Urgencias y desquites
Madrid y Barça reeditan su duelo europeo con apuros en los azulgrana y dudas en los blancos (20.45, Canal+ Deportes)
“La gente no se cansa de un Madrid-Barcelona”, lanzó Pablo Laso, casi como eslogan, antes de afrontar su clásico número 31 en las tres temporadas y media que lleva al frente del banquillo madridista (16-14 para los blancos). Los dos grandes del baloncesto español ya se han visto en dos ocasiones esta temporada —en la final de la Supercopa y en la 13ª jornada de Liga en el Palau— y podrían acabar el curso con hasta 12 enfrentamientos en total. Una rivalidad maratoniana que esta noche (20.45, Canal+ Deportes) regresa al escenario europeo retroalimentada por la revancha y condicionada por la coyuntura.
Árbitros con cámaras
La vuelta de tuerca de la Euroliga en busca del espectáculo televisivo pasa por la visión subjetiva. Los árbitros que dirigirán el Madrid-Barça llevarán unas minicámaras integradas en sus camisetas que aportarán a la realización imágenes desde dentro de la pista. El griego Christodoulou, el serbio Belosevic y el italiano Sahin estrenarán un sistema que integra una lente óptica a la altura del pecho y una red de sensores biométricos distribuidos por la camiseta. El dispositivo, ideado por la compañía FirstVision, se completa con un micrófono y una microcámara con una autonomía de 90 minutos, todo integrado en un miniarnés con un peso total de 270 gramos.
La iniciativa de la Euroliga y Canal+, propietaria de los derechos televisivos en España, también fue probada en un entrenamiento del Barça, con la idea de extender a los protagonistas la utilización de estas minicámaras en algún partido de esta misma temporada; la pasada ya se probó una experiencia similar con las Google Glass. "El objetivo es adoptar tecnología de vanguardia y ofrecer a los espectadores todas las herramientas para disfrutar del baloncesto", dice el presidente de la Euroliga, Jordi Bertomeu.
El Madrid lidera el grupo E con cuatro victorias y tan sólo una derrota, la sufrida la semana pasada en Tel Aviv ante el Maccabi. El Barça comenzó el top-16 con el paso cambiado, patinó en Berlín, y marcha tercero con dos derrotas en cinco partidos. Sólo las dos primeras plazas tienen el premio del factor cancha en el cruce de cuartos y, a pesar de que restan nueve jornadas, comienzan las urgencias. “Si ganan se nos escaparían todavía más. Hay que tenerlo en mente”, avisó Tomas Satoransky. El checo reconoció que a los azulgrana les falta confianza jugando fuera de casa. “Se ve especialmente en ataque, en casa jugamos bien y con alegría; y fuera, cuando las cosas no van bien, nos hundimos, y en defensa parece que estemos parados. Queremos jugar con más concentración para evitarlo”. La estadística certifica las tribulaciones de los azulgrana, que han perdido en siete de sus últimos nueve desplazamientos en Liga y Euroliga.
“Es un partido trascendental, pero no por ser contra el Barcelona tiene que suponer un punto de inflexión”, analizó ayer Laso. El que sí supuso un punto de inflexión fue el clásico disputado en el Palau el día de los Santos Inocentes, que ganó el conjunto de Xavi Pascual (76-68). “Desde aquel día somos otro equipo”, anunció Felipe Reyes hace semanas. “En el Palau tocamos fondo y nos hizo reaccionar”, repitió Sergio Rodríguez ayer. “Ese día jugamos sin actitud y nos dimos cuenta de que había que cambiar”, refrendó Jaycee Carroll. Desde aquel cruce de caminos hace poco más de un mes, el Madrid que acabó el año sesteando presenta un balance de nueve victorias y dos derrotas en 11 partidos por el 6-5 de su rival. “Tendremos que jugar casi perfecto para ganar. Habrá que evitar las pérdidas de balón y controlar el rebote”, manifestó Pascual. El técnico no podrá contar con Navarro ni con Oleson, que ultiman la recuperación de sus lesiones pero no viajaron a Madrid. Si estará Abrines tras superar una gripe. Laso esperará la evolución de la gastroenteritis de Rivers para cerrar su convocatoria.
“Es un partido atractivo que todos quieren ver. Son dos grandes plantillas llenas de buenos jugadores y eso siempre ofrece grandes duelos. No creo que haya sensación de hartazgo. Hay ganas. Sí es verdad que para los entrenadores llega un momento que ya no tenemos que repetir 80 veces las cosas. Mis jugadores ya saben que Tomic y Huertas juegan el pick and roll”, explicó el técnico madridista. Llega otro clásico. La reedición de las dos últimas semifinales de la Final Four. El eterno cruce de caminos.
El experimento de las cámaras subjetivas
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