Trincheras, futuro e ilusiones
08/12 Lunes
En el día que se cumplen treinta cuatro años de la muerte de John Lennon, el universo futbolístico sigue debatiendo sobre su Imagine de estadios sin violencia ni física ni verbal. Desde lo ocurrido antes del Atlético-Dépor y las medidas anunciadas posteriormente, se suceden declaraciones, tomas de posición y análisis diversos de las muchas caras que tiene esta problemática. Como de las palabras a los hechos suele haber un trecho, el supuesto objetivo común de perseguir y acabar con estos grupos de supuestos aficionados se topa con algunos tics que lo dificultan, como el de cortar vínculos y relaciones con grupos con los que se ha cohabitado durante muchos años. Pero no es el único. Vivimos tiempos donde la polarización de los medios, sobre todo en lo que se refiere a los universos del Real Madrid y del Barcelona, ha dado lugar a lo que se denomina periodismo de trincheras. En muchos espacios ya no se busca la imparcialidad, sino todo lo contrario, y auténticos hooligans de ambos bandos han sido elevados a la categoría de estrellas mediáticas. Cualquier tema sobre el que se debata es verbalizado con las gafas de un determinado color puestas y en las discusiones reina el “y tú más”. Esto provoca, como he podido comprobar hoy en un par de radios, que finalmente el quid de la cuestión no sea la cruzada contra los violentos, sino quien hace más por ella. Que si lo que ha hecho el Barcelona, que si las medidas que toma el Madrid, que si lo que ha dicho Luis Enrique o lo que ha dejado de decir Ancelotti.
Ahora que se habla tanto de responsabilidades y ya expuesto en mi anterior entrega de este diario que entiendo que jugadores y entrenadores deberían tener un papel más activo en la lucha (se agradecen palabras como las de Negredo, reconociendo que a veces los jugadores generan tensión en la grada) y no irse por la tangente como hacen habitualmente, también ciertos medios podrían aprovechar para hacer un examen de conciencia. Esta deriva hacia el periodismo espectáculo en aras a captar audiencia provoca encendidos debates y controversias que seguramente los propios protagonistas no dan excesiva importancia, sabedores que en muchas ocasiones están interpretando un papel en un obra teatral. Pero el público, o cierta parte del público, lo recibe de otra manera mucho más vehemente. Evidentemente no digo que al final esto sea lo que lleva a dos bandas de descerebrados a pegarse una mañana con palos de hierro, pero que a veces se apela a las entrañas y a los colores de una forma que desde luego no contribuye a la comprensión, entendimiento y causas comunes.
09/12 Martes
El tiempo pasa y el futuro termina llegando para dejar a un lado el pasado. Hace tres meses, en una noche de infausto recuerdo, la selección española de baloncesto fue eliminada de su mundial por Francia. La decepción fue mayúscula, en correspondencia con la ilusión que despertaba el equipo y la inmejorable situación en la que se encontraba para asaltar el reinado de EE UU. Pero ni siquiera se tuvo la oportunidad. Fue, sin duda, unos de los mayores varapalos del deporte español en su historia. Suena fuerte, pero la conjunción astral provocada por un equipo fantástico que no había fallado casi nunca, jugar en casa y unos rivales muy disminuidos por las bajas hizo que posibilidades y expectativas se disparasen y la caída fuese desde muy arriba.
Ya sabemos lo que vino después. Críticas, silbidos, dimisión de Orenga y dudas sobre casi todo. El sorteo de los grupos del Europeo 2015 celebrado ayer supone un cambio de perspectiva, dejar de mirar hacia lo ocurrido y girar la vista hacia delante. En septiembre del año próximo nos esperan en primera instancia Serbia, Turquía, Alemania e Italia, cuatro morlacos, sobre todo si con el atractivo de los Juegos, lograr alistar en sus filas a sus mejores talentos. Y después Francia, Eslovenia, Grecia, Lituania, etc. Una carrera con mucha montaña y donde solo dos tienen premio.
A día de hoy no hay entrenador y tampoco indicios de lo que harán muchos jugadores. De lo primero y mientras no cambien la absurda norma ACB de no permitir a sus entrenadores dirigir a la selección, entiendo que la mejor opción es la vuelta de Scariolo. En cuanto a los jugadores, me resisto a pensar que la última imagen de Pau, Navarro, Reyes o Calderón con la camiseta roja sea caminando cabizbajos hacia el vestuario después de la derrota ante Francia. Y también que los Juegos de Río no sean suficiente acicate para dar el sí. Pero bueno, habrá tener paciencia y esperar hasta junio para saberlo. Anda que no pueden pasar cosas de aquí a entonces
Ah, se me olvidaba. Hoy es el Día Internacional contra la corrupción. Como por aquí tenemos una forma algo diferente de celebrar estas cosas, el PP ha rechazado las peticiones de la oposición para crear una comisión de investigación sobre Bankia, y otros casos de corrupción. Ole, ole y ole.
10/12 Miércoles
Termina la fase de grupos de la Champions y ya se anuncian grandes emociones para febrero, donde comienzan las eliminatorias directas. Decía Jorge Valdano, voz que siempre merece atención, que la capacidad del fútbol para generar ilusiones es ilimitada. Una vez más tiene razón. Con la última jornada todavía caliente, en cuatro días se escenifica el cambio de tercio para que no decaiga la fiesta. El lunes tendrá lugar el sorteo, al que acceden lo más granado del fútbol continental, lo que seguro que deparará dos o tres choques de gran calado. Nuestros tres supervivientes se preparan para conocer su futuro inmediato después de no pasar grandes apuros (ni pequeños en el caso de Real Madrid y Barcelona) mientras el Athletic, que ha despertado algo tarde, no consigue el premio gordo, pero al menos alcanza la pedrea de la Europa League.
Hay que reconocer que el sistema de competición de la Champions es difícilmente superable y ya quedan lejanos algunos movimientos en aras a una liga europea. Una fase inicial que dura lo justo, reparte dinero y ofrece una ventana para soñar a equipos de la clase media, y a partir de febrero, tres meses de torneo del ko con la aristocracia europea casi al completo. Al enorme empuje del fútbol se suma un recorrido plagado de citas de gran resonancia, lo que no es de extrañar que esta competición provoque un seguimiento solo comparable a fases finales de grandes competiciones de selecciones.
No es el fútbol el único deporte con esa capacidad de regeneración. Ahí está la fórmula 1, donde incluso se superponen durante la parte final de la temporada el presente para los que siguen compitiendo por el campeonato, y el futuro de quienes ya no tienen grandes cosas que decir. Fernando Alonso es un claro ejemplo de esta última circunstancia, pues desde hace una eternidad se ha debatido más por lo que podía venir que por lo que podía conseguir en el siguiente fin de semana. Ahora que gracias a la primicia conseguida por el rey Juan Carlos, conocemos hace semanas su nuevo destino, es hora de volver a alimentar unas esperanzas que de seguir en Ferrari, ya no nos las creeríamos.
Ya lo dijo aquel, “Mi mayor ilusión es seguir teniendo ilusiones”.
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