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El Athletic se agranda en Getafe

Pedro León vuelve a jugar, veinte minutos, tras ser admitida su ficha

Pedro León choca las manos con Babá, cuando saltó al césped.
Pedro León choca las manos con Babá, cuando saltó al césped.CHEMA DIAZ (AS)

El que manda en un partido, normalmente, gana. El problema es qué ocurre cuando el mando está democráticamente repartido. Pues suele operar el primer dictamen, el primer decreto ley, llámese osadía, llámese fortuna. Sucedió que el Athletic se adueñó del campo, del balón, del partido con un ímpetu controlado, como si el partido disputado en Ucrania, en Champions, aún continuara y el vuelo de Lviv a Getafe hubiera sido supersónico. un suspiro. Olía a gol en Getafe, a gol rojiblanco. Escaseaban las ocasiones, pero menudeaba el balón en las botas del Athletic. O sea, que si pasaba algo, sería en la portería de Guaita. Y pasó. No fue por un ataque en tromba ni por una combinación sutil.

GETAFE, 1-ATHLETIC, 2

Getafe: Guaita; Arroyo, Naldo, Velázquez, Escudero; Lacen, Míchel; Sarabia, Sammir (Lafita, m. 53), Castro (Freddy, m. 59); y Babá (Pedro León, m. 71). No utilizados: Codina, Valera, Vigaray y Juan Rodríguez.

Athletic: Iraizoz; De Marcos, San José, Laporte, Balenziaga; Iturraspe, Mikel Rico (Gurpegui, m. 73); Unai López (Ibai Gómez, m. 66), Beñat (Erik Moran, m. 91), Muniain; y Aduriz. No utilizados: Herrerín, Iraola, Viguera y Aurtenetxe.

Goles: 0-1. M. 36. San José, de cabeza, a la salida de un corner. 0-2. M. 90. Beñat, de libre directo. 1-2. M. 91. Lafita, de cabeza.

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó a Michel, Babá, Muniain, Sarabia, Mikel Rico, Balenziaga, Naldo, San José, Velázquez, Escudero y Arroyo

Unos 6.000 espectadores en el Coliseum Alfonso Pérez

Fue el fruto de un saque de esquina de Beñat al primer palo al que llegó San José aprovechando un pantallazo de Aduriz que acabó por lo suelos. Por el pasillo, entró dando un brinco San José. No fue un salto, porque su envergadura le bastaba para alcanzar aquel balón al vuelo. Un gol madurado en media hora en la que el Getafe no dio señales de vida. Había muchas sombras azulonas en un estadio en el que impera el murmullo más que el grito. Sombras desconocidas y un solo futbolista, Sarabia, que conducía, centraba, remataba mientras el resto atendía pasivo a su ejercicio, como quien aplaude a un amigo. El partido era de Beñat, que lo acomodaba a su estilo impulsando a su gente, cargando sus baterías, sabiéndose resguardado por el infatigable bidón de queroseno que es Mikel Rico y el cálculo de Iturraspe para saber cuál es el mejor lugar para interceptar el balón.

El Getafe, atascado en casa, explicaba su por qué. Tiene una banda por la que se activa Sarabia, un futbolista intrépido. Pero necesita otro. Y el otro salió a falta de 20 minutos. Era Pedro León, el del culebrón, aquel al que el presidente Ángel Torres eligió como "responsable" de superar el límite salarial del club, al que se quiso traspasar y no se sabe qué paso, el que puso en jaque a la LFP y al CSD y que finalmente ayer tuvo que salir al terreno de juego para intentar salvar los muebles del club que le repudió.

Iturraspe y Lacen luchan por el balón.
Iturraspe y Lacen luchan por el balón.CHEMA DIAZ (AS)

Cuando Pedro León salió, el Getafe ya había recuperado el mando del encuentro. Los dos pasos hacia atrás del Athletic, significaron seis hacia adelante del equipo madrileño y el poder se repartió. No es que el Athletic sufriera, pero sí se apuró. Un remate a la media vuelta de Baba probó los reflejos de Iraizoz y el Getafe revertió el orden establecido. El Athletic había mandado una mitad, sin procurar muchas ocasiones (pero si un gol) y ahora le tocaba al equipo de Cosmin Contra amedrentar al rival, al menos merodeando el área. Lafita y Pedro León reactivaron al equipo y Valverde dio entrada a Gurpegui para fortalecer la defensa aérea del Athletic ante el previsible bombardeo del reinsertado Pedro León. Fue un nuevo Getafe frente a un Athletic parecido, más timorato, pero fuerte.

Pero el fútbol tiene sus caprichos y premia las voluntades. A pesar de su espíritu resistente, el Athletic no ha perdido su ambición de acabar los partidos en el área rival. Y una falta a un metro de la línea, la mandó Beñat a la red, no sin que antes Aduriz bailara sobre el balón lo justo para despistar a Guaita. Era el minuto 90 y todo parecía acabado. Pero Lafita marcó un bello gol de cabeza, un minuto después, y los dos siguientes murieron en el área rojiblanca en sendos córneres con Guaita ejerciendo de delantero. Ahí si tembló el Athletic. El miedo a perder lo conseguido es siempre más fuerte que la decepción de no alcanzar lo pretendido. El Athletic sigue su escalada. Su juego mejora poco a poco, pero sus resultados crecen a lo grande.

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