. M. 43. Bacca. 3-0. M. 81. Iborra.

Árbitro: Vicandi Garrido. Mostró roja directa a Ekeng (m. 53) y Krychowiak (m. 73). Amonestó a Khrin.

Ramón Sánchez Pizjuán. 29.850 espectadores.

Recuperó el Sevilla buenas sensaciones. Sobre todo la pegada. En casa es un equipo intratable, pues lleva un año sin perder en la Liga. Es un conjunto fiable, seguro ante los más débiles y fuerte, muy fuerte. Poco podía ofrecer el Córdoba salvo esperar una mejor ocasión. Tendrá que seguir sufriendo mientras los de Emery recuperan la cuarta plaza en espera de lo que haga el Valencia. Los de Emery acabaron el choque mostrando una superioridad aplastante, dando la impresión de que el triunfo había sido incluso fácil.

Sin embargo, le costó al Sevilla meterle mano a un Córdoba demasiado defensivo. Djukic, quizás algo cansado de que su equipo juegue bien pero pierda, una tónica en las últimas jornadas, se plantó en Nervión con un sistema ultraconservador, pensando siempre más en defender que en sorprender al Sevilla. Al equipo de Emery le cuesta crear fútbol ante equipos bien plantados atrás, pero a pesar de las numerosas bajas que acumula todavía guarda muchas virtudes para ganar los partidos. El Córdoba acumulaba jugadores en su campo y los pensadores del Sevilla, caso de Banega o Reyes, apenas podían hilvanar un pase entre líneas que desmontara el sistema defensivo de los de Djukic. A Reyes, muy implicado, se le notó la inactividad de las últimas semanas por su lesión muscular.

El Sevilla fue siempre dominador del balón, pero en pocas ocasiones supo convertir la posesión en verdadero peligro. El partido estaba entrando en una zona oscura para los locales cuando emergió otro de los grandes recursos de los de Emery. Saque de esquina y remate de Krychowiak a gol. El Córdoba, un ejemplo de eficacia defensiva hasta el momento, se dejó sorprender a balón parado. El tanto noqueó a los visitantes, demasiado tímidos, inexpertos ante otro de los recursos de su rival. Pareja se inventó un pase fantástico desde su campo que sorprendió a la zaga del Córdoba. Vitolo rompió la línea, realizó un control prodigioso y dio el gol en bandeja a Bacca. Dos fogonazos al estilo del Sevilla, un prodigio de eficacia, noqueaban al ordenado Córdoba y dejaban el encuentro prácticamente sentenciado en cinco minutos.

Al Córdoba le tocaba reconvertirse para intentar aspirar, al menos, al empate. Djukic lo intentó con un doble cambio, Ekeng y Bebe. Se encontró con la expulsión del primero en un lance con Vitolo. El asistente así se lo dijo a Vicandi Garrido, un árbitro de extrañas formas, pero excelente en su labor. El partido estaba ya decidido, aunque le sobró una dura entrada de Krichowiak a Khrin, que provocó su expulsión. Iborra hizo el tercero también a balón parado. Con todo decidido, la grada tuvo un nuevo motivo de debate. Se trata de Deulofeu. El extremo combinó grandes lances con otros en los que erró de manera grosera. Como los toreros artistas. Ahora, el Sevilla afronta la Liga Europa ante el Borussia.

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