Fernando Martín: 25 años sin el mito
Dicen que nadie muere mientras no se le olvida. Este miércoles se cumple el 25 aniversario del fallecimiento del gran Fernando Martín
Dicen que nadie muere mientras no se le olvida. Hoy se cumple el 25 aniversario del fallecimiento de Fernando Martín. Pero su recuerdo sigue vivo. Continúa presente en todos porque Martín dotó al basket español de competitividad, de lucha, de valor, de fuerza, de carácter, de legítima agresividad y de una indiscutible personalidad, la misma que demostró desde el primer día que pisó Portland y exigió a los Blazers que su camiseta luciera, además del mítico número 10, el apellido Martín con la í acentuada en una lengua, el inglés, que no tiene acentos.
Que Fernando Martín fue uno de los más grandes de este deporte nadie lo duda. Recuerdo que dos años después del mortal accidente de Fernando Martín, en 1989, comencé a trabajar en la NBA. Han pasado ya más de dos décadas desde entonces, pero aún tengo frescas en mi memoria las preguntas de mis compañeros de oficina sobre él y su trascendencia, su rol, en el baloncesto profesional español. Algún tiempo más tarde, cuando llegó la noticia del trágico siniestro de Drazen Petrovic, quizá por la etapa común de ambos en el Real Madrid, Fernando Martín volvió a ser motivo de debate entre nosotros. Curiosidades del destino. Dos grandísimos jugadores europeos unidos por el deseo legítimo de ser el mejor en su profesión y por el mismo desenlace en su manera de morir.
El jugador del Real Madrid dotó al baloncesto español de competitividad, lucha, valor, agresividad...
¿Realmente era tan importante Fernando Martín en España? Al igual que en nuestra competición, en la entonces llamada Liga ACB, donde ya era una leyenda, la NBA creyó que sí. Vio en él a uno de los pocos talentos exportables de Europa. Que Martín fuera en 1986 uno de esos pocos productos del Viejo Continente (hoy son más de un centenar) dice mucho de la importancia del jugador como el gran abanderado del baloncesto español, su mejor símbolo. La creencia de la Liga profesional americana en su calidad le aseguró de por vida un hueco en su historia al tiempo que le permitió ver cumplido uno de sus grandes objetivos: contar a sus hijos que fue el primer español en jugar en la NBA.
"Siempre hay que aspirar a ser el mejor y el que mucha gente me considere como tal me gusta". La frase es propiedad del mito, del genio. Una cita que encierra ese espíritu de superación personal y profesional que siempre acompañó al jugador, a Fernando Martín, que siempre estará en nuestra memoria.
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