El fraude fiscal del ‘caso Neymar’ continuó con Bartomeu
El juez Ruz imputa al presidente del Barça y le cita a declarar en Madrid el 13 de febrero
El supuesto fraude fiscal derivado del fichaje de Neymar no cesó con la salida del FC Barcelona del anterior presidente Sandro Rosell. La maraña de contratos por los que el club catalán se hizo en 2013 con los servicios del delantero brasileño por un coste muy superior al declarado a los socios (94,8 millones de euros frente a 57,1 millones reconocidos) también ha arrastrado a un supuesto delito contra la Hacienda Pública al actual presidente, Josep Maria Bartomeu. El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz accedió este martes a la petición de la fiscalía del lunes e imputó a Bartomeu por no haber declarado al fisco un total de 2,84 millones de euros en 2014 derivados de los pagos de tres contratos del jugador.
Bartomeu deberá comparecer ante el magistrado el 13 de febrero en la sede de la Audiencia, en Madrid. Los delitos fiscales —se consideran tales cuando la cuota tributaria defraudada supera los 120.000 euros— están castigados con penas de uno a cinco años de prisión y multa.
Bartomeu, que asumió el cargo el 23 de enero de 2014, después de que el juez Ruz admitiera a trámite la querella del socio Jordi Cases contra Rosell por las irregularidades en el fichaje de Neymar, no hizo este martes declaraciones sobre este asunto. Antes de que el juez Ruz notificara su auto, de siete páginas, el club emitió un comunicado en el que expresaba su “sorpresa, indignación y total desacuerdo” con las conclusiones de la fiscalía.
La imputación de Bartomeu ha flotado a lo largo de toda la instrucción del caso Neymar. El 15 de noviembre de 2011, Bartomeu, entonces vicepresidente, rubricó junto a Rosell el primer contrato entre la entidad azulgrana y Neymar, entonces jugador del Santos. En este contrato, el Barça adquiría los derechos del delantero por 40 millones de euros cuando este quedara libre con el Santos en junio de 2014; y, en un anexo que fue ocultado a los socios, le garantizaba un sueldo mínimo de 36,12 millones en cinco temporadas. También se establecía un contrato de imagen y un contrato de representación por el que el padre del jugador cobraría un 5% del valor de la operación.
Sin embargo, la presencia de Bartomeu en este primer contrato original no supuso su imputación. El pasado septiembre, el juez Ruz consideraba que el mero hecho de aparecer como firmante del contrato inicial no era motivo suficiente para sostener una imputación. El magistrado daba por válida la declaración de Sandro Rosell, quien el 22 de junio dijo que él tenía la “plena representación del club y de la junta directiva ante terceros”. Rosell se responsabilizaba así de los 13 contratos firmados por el Barça tanto con el Santos como con la sociedad del padre del jugador y que, bajo diferentes conceptos, ocultaban en realidad el fichaje laboral de Neymar.
Esta supuesta artimaña permitió a Rosell y a su junta directiva, en la que figuraba Bartomeu, vender como un éxito lo que en realidad era un contrato sumamente oneroso para las arcas del club. Por ello, Rosell está imputado por administración desleal.
Los contratos fueron firmados por Rosell, pero su vigencia y las obligaciones de pago de impuestos se extienden a la actualidad, y ahí es donde Bartomeu se ve implicado. El 30 de enero de 2014, el club debía pagar a Neymar cinco millones de euros por un contrato firmado en junio de 2013, 450.000 euros derivados de un contrato de imagen y 22.500 euros para el padre del delantero. Según Hacienda, estos pagos tributan al 52%, por lo que reclama al Barça 2,84 millones de euros. Sobre los cinco millones, el Barça asegura que se pagan en diferido en función del criterio tributario del año devengado —2013— y no de cobro, de manera que según su criterio la retención es del 24,75%, y no del 52%, como sostiene la Agencia Tributaria, el fiscal y el juez.
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