El Madrid se pone serio
Los de Laso, liderados por Bourousis y Rudy, superan al Efes (90-70) y sellan la primera plaza del grupo En el top-16 se verán, entre otros, con Maccabi, Panathinaikos, Galatasaray y, seguramente, Barcelona
El partido era un laberinto, la pizarra de Ivkovic una tela de araña y cada ataque una escalada (60-60, m. 28). Fue entonces cuando Rudy y Carroll se elevaron entre la espesura, se vistieron de artificieros y dinamitaron el choque ante el Efes protagonizando un parcial descomunal de 20-3 en cinco minutos (80-63, m. 33). El crochet mandó a la lona al conjunto turco y el Madrid certificó la victoria que le otorga la primera plaza de su grupo rumbo al top-16. Allí se encontrarán, entre otros, con Maccabi, Panathinaikos, Galatasaray y, seguramente, Barcelona -que este viernes cierra su primera fase en Atenas con el liderato virtualmente asegurado-. Había interiorizado el conjunto de Laso el propósito de enmienda tras sumar cuatro derrotas en un mes y, en el primer punto de inflexión, respondió con firmeza y carácter, con la actitud que demandaba el capitán, Felipe Reyes, en la víspera. “Hemos jugado como un verdadero equipo”, resumió Llull mientras se secaba el sudor.
Real Madrid, 90-Efes, 70
Real Madrid (25+22+22+21): Llull (6), Maciulis (-), Rudy Fernández (17), Bourousis (19) y Nocioni (4) -cinco inicial-; Ayón (10), Felipe Reyes (12), KC Rivers (10), Carroll (10) y Campazzo (2).
Anadolu Efes Estambul (25+18+18+9): Draper (0), Perperoglou (11), Saric (11), Lasme (6), y Janning (10) -cinco inicial-; Balbay (-), Osman (4), McGrath (2), Korkmaz (7), Kilicli (10) y Bjelica (9).
Árbitros: Ryzhyk, Latisevs y Bissang. Sin eliminados.
Palacio de Deportes: 8.124 aficionados.
El Madrid se puso serio, sobre todo en la segunda mitad donde tan solo concedió 27 puntos a su rival. Apretó los dientes Bourousis (19 puntos, 10 rebotes y 31 de valoración) y asumió el liderazgo Rudy (17 puntos, cinco rebotes y siete faltas recibidas). Dominaron los blancos el rebote, sobre todo el ofensivo, y encontraron el primer quinteto que oposita seriamente a disputar los minutos más ásperos. Con Campazzo, Carroll, Rudy engrasando en ataque y la pareja Ayón-Bourousis hormigonando la defensa, el subcampeón desmontó al Efes, al que habían lanzado Perperoglou y Saric. Apareció la personalidad.
Anunció sus planes Ivkovic en la víspera. “La clave será controlar el ritmo del partido y frenar la rapidez del Madrid en ataque”, explicó sin remilgos El Zorro entre el tópico y la ingeniería táctica. Su equipo siguió las órdenes desde el salto inicial y se aplicó en el intento de asfixiar al Madrid. La presión en el saque de fondo de los blancos, con Draper pegado a Llull a pista completa, y la intensidad de Janning ajustando los grilletes sobre Rudy anunciaron una noche enrevesada. A ello se unió la puntería de Perperoglou que, con ocho puntos en cuatro minutos, otorgó la iniciativa al Efes a las primeras de cambio (8-13, m. 4). El primero en asumir el pulso fue Bourousis. Tras varias semanas abonado a la dispersión, el griego se remangó y sus once puntos y cinco rebotes en el acto inicial se convirtieron en el primer sustento de los de Laso, que volcaron su producción en la pintura más por carácter que por ideología. Aún no lo sabían, pero habían encontrado la veta buena y a su hombre más inspirado. Los locales lograron sus 25 puntos de ese parcial en la zona, pero a la hora de proteger su aro tardaron en corregir su inconsistencia.
Se enfrentaban dos enemigos íntimos en Euroliga con 12 duelos en las últimas siete ediciones, alguno de ellos memorable como el del año pasado en el Palacio. Era un 13 de noviembre y, en aquella semana, el Madrid del showtime alcanzó su máxima cota de espectacularidad. Los de Laso protagonizaron un espectáculo museístico (103-57) y, a golpe de carreras, triples, mates y alley oops, llevaron a su parroquia a abrazar el síndrome de Stendhal. Ahora son otros tiempos, menos recreativos. Más aún si falta Sergio Rodríguez –de baja por una pubalgia-, imagen de marca de aquel equipo de fantasistas que pasaba estos días por el diván. Los blancos son, por el momento, más rústicos y menos románticos en ataque; más enclenques y menos voraces en defensa.
Al descanso, el Efes ya sumaba 43 puntos en su casillero y, a pesar de un par de intentos de demarraje del Madrid (33-27, m. 13 y 44-39, m. 19), los de Ivkovic manejaban el libro de instrucciones del partido. Kilicli y Saric equilibraron la episódica productividad de Rivers y Felipe y sólo su dominio en el rebote y las pérdidas de balón del conjunto turco daban aliento a los blancos. Con 49-52 (m. 22) y Perperoglou haciendo fortuna en el puesto de cuatro, el griego tuvo que marcharse al banquillo para ser atendido de un problema en el pie izquierdo y el Madrid aprovechó para recuperar el mando (54-52, m. 25). No bastó. El partido estaba anudado y en cuanto Lasme se asentó en la pintura, el Madrid se secó en ataque (60-60, m. 28). En ese instante, los de Laso encargaron un saco de llaves inglesas y un lote de monos de trabajo. Ayón y Bourousis apretaron todas las tuercas de la nave, Campazzo pudo esprintar bajo el impulso reboteador y Rudy se puso el traje de luces para rematar la faena rumbo al top-16.
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