Un Camp Nou sin Boixos desde 2005
Los Boixos Nois no funcionan como colectivo en el estadio del Barcelona desde que Joan Laporta les prohibió la entrada
Aunque no se han extinguido como peña y se manifiestan periódicamente en reducidos grupos, los Boixos Nois no funcionan como colectivo en el Camp Nou desde que Joan Laporta les prohibió la entrada en 2005. El entonces presidente del Barça se negó a continuar con el chantaje que los radicales mantenían con la directiva del club desde 1981, año de su creación, cuando obtenían entradas gratuitas y disponían de ventajas en los desplazamientos a cambio de animar al equipo e intimidar a la prensa más crítica. Joan Gaspart llegó a afirmar que tenía el carnet número 1 de los Boixos Nois, cuya importancia quedó manifiesta en 1997 cuando en el estadio se guardó un minuto de silencio por la muerte de uno de sus miembros ante el terror de los espectadores congregadas en el Camp Nou.
Al igual que tantos otros grupos, nacieron como una peña de animación, inicialmente vinculada a movimientos nacionalistas, hasta pasar a ser controlada por los Casuals, una facción neonazi que en 1991 mató a Frederic Rouquier, miembro de los Brigadas Blanquiazules, radicales del Espanyol en una trifulca callejera. Aislados del Barça, intentaron reaparecer en 2010 con la presidencia de Sandro Rosell, interesado en crear una Grada Jove, pero la iniciativa quedó descartada a instancias de un informe de los Mossos d'Esquadra.
Erradicados del Camp Nou, últimamente su presencia es apreciable en el Miniestadi
La última aparición pública que se recuerda de los Boixos Nois fue el día de funeral de Tito Vilanova. Inicialmente ubicados en el gol sud, al final pasaron a ocupar el gol norte y ahora no tienen ubicación. A algunos de sus miembros, se les ha visto a título individual en el Camp Nou, siempre vigilados por los Mossos. No ocurre lo mismo en el Miniestadi, donde su presencia últimamente es apreciable. La actual directiva azulgrana ha desmentido siempre que tenga relaciones con el colectivo radical y cuando alguno de sus miembros ha viajado en la expedición azulgrana, como ha pasado últimamente, siempre se alega desconocimiento, una situación que contrasta con los tiempos de Laporta. El expresidente azulgrana, así como sus familiares, incluidos sus tres hijos, tuvieron que ir siempre escoltados por las constantes amenazadas de los Boixos Nois. Incluso se denunció una trama que pretendía dar una paliza a Laporta.
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