El Barça necesita a Luis Suárez
La mecánica de juego se resintió sin el ariete pese a los goles de Messi y Neymar en Elche
Luis Suárez celebró su 28 cumpleaños en el banquillo del estadio Martínez Valero. El resultado de 0-6 hace suponer que el Barcelona no echó en falta al ariete uruguayo que viste el 9. Messi y Neymar marcaron dos goles cada uno, Piqué metió el primero y cerró la cuenta Pedro, sustituto de Suárez. El nombre de los artilleros no supone una gran novedad desde la derrota de Anoeta: Messi (8) y Neymar (5) han marcado 13 de los 23 tantos anotados por uno encajado, curiosamente después de un penalti de Messi que transformó Mandzukic. El juego del equipo, en cambio, sufrió una recesión en Elche.
Ninguno de los suplentes discutió la titularidad de los que cambiaron la dinámica de resultados durante la visita liguera del Atlético (3-1) y con anterioridad la ida de los octavos de final de Copa frente al Elche (5-0). Aun cuando solo lleva cinco tantos (dos en la Liga, dos en la Champions y uno en la Copa), por 31 de Messi y 19 de Neymar, Luis Suárez parece tener garantizado el puesto de delantero centro junto al brasileño y al argentino, el dúo que marca las diferencias en los partidos del Barça.
No es una cuestión de goles sino de fútbol, y más si se tiene en cuenta que el mayor acierto de los puntas —cuatro goles—se produjo después que el Elche se quedara con 10 por la expulsión de Fajr Fayçal. El equipo parece organizarse mejor alrededor de Suárez como 9. Incluso Messi extrañó el sábado ocupar el puesto del uruguayo hasta que regresó a la demarcación de 7 que ha recuperado con Luis Enrique.
A Suárez le gusta jugar al espacio, el fútbol de contraataque y vertical, el desmarque o la ruptura. Sus mejores partidos han sido dos de los más exigentes: ante el PSG y el Atlético.
A Suárez le puede la ansiedad por marcar y le pesa la Bota de Oro que alcanzó la temporada pasada con el Liverpool (31 goles, tantos como Cristiano Ronaldo). No es fácil tampoco adaptarse al Barça —el ejemplo de Neymar es relevante si se compara su evolución respecto al ejercicio anterior — y no hay delantero, por otra parte, que no sufra el síndrome Messi. La mayoría de atacantes que han desfilado por el Camp Nou han coincidido en su asombro cuando han conocido al 10. “Te empequeñece, te sientes muy poca cosa, por más figura que hayas sido en tus equipos anteriores. Nunca vi a un futbolista igual”, confesaba uno de los afectados, que han sido muchos, alguno de la categoría de Eto'o, Villa o Ibrahimovic.
A Suárez le gusta jugar al espacio, el fútbol de contraataque y vertical, el desmarque o la ruptura, y por el contrario sufre en el ataque posicional, superado cuando la velocidad de balón exige una técnica depurada para combinar con precisión, para no fallar el pase ni el control. Los mejores partidos del uruguayo han sido precisamente dos de los más exigentes: ante el Paris Saint Germain y el Atlético en la Liga.
“Yo no tengo ninguna duda sobre Luis Suárez”, afirma Luis Enrique, quien subraya la inteligencia de sus movimientos. También el Camp Nou le aplaude incluso cuando falla un gol como pasó ante el Atlético en la Copa (su acierto es del 29%). Y sus compañeros coinciden en destacar su trabajo de equipo por encima del egoísmo propio de los mejores goleadores, condición que quedó muy clara en el coste del fichaje: 81 millones de euros.
A pesar de que el marcador pueda indicar lo contrario, tanto a Suárez como al Barça les vino bien descansar en Elche en un partido en el que los azulgrana ni presionaron ni jugaron con fluidez y rapidez sino que aprovecharon las distintas circunstancias favorables para golear: 0-6.
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