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Momento Barreda

En su quinta participación, el piloto de Honda se marca la victoria final como único objetivo

G. PÉREZ
Buenos Aires -
Joan Barreda prepara su Honda para las verificaciones técnicas en Buenos Aires.
Joan Barreda prepara su Honda para las verificaciones técnicas en Buenos Aires. JEAN-PAUL PELISSIER (REUTERS)

“Nadie había ganado antes de su quinto año”. La sentencia suena igual de contundente que serena, pero resulta una norma no escrita que se ha mantenido durante las 37 ediciones del Dakar. Para Joan Barreda, piloto de Honda y principal candidato a destronar el poderío de KTM (13 ediciones consecutivas en lo alto del podio) y a complicarle la existencia a Marc Coma, ha llegado la hora. Ese espacio de tiempo ya ha expirado y tras cuatro años sin alzarse con el Touareg, el castellonense tiene ahora la oportunidad más cerca que nunca.

Da la sensación de que podría haber ganado antes. Pero al final el Dakar tiene esto. Es una carrera de 15 días y requiere cierta experiencia, cuesta ganar. Este año se nos juntan bastantes condiciones positivas además de un trabajo previo muy bueno”, comenta Barreda, que tras pasar las verificaciones técnicas pertinentes (con multitud de fotos con aficionados de por medio) ya se encuentra listo para comenzar la primera etapa. Esas “condiciones positivas” tienen que ver con la organización de Honda. La marca japonesa ha colocado al de Castellón en la primera línea de su proyecto. “Hay cierto punto de responsabilidad por esto. El equipo está al 100% conmigo para intentar ganar. El año pasado tenía una buena posición, pero cada uno iba por su línea”, señala.

El equipo está al 100% conmigo para intentar ganar. El año pasado tenía una buena posición, pero cada uno iba por su línea”

Su Honda también ha cambiado respecto a la del 2014, y ha mejorado en estabilidad para adaptarse al estilo de pilotaje agresivo y más propio del enduro, como el de Barreda. “Es algo que no voy a cambiar porque me siento muy orgulloso de ello. La moto estéticamente es muy parecida a la del año pasado, pero hemos trabajado mucho la parte ciclo y del reparto de pesos. También ahora montamos los depósitos de plástico, es algo más estrecha y lleva un sistema de suspensión diferente. La torre delantera de navegación es más compacta, está fabricada en otros materiales. A la parte electrónica también le hemos dedicado mucho tiempo”.

A pesar de que la sensación de respeto al subirse sobre la moto es algo que todos los pilotos comparten por la exigencia de una prueba que cada año aumenta su dureza, Barreda se siente capaz de encontrar la tranquilidad para arriesgar por la victoria. “Si te mantienes concentrado durante toda la carrera los riesgos se reducen prácticamente al mínimo. Sentir que tu equipo está detrás ayuda mucho. Para reforzar todo esto las semanas previas estuvimos haciendo ejercicios físicos adaptados a la concentración, como trabajar la visualización del roadbook (libro de ruta) combinada con la velocidad, por ejemplo”, abunda.

Con varias etapas marcadas en rojo en el calendario, Barreda está deseando subirse a la moto y darle gas. El premio, ya sin maldiciones temporales de por medio, aguarda al otro lado del camino.

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Sobre la firma

G. PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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