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DIARIO DEL PALOMERO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Rayos, guerreras y Kobe

La española Marta Mangue recibe el balón ante las rumanas Oana Carmina Bondar y Aurelia Bradeanu.
La española Marta Mangue recibe el balón ante las rumanas Oana Carmina Bondar y Aurelia Bradeanu.ZSOLT CZEGLEDI (EFE)

11/12 Jueves

Acudo a Orbita Laika, un apuesta de ciencia al alcance de todos que desde hace un par de semanas presenta Angel Martín en la 2. El programa invita a una persona conocida y van pasando colaboradores presentando temas relacionados con las matemáticas, la física y otras disciplinas e intentan con éxito hacerlo atractivo y comprensible. Además, en cada programa se plantea una pregunta al principio y se resuelve al final. En esta ocasión era si existía la posibilidad de que un rayo cayese más de una vez en el mismo sitio. Por la simple razón de la existencia de los pararrayos, contesto haciéndome el experto que por supuesto que sí. Acierto, claro, y por ejemplo, en el Empire State Building caen del orden de una centena cada año. Para ilustrar el tema y dado que el humor siempre está presente, ponen un video donde se ve cómo a un chino le caen ¡dos seguidos! ¡Toma ya!. Por esas casualidades de la vida, veo pocas horas después de ir al programa que a un futbolista peruano le pasó lo mismo (en este caso sólo una vez) durante un partido. Para que luego digan que hacer deporte no tiene sus peligros.

Ángel Martín.
Ángel Martín.

Metafóricamente hablando, en 2007 a Fernando Alonso le cayó un rayo cuando en su primera temporada en McLaren los problemas de cohabitación entre él y Hamilton terminaron dándole el título a Raikonnen. Ocho años después vuelve a la escudería inglesa y según sus declaraciones en la presentación oficial su objetivo es “terminar el trabajo”. La vida da mucha vueltas, y Fernando hace su particular “donde dije digo, digo Diego” y deja en nada aquel “nunca volveré a McLaren” afirmado en 2010. Ya lo dijo James Bond hace décadas, nunca digas nunca jamás. Por si acaso. Eso, y que la crisis es historia cuando hay cuatro millones y medio de parados.

Me intereso también por el acuerdo firmado por la NBA y la Federación Española de baloncesto para crear una liga colegial para chicas y chicos de 11/12 años. Treinta colegios participarán, cada uno representando a una de las franquicias, se dividirá la competición por conferencias y las equipaciones también serán NBA. La idea me parece excelente para promover la práctica de este deporte y me imagino la ilusión de los chavales de formar parte de los Chicago Bulls, los New York Knicks o los Oklahoma Thunders. Eso sí, no puedo dejar de pensar si en esta iniciativa tan saludable no debería estar involucrada de alguna forma la ACB. Al fin y al cabo, es en los colegios donde se forjan futuros jugadores y aficionados. Ahí lo dejo.

12/12 Viernes

Primero fue Las chicas son guerreras, mítica canción de Coz. Más de treinta años después, las guerreras son las chicas de balonmano, que están disputando el Europeo de Balonmano y hoy han logrado su tercer triunfo consecutivo, esta vez ante Hungría, anfitriona del torneo. Soy muy fan de este equipo desde los Juegos de Londres, donde su partido por el bronce ante Corea (victoria en la segunda prórroga) es uno de los partidos más emocionantes y agónicos que he visto en los últimos tiempos. Su apodo está muy bien colocado, pues tienen en su actitud, competitividad y capacidad de superación de obstáculos sus principales señas de identidad. La falta de complejos con las que afrontan cualquier partido, aunque sea ante equipos más poderosos a priori que ellas, resulta ejemplar. Todavía les queda camino que recorrer, terminar de posicionarse bien de cara a los cuartos y allí dar lo máximo, pero estos primeros éxitos nos recuerdan que están allí, que han ido a por todo y que reclaman un huequito en nuestro interés. El mío ya lo tienen.

Guerrero era el Valencia Basket de la pasada temporada, donde lograron justamente su sueño de meterse en la Euroliga. El despertar ha sido amargo. Su derrota ante Baskonia certifica su adiós a la competición por la que suspiraron durante varios años, conscientes de que su crecimiento como club pasaba por estar entre los mejores. Pero su versión en este curso, por diferentes razones, no es ni de lejos la del anterior. Una pena, pues tanto el equipo como su afición hicieron un largo viaje hasta alcanzar su objetivo, del que sólo han podido disfrutar durante tres meses.

13/12 Sábado

Larga, larguísima es la temporada regular de la NBA, por lo que a falta de dramatismo clasificatorio, hay que alimentarla con historias, estadísticas y acontecimientos. De las tres cosas tiene el anunciado adelantamiento de Kobe Bryant a Michael Jordan como tercer máximo anotador de la historia de la NBA, ahora a sólo nueve puntos de distancia después del partido de esta madrugada. Tiene historia, la del maestro y el aprendiz que cruzaron sus carreras un día en Nueva York, durante el All Star de 1998. Jordan reinaba sin discusión, llevaba ya cinco anillos y estaba camino del sexto. Además, la sensación que al acabar aquella temporada MJ iba a retirarse (cosa que hizo, aunque no fuese la definitiva) le dio un cierto aire de despedida. Kobe, por su parte, no había cumplido ni veinte años siquiera y era su primera presencia en el fin de semana de las estrellas. Cualquiera podría pensar que esto le intimidase un poco, pero en cuanto comenzó el partido se vio que en la fiesta de Jordan, Kobe quería robarle el protagonismo. Picar al maestro suele tener sus riesgos, y no se es el mejor jugador de la historia permitiendo que se te suban a las barbas los más jóvenes. Kobe hizo cosas alucinantes, pero Jordan las superó y además condujo a su equipo del Este a la victoria. Hala, otro MVP al zurrón.

Kobe Bryant.
Kobe Bryant.Ann Heisenfelt (AP)

Jordan se retiró pero siempre ha estado muy presente en la carrera de Kobe. Las comparaciones son tan inevitables como odiosas, y Bryant las ha tenido que soportar siempre. Reconociendo que estamos ante otro marciano, creo que Kobe no ha logrado alcanzar el aura que acompaña a Jordan, sobre todo por cuestiones relacionadas con la conciencia colectiva. Siendo ambos dos egos superlativos, el de Jordan creo que se plegó mejor que el de Kobe a la hora de entender los mecanismos de un deporte que aunque no lo parezca a veces, sigue siendo de equipo.

Como el baloncesto es un deporte que casa muy bien con los números, la opinión, creo que generalizada, de que Jordan fue más grande que lo que ha sido Kobe, se puede completar con una mirada puesta en las estadísticas, en los números, en los anillos. Esta batalla también la perderá Kobe, pues parece complicado que logre sumar a sus cinco un sexto que le igualaría con Michael. Además, incluso en el caso que lo consiguiera (todo un milagro viendo como están los Lakers) Jordan fue MVP de las finales en sus seis títulos. Kobe, en cambio, sólo en los dos últimos, pues los tres primeros se los birló su “amigo” Shaq.

Por eso sospecho que el robarle el tercer puesto del pódium de anotadores va a llenar de gozo a Kobe Bryant. Por lo que supone subirse al cajón en una clasificación donde sólo entran los mejores de los mejores, y porque al menos en algo, superará a su ídolo. Y esto ya no será un opinión, sino que tendrá la contundencia de los datos.

14/12 Domingo

Vive el madridismo futbolero momentos de euforia. No sólo ganan cuando juegan (ya van 20 y sumando) sino que suman incluso cuando están sentados en el salón de su casa o tomando el sol en Marruecos. Ha ocurrido este fin de semana, donde a los tres puntos de su victoria en Almería, se sumaron dos más por el empate del Barça el sábado en Getafe y otros tres con la derrota del Atlético de Madrid ante el siempre interesante Villareal. Total, que se dispone a disputar el Mundial de Clubes, antes mejor llamada Copa Intercontinental, con una sonrisa indisimulada. Ya solo le falta que le toque una perita en dulce en el sorteo de la Champions para que el futuro se presente despejado y la felicidad, momentánea como la es siempre en el mundo del deporte, sea completa.

Quizás para compensar, la placentera marcha futbolera se contrapone a los problemas que trasluce su versión baloncestística. Por segunda semana consecutiva el Madrid perdió, esta vez en Bilbao, lo que a efectos prácticos no tiene gran transcendencia, más bien ninguna, pero sí que hace aumentar unas dudas que no consigue espantar. Como espectador, mi mayor crítica hacia el equipo de Laso es que se ha convertido en uno más. Me explico. La temporada pasada fue excepcional desde el punto de vista del juego y del espectáculo. Un equipo que convirtió en una fiesta muchos de sus partidos, lo que resultó refrescante en un panorama como el actual donde el producto deja algunas veces que desear. Verles jugar era un todo un placer, independiente de la categoría del rival o la importancia del resultado. El equipo se lo pasaba bien y hacía que nos lo pasásemos bien. Lejos parece ya esos tiempos, pues lo que estamos viendo en esta temporada es un equipo con cierto aire rutinario, que evidencia sus costuras y que dista mucho de transmitir felicidad, por las razones que sean.

No sé lo que ocurrirá en el mes de Mayo y Junio, pero como nadie puede asegurar cual es el camino ideal para presentarte en las grandes citas con las mejores garantías, yo prefiero unos a otros. Y por mucho que la temporada pasada finalmente se quedó sin ninguno de los dos grandes títulos, me inclino hacia otro tipo de baloncesto bien distinto al que ahora practica. Y sigo preguntándome si por mucha decepción que hubiese antes del verano, era necesario prescindir de los ayudantes de Laso, cambiar a tantos jugadores (por ahora dando peores prestaciones que los que había) modificar el estilo y abandonar la tumba abierta para ir al tran tran como va ahora. En definitiva, dejar lo excepcional para abrazar la normalidad resultadista.

Yo creo que no, pero bueno, lo mismo tengo que dar mi brazo a torcer dentro de unos meses.

Buena semana a todos.

 

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