En defensa de Neymar

Luis Figo se apostó una cena con un amigo antes de un clásico, siendo todavía jugador del Barcelona, a que Roberto Carlos no acababa el partido, harto como estaba el portugués de recibir patadas contra el Madrid; el brasileño vio la tarjeta roja en el Camp Nou. “Nunca he vacilado a un rival”, aseguró una vez Michael Laudrup, al que un jugador del Oviedo, tras la enésima falta en el partido, le dijo sobre el campo: “Perdona, yo te admiro y te elijo en la Liga Fantástica (un juego muy popular organizado por Marca que arrancó en los años 90)”. “Muy majo, pero me daba una patada cada vez que recibía la pelota”, explicó entre risas, tiempo después, el jugador danés. A Neymar se le señala ahora por vacilón y culpable de los altercados del Manzanares el pasado miércoles, durante el duelo copero, pero se le defiende en el Camp Nou, donde el curso pasado le avisaron de que mejorara conductas para evitar males mayores.

Neymar, dicen, lo entendió. “No es tonto”, sostienen sus compañeros, que le protegen ahora. “En Madrid no hizo nada, sólo recibió provocaciones”, cuentan. Así opina también Luis Enrique, su entrenador, tan consciente de la corriente de opinión como de las patadas a destiempo que recibió, de los envites que negó y de lo mucho que le dio al equipo el jugador brasileño.

“Este país es así”, se arrancó el asturiano en el barracón que se usa como sala de prensa en la ciudad deportiva del Barcelona cuando se le preguntó por las supuestas provocaciones de Neymar a los jugadores del Atlético de Madrid durante el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey, el pasado miércoles. “Es un país curioso, donde ofende mucho más un caño que reventarte con cuatro o cinco entradas. Somos así de especiales”, razonó el asturiano, que sustituyó a Neymar en Madrid convencido de que terminaría sufriendo daño por alguna patada, consciente de que si Arda Turan le tiraba una bota al árbitro asistente y sólo veía la amarilla todo podía ocurrir aquella noche en el campo. “Las imágenes son evidentes, suceden tantas cosas en nuestro fútbol que no tengo nada que decir”, se resignó Luis Enrique, sabedor por más que no lo dijera que podía salir caro mantenerle en el campo dadas las circunstancias.

“Este país es curioso. Ofende más un caño que reventarte con cuatro o cinco entradas

El técnico del Barcelona defendió el comportamiento del delantero. “El perfil de los jugadores tiene mucho que ver con su cultura y los brasileños entienden el fútbol como un espectáculo”. Y siguió con su discurso. “Mis jugadores tuvieron un comportamiento exquisito en Madrid. Y yo no tengo nada que reprocharle a Neymar, nunca perdió los papeles. Que cada uno haga las valoraciones que quiera”, señaló el técnico, harto de reproches vertidos sobre el delantero paulista. “A un brasileño le quitas el fútbol, la samba y no sé que más y ya no es un brasileño. No tengo nada que reprocharle a Neymar ni a ninguno de mis brasileños. Invitarles a que sigan disfrutando del fútbol y haciéndonos disfrutar”, dijo el entrenador del Barça, que celebró la ambición del atacante sobre el campo, donde no se oculta nunca.

En la ciudad deportiva del Barcelona ha servido de acicate las críticas a Neymar. Conscientes de que en algunos estadios se jalean las patadas como si fueran goles y de que el perfil de los arbitrajes varía dado que al Barcelona le han pitado en lo que va de curso sólo dos faltas a favor menos que al Atlético de Madrid: 294 por 292. “Mira a qué jugamos y tú mismo”, resumió ayer un jugador al enterarse del dato.

En esas, el Barcelona encara al Villarreal (21.00 horas, Canal+), un equipo que encadena 18 partidos sin perder, con la necesidad de hacer buenos los siete partidos ganados desde la derrota en Anoeta.