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El salto de El Gallo

Con 10 robos ante el Rayo, Griezmann confirma la transformación que le pidió Simeone

Ladislao J. Moñino
Griezmann conduce ante Ba, en el duelo contra el Rayo.
Griezmann conduce ante Ba, en el duelo contra el Rayo.J. SORIANO (AFP)

El fútbol y los peinados pueden ser un estado de ánimo. A Antoine Griezmann, la raya aplastada a conciencia y ese bigotillo perfilado que lucía en sus primeros meses en el Atlético le daban un aire de indie ñoño. Mantiene la cuidada hilera de pelillos cubriendo el labio superior, pero la cresta de gallo que adorna ahora su cabeza le da una imagen más áspera, más acorde con el jugador total y combativo que le ha exigido Simeone desde el primer día.

El sábado, después de destrozar al Rayo Vallecano con dos goles y unas cuantas carreras tan verticales como dañinas, Griezmann bromeaba sobre su solicitada comparecencia ante los medios. “No voy a marcar más goles para no tener que hablar”. Minutos antes, en la rueda de prensa posterior al partido, Simeone había vuelto a reiterar que, por encima de los goles, lo que más le seducía de él era la evolución mostrada en su sacrificio defensivo. “Eso le ha hecho mejor jugador”, aseguraba el técnico rojiblanco. El sábado, Griezmann, robó 10 balones, su mejor marca de la temporada, y uno de ellos le sirvió para anotar el primer gol. “Está muy rápido y las mete todas. Se ha adaptado a nuestra manera de defender, que antes no lo hacía mucho”, corrobora Tiago.

Hasta ser indiscutible el francés ha vivido la veta cuartelaria del Cholo con sus estrellas

Para alcanzar el estatus de indiscutible del que goza ahora, Griezmann ha experimentado esa veta cuartelaria que Simeone suele emplear con las estrellas. Hasta que no ha alcanzado el tono necesario para poder responder a las exigencias físicas y tácticas sin perder capacidad para marcar diferencias, Simeone no le ha concedido continuidad en el once.

Al nivel que ya mostraba en el mes de octubre, Griezmann hubiera alcanzado la titularidad incontestable en la mayoría de los equipos. “El Cholo podría habérsela dado antes, pero no ha querido ponérselo fácil para sacarle todo lo que le lleva dentro”, explican en el club. El partido en Bilbao (1-4), antes de las vacaciones navideñas, marcó un antes y un después.

El delantero francés ha participado en todos los partidos de Liga disputados hasta la fecha, pero solo ha sido titular en 13 duelos. En algunos solo disputó unos pocos minutos, como cuando visitó Anoeta para enfrentarse a su exquipo. Sus 10 goles en el campeonato le convierten en el máximo artillero rojiblanco.

A principios de enero, algunos compañeros de Griezmann ya murmuraban: “A ver quién le saca ahora del once titular con los goles y el trabajo que hace”. “Simeone ha hecho bien. A Antoine hay que saber bajarle. Siempre ha destacado y ha sido una figura, pero ha llegado al Atlético poco después de debutar en la selección francesa. Eso sí, si está convencido de lo que le pides, va a cumplir porque es muy competitivo y tiene hambre de títulos. En ese sentido, se ve que El Cholo le ha manejado bien. No le ha regalado la camiseta de titular por su nombre”, dice el uruguayo Martin Lasarte, el entrenador que hizo debutar a Griezmann en la Real Sociedad cuando apenas tenía 17 años.

Ha participado en todos los partidos de Liga, pero solo en 13 fue titular

Lasarte también explica el sorprendente y poderoso remate de cabeza del menudo francés, pese a su corta estatura. “Se hizo muy amigo de Bueno, un delantero uruguayo que fichamos para la Real. Antoine tiene anticipación y un salto en parado que en la Real estaba por encima de la media. Le copió a Bueno la manera de proteger su espacio aéreo con los brazos y los codos en los saltos con los defensas. Mejoró tanto que hasta le encargábamos que bajara a defender los saques de esquina y cumplía”.

La conexión uruguaya ayudó a Griezmann a integrarse en el vestuario. Esta era su gran preocupación antes de fichar por el Atlético. “Ya es solo una cuestión de agentes”, dijo al conocer los mensajes que este verano mandaron al club algunos de los pesos pesados del vestuario ante las informaciones de su posible fichaje. “Que no se nos escape”, llegó a escribir alguno. A través de Bueno, le apadrinaron el Cebolla Rodríguez y Godín, que hace poco le trajo de Uruguay un termo para que beba mate. “Se hace querer mucho por sus compañeros. Con esos ojitos azules y esa carita de niño, parece un ángel, pero es un diablo”, bromea Lasarte. “Es un vacilón, el clásico travieso feliz al que achucharías siempre”, concluyen en el club.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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